La empresa energética brasileña Âmbar informó este lunes que empezará a importar energía de Venezuela en las «próximas semanas», acción que apuntalará la reanudación de unas compras congeladas desde 2019.
La compañía, que pertenece al grupo J&F, aseguró en un comunicado que la energía importada es totalmente renovable y un 50 % más barata que la producida en el estado norteño de Roraima, que no está conectado a las redes de transmisión del resto de Brasil pero sí a las de Venezuela.
Âmbar tiene autorización para importar hasta 120 MWh de energía, lo que conllevará ahorros anuales de 1.000 millones de reales (unos 200 millones de dólares o 188 millones de euros) en la cuenta de la luz de los habitantes de ese estado, según cálculos de la empresa.
La energía vendrá de la hidroeléctrica de Guri, una de las mayores centrales de este tipo en el mundo y que cubre buena parte de las necesidades energéticas de Venezuela.
Importación de energía para reducción de costos
El Ministerio de Minas y Energía de Brasil aclaró que la autorización tiene una validez de tres meses y que una de las condiciones es que la energía importada suponga una reducción de costos para un estado que depende de centrales contaminantes que producen a 1.700 reales el MWh.
Al mismo tiempo, el ministerio aseguró que, si bien Âmbar había sido la única empresa en hacer una propuesta para importar energía, esta posibilidad está abierta a otras compañías siempre y cuando cumplan con los requisitos técnicos y financieros.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva firmó un decreto en agosto para volver a permitir las importaciones energéticas de Venezuela, suspendidas en los primeros meses del Gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro, un feroz crítico del chavismo.
Lula, en cambio, ha buscado normalizar las relaciones con su homólogo, Nicolás Maduro, a quien invitó en mayo a visitar Brasil con todos los honores.
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