La escasez de gasolina y los altos costos de los repuestos automotrices en la región han obligado a muchos ciudadanos a cambiar sus vehículos por burros, porque es más económico mantenerlos. Lo lamentable es que quienes andan en burros no escapan del soborno policial.
En el occidente del país, el tradicional transporte público ha ido desapareciendo como consecuencia de la crisis económica, dándole paso a las carretas con bicicletas y con burros para transportar pasajeros, hacer mercado, incluso ir a trabajar.
Sorprendentemente el transporte público cambió en la ciudad capital Maracaibo, el régimen ha ocasionado atraso en todos los aspectos en el país. Para resolver y palear la crisis del combustible y ahorrar el caminar largos kilómetros prefieren tener un burro con una carreta que un carro, el motivo, simple, “no hay que hacer cola para comprar combustible, no hay que comprar repuestos y suelen ser más económicos que mantener un carro”.
La venta de burros para el transporte de personas o chatarra se ha incrementado en los últimos años y los precios van desde los 150 dólares sin carreta y 350 con carreta incluida.
“Los burros los podemos encontrar en distintos precios, si es el burro solo son entre 150 dólares o 180 dólares, pero si lo queréis con carreta son como 350 dólares. Yo lo compré más económico porque yo mismo hice la carreta”, contó un marabino
Gregory Leal, uno de los burreros que trabaja como transporte público y de chatarra en la Circunvalación Número 3 ubicada al oeste de Maracaibo, comenta que él prefiere los burros porque son más económicos de mantener que los vehículos.
“Yo tenía un carro y se me dañó, lo vendí como chatarra y con eso compré un burrito, lo alimento con maíz y ese es el que me lleva, me trae y trabajo en él”, afirmó.
Poco a poco los burros con sus carretas han ido sustituyendo al transporte convencional, pero también a las propias ambulancias que en su mayoría están dañadas por falta de repuestos. Estos burreros han llevado a personas a los ambulatorios y hospitales del Zulia por las deficiencia en el transporte.
“Yo he tenido que sacar gente con Covid-19, con fracturas o cualquier dolor en mi burro desde el barrio hasta el ambulatorio de Chamarreta o para el CDI, porque si esa gente se pone a esperar por un carrito o buseta de mueren”, afirmó Italo Bernal, burrero maracucho.
Muchas de estas personas que recorren las calles en burros, alguna vez tuvieron un trabajo estable. Los vehículos los vendieron cuando se acentuó la crisis en Venezuela.
El trabajo que hacen estas personas no es ilegal, muchos trasladan agua de una zona a otra, venden chatarra e incluso hacen transporte, pero aun así no se salvan del matraqueo policial. Aseguran que para extorsionarlos les quitan sus burros a cambio de dólares, y si no pagan, matan a los pobres animales para llevarlos al zoológico.
Lo cierto es que estos pobres animales llevan una gran carga a cuestas, no solo el de las personas sino también grandes cantidades de chatarra que buscan en la basura estas personas para venderlas por kilo, y así tener un poco de dinero y llevar algo de comer a sus casas.
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