Agentes cubanos entrenan a funcionarios de Maduro en métodos de tortura

Agentes cubanos participan activamente en la represión en Venezuela, entrenando a funcionarios del régimen de Nicolás Maduro en métodos de tortura y en algunos casos torturando a venezolanos directamente, concluye un reciente informe de la organización de derechos humanos Instituto Casla.

Los agentes cubanos, quienes imparten orden dentro de los organismos de inteligencia venezolanos como si fueran ellos los jefes, han enseñado a los agentes del país sudamericano como ejecutar una exitosa sesión de tortura, dijeron ex funcionarios venezolanos entrevistados por Casla para elaborar el estudio sobre los crímenes de lesa humanidad perpetrados en Venezuela durante el 2021.

El entrenamiento impartidos por los cubanos muestra, entre otras cosas, como determinar cual es el límite hasta el cual se puede torturar a una víctima sin provocarle la muerte. “En el caso de las torturas a presos políticos [venezolanos], algunos han quedado prácticamente muertos, pero han logrado que revivan. Todo esto bajo el terror psicológico que los demás detenidos sufren cuando escuchan los gritos de la víctima o el movimiento apresurado de los funcionarios que ven que se les puede morir la persona torturada”, resalta el informe.

Pero los agentes de la isla no se limitan a impartir instrucciones.about:blankAnuncios“Los cubanos bajan a las celdas de tortura, y observan, y cuando ven que los funcionarios no consiguen sacarle nada, se meten al cuarto y comienzan a hacerle preguntas a la víctima”, describe uno de los testimonios recogidos. “Cuando ellos veían que la víctima no respondía a las preguntas que ellos hacían, ellos mismos tomaban el objeto para torturar y se volvían locos y comenzaban a pegar, a torturar a la víctima, sin importarle nada, como si ellos fueran funcionarios” de la inteligencia venezolana”, sostuvo antes de añadir que los agentes cubanos por lo general andan vestidos de civil para tratar de pasar desapercibidos.

Pese a los esfuerzos por enseñar los límites, algunas de las víctimas del régimen han muerto bajo las sesiones de tortura, algunas de ellas incluso colapsando en los tribunales por los efectos de las lesiones sufridas cuando han ido a declarar. La versión del 2021 del informe anual sobre los Crímenes de Lesa Humanidad cometidos en Venezuela fue presentada a mediados de este mes en una ceremonia realizada en la sede de la Organización de Estados Americanos en Washington. Al presentar el trabajo, el Secretario General de la organización, Luis Almagro, advirtió que “la violación de los derechos humanos es permanente y frecuente en Venezuela” y dijo que el mundo no puede acostumbrarse a escuchar las historias de horror y tortura que sufren los venezolanos.

Con sede en Praga, el Instituto Casla se aboca a monitorear el estado de la democracia en Latinoamérica y sensibilizar a la opinión pública acerca del estado de los derechos humanos en la región.

El informe de 43 páginas también señala que agentes de los servicios de inteligencia del régimen de Caracas operan con total impunidad en Venezuela, cometiendo todo tipo de acciones atroces sin temer represalias de sus superiores, siempre y cuando se muestren leales. “Por la permisividad e impunidad con que ejecutan sus actos, son descritos como agentes del Estado con licencia para matar, torturar, desaparecer o violar”.

Los testimonios recogidos por el Instituto Casla coinciden en que un número importante de agentes de represión del régimen de Caracas han sido formados en Cuba en materia de ideología así como en metodología de inteligencia, contrainteligencia, represión y en métodos de tortura, así como su aplicabilidad. La formación cubana, así como las demostraciones de lealtad, por lo general son más útiles para los oficiales para poder avanzar en su carrera militar que cualquier formación académica que pudieran tener, resalta el estudio.

El informe también resalta que la corrupción y la represión son los pilares principales que sostienen al régimen. “La jerarquía y la meritocracia eran letra muerta en el chavismo, y aun lo sigue siendo. El servilismo y afinidad son bien remunerados y el régimen se aferra a sus piezas claves”, señala el documento reproduciendo uno de los testimonios recogidos. “Darles poder, influencias, y dejarlos entrar en fórmulas de corrupción es la manera en cómo los controlan [la oficialidad] y cuando se atreven a realizar sus propios negocios ilícitos, sin pagar cuotas o sin informar, los detienen, los despojan de empresas, bienes muebles e inmuebles, dinero en cuentas, y pasan a ser los nuevos perseguidos, presos o exiliados del chavismo”.

Sacar de juego a cualquier oficial por lo general representa muy poca dificultad para los organismos de seguridad, y en especial para la Dirección General de Contrainteligencia Militar, señala el informe, al enfatizar que “en el DGCIM solo necesitan papel y lápiz para destruirle la vida y la profesión a quienes ellos consideran sus enemigos, todo con la anuencia y formación de los enviados de Cuba, asesores expertos en el tema”. Cuba ha jugado un papel importante en la reestructuración de los organismos de inteligencia de Venezuela y en el entrenamiento de sus oficiales, pero también operan directamente dentro de territorio venezolano, trabajando activamente en la captación de civiles y militares para luego colocarlos donde puedan serles útiles para funciones específicas de inteligencia y control.

En uno de los testimonios recogidos, un oficial venezolano describió como coroneles cubanos impartían instrucciones a los jefes del DGCIM sobre la importancia de la ‘neutralización’ de “aquellas personas que hicieran cualquier clase de comentarios en contra del gobierno dentro de la oposición y en las bases y fuertes militares”.

Asimismo, los agentes cubanos han impartido instrucciones sobre cómo documentar las acusaciones falsas, a través de la siembra de pruebas, y la ejecución de procedimientos falsos, entre otras prácticas.

“Son parte de los cursos impartidos y la orden era que aun cuando no tuvieran todos los elementos para decir que el sospechoso o sospechosos estuvieran haciendo algo contra el gobierno, se debía presumir que era así. Esto se materializaba en la siembra de armamento, teléfonos, armar grupos de WhatsApp conspirativos, mensajes falsos de texto, todo para incriminar a las personas que querían neutralizar”, señala el informe en base a los testimonios recogidos.

Otra de las técnicas enseñadas por el personal cubano es la de recoger y llevar hasta las instalaciones de los familiares de las personas que están siendo interrogadas para motivarles a declararse culpables.

Los funcionarios venezolanos han sido entrenados sobre métodos crueles de entrevistar a sus víctimas para que se incriminen bajo coacción, en ocasiones declarándose culpables sin que en realidad hayan cometido algún tipo de delito. El manual de contrainteligencia utilizado en Venezuela fue elaborado en Cuba y los agentes de la isla promueven su uso resaltando la utilidad que ha demostrado tener en la isla, dijeron los entrevistados.

“Los cubanos nos dicen cosas como: ‘ustedes pueden ver que estos son los mismos métodos que han sido utilizado en Cuba y en todos estos años nunca hemos sido derrocados, siempre nos hemos mantenido en el poder, y todo gracias a este trabajo que nosotros realizamos de contrainteligencia y aquí se lo traemos”, señaló uno de ellos.

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