De acuerdo a datos oficiales, el coronel, Antonio Pérez Suárez alcanzó 18 nombramientos en 14 cargos de la administración pública. Llegó a ser responsable de cuatro corporaciones estatales al mismo tiempo.
El nombre que acapara todos los reflectores es el del coronel Antonio Pérez Suárez, exvicepresidente de Comercio y Suministro de Calidad de PDVSA; quien según el propio fiscal Tarek William Saab es el “jefe principal de la estructura de corrupción”.
No es noticia que el gobierno de Nicolás Maduro le haya entregado buena parte del poder público a los militares; de hecho, parece ser la simple continuación de una costumbre que implantó Hugo Chávez en 1999. Según la ONG Control Ciudadano el 42% del gobierno venezolano está controlado por integrantes de la institución castrense.
El último nombramiento de Maduro, curiosamente, es el del coronel Pedro Tellechea como ministro de Petróleo, y que llega a reemplazar a Tareck El Aissami, quien salió del cargo en medio de la trama de corrupción en PDVSA, que hasta el momento ha dejado a decenas de empresarios y funcionarios capturados.
Si bien esto no es nuevo, lo llamativo es que, precisamente, en el contexto del reciente escándalo de la petrolera, empiezan a caer importantes alfiles militares. El nombre que acapara todos los reflectores es el del coronel Antonio José Pérez Suárez, exvicepresidente de Comercio y Suministro de Calidad de PDVSA.
“Se dice que, para agosto de 2022, PDVSA tenía un hueco de 8.000 millones de dólares y seguía perdiendo su capacidad de aumentar la producción. Paradójicamente, mientras en 1999 la petrolera producía tres millones de barriles de crudo al día, hoy a duras penas llega al millón de barriles”
El pasado 28 de marzo, en la audiencia de imputación, se le vio entre los más de 20 detenidos que la Policía Nacional Contra la Corrupción transportaba a los tribunales. Vestido con un overol naranja, al mejor estilo de los presidiarios estadounidenses, tenía la cabeza baja y la mirada perdida, compartiendo fila junto a otros acusados como Hugbel Roa, Joselit Ramírez y Cristóbal Cornieles.
La historia del cadete
A pesar de llegar a tener uno de los cargos con más poder en PDVSA, el coronel Pérez Suárez siempre mantuvo un perfil bajo. En las pocas fotografías y videos que existen de él, se le ve con ropa sencilla, sin ninguna distinción, fácil de confundir con un funcionario cualquiera. Nunca figuró en medios masivos ni hizo declaraciones importantes.
Su paso por la Academia Militar también fue discreto. Graduado en julio 1999, en la Promoción ‘Coronel Miguel Antonio Vásquez’, la primera presidida por Hugo Chávez, Pérez Suárez ocupó el puesto 114 entre los 158 alférez de esa cohorte.
Pocos habrían imaginado que Pérez Suárez llegaría a ser uno de los más reconocidos de la llamada “primera promoción graduada en revolución”. En la lista aparecen otros hombres como Igbert Marín Chaparro, quien paradójicamente, a pesar de haber obtenido el mayor promedio de calificaciones como cadete en la historia de la Academia Militar, hoy permanece preso acusado de conspiración contra el gobierno chavista.
Al menos 35 de los egresados de ese año han ocupado cargos públicos de importancia. Algunos de los nombres más conocidos son los de los coroneles Oscar Eduardo Carrasquel Vargas, Josman Aníbal Méndez Castillo y Neptalí de Jesús Acosta Prieto, este último actual presidente de la Corporación Socialista del Cemento.
De cargo en cargo
Una vez graduado, Antonio José Pérez Suárez continuó su carrera militar sin mayores novedades; no hay registro de reconocimientos ni grandes responsabilidades a su nombre durante los más de 13 años que duró su carrera militar.
Sin embargo, su suerte cambió con la llegada al poder de Nicolás Maduro, en 2013, pues desde ese año hasta hace poco no paró de crecer como funcionario del Gobierno, ganando prestigio y relevancia con una serie de nombramientos en cargos influyentes. Según datos oficiales, el coronel alcanzó 18 nombramientos en 14 cargos de la administración pública.
El primer encargo llegó en julio de 2013, cuando Maduro lo designó como director de la Fundación de Atención del Pueblo Soberano, una entidad que responde directamente al despacho de la Presidencia. Al año siguiente entró a formar parte del Consejo Directivo de la Fundación Nacional El Niño Simón, también adscrita a la oficina de Maduro. Según, en ese cargo trabajó junto a Walter Ramón Gavidia, exesposo de la primera dama Cilia Flores.
Pérez Suárez llegó a estar encargado de cuatro corporaciones estatales al mismo tiempo. En su hoja de vida aparecen experiencias como presidente de Venirauto Industrias, Venezuela Productiva, la Corporación de Comercio y Suministro Socialista, la Corporación Socialista del Sector Automotor, y la Corporación Socialista de Cemento. Así mismo, fue viceministro de Industrias Intermedias y Ligeras del Ministerio de Industrias y Producción Nacional.
Según un reportaje de El Pitazo, los nombramientos simultáneos contradicen lo expuesto en el Artículo 148 de la Constitución: “Nadie podrá desempeñar a la vez más de un destino público remunerado, a menos que se trate de cargos académicos, accidentales, asistenciales o docentes que determine la ley”. No es claro si los cargos fueron en condición de encargo y si solo cobró un sueldo, como lo ordena la ley.
A finales de 2019, el coronel fue nombrado en una investigación sobre presunta corrupción en la Dirección General de Contrainteligencia Militar (DGCIM). Las versiones apuntaban a que Pérez Suárez, junto al teniente coronel Robert Guerra García, habrían utilizado la nómina del personal y la tropa para solicitar electrodomésticos que luego iban a parar al mercado negro.
El coronel en su laberinto
Con la llegada de las sanciones internacionales contra el gobierno de Nicolás Maduro, especialmente las que impusieron Estados Unidos al sector petrolero, los militares adquirieron más poder en PDVSA. En 2020 se creó la Comisión Presidencial para la Defensa, Restructuración y Reorganización de la Industria Petrolera “Alí Rodríguez Araque”, que quedó en manos de Tareck El Aissami.
Esta comisión fue la que nombró a Pérez Suárez como vicepresidente de Comercio y Suministro de PDVSA, un cargo desde el que podía aprobar las ventas, exportaciones y contratos de la petrolera. Una investigación señala que junto a él también llegaron otros dos compañeros de la promoción de 1999: el coronel Óscar Albin Dávila Rondón, designado presidente de Bariven y de PDVSA Industrial, y el coronel Marino José Lugo, gerente de Mercado Nacional.
Se asegura que la aparición de los militares no sirvió para mejorar las cifras de la petrolera; por el contrario, habría oscurecido más el panorama financiero de la empresa estatal. Se dice que, para agosto de 2022, PDVSA tenía un hueco de 8.000 millones de dólares y seguía perdiendo su capacidad de aumentar la producción. Paradójicamente, mientras en 1999 la petrolera producía tres millones de barriles de crudo al día, hoy a duras penas llega al millón de barriles.
Es en este punto que aparecen las transacciones dudosas y la participación de traders independientes que habrían hecho perder miles de millones a PDVSA en la trama de corrupción que involucra a la Superintendencia Nacional de Criptoactivos (Sunacrip), manejada por el también capturado Joselit Ramírez, otro de los hombres de confianza de Tareck El Aissami.
Recientes investigaciones periodísticas apuntan a que Pérez Suárez también está vinculado con Viktor Artemov, ciudadano ucraniano que le debería cerca de 1.200 millones de dólares a PDVSA. El coronel habría autorizado varias concesiones al ucraniano.
Aunque, por ahora, el Gobierno no ha tocado a El Aissami, sí responsabilizó a Pérez Suárez y varias fichas de exministros. Según el propio fiscal Tarek William Saab, Pérez Suárez es el “jefe principal de la estructura de corrupción”.
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