Afirman que expresidente Horacio Cartes se fugaría a la embajada de Venezuela

Eduardo Nakayama volvió a encender las sospechas con respecto a los supuestos vínculos que unen al grupo económico del expresidente Horacio Cartes con el círculo cercano al presidente venezolano Nicolás Maduro y que son constantemente señalados como un peso para el gobierno de Santiago Peña en cuanto a las decisiones respecto al gobierno de Caracas.

En particular, el senador independiente insinuó este martes algo que ya forma parte del imaginario político en torno a la cercanía física del presidente de la ANR con la embajada de Venezuela en Asunción. Y es que el predio de la representación diplomática del país caribeño está ubicado justo al lado de la residencia de Cartes, sobre la calle Soldado Desconocido, casi España.

Nakayama, fuerte crítico al régimen de Maduro y de la posición de Peña al respecto, ya había reclamado el acercamiento con Caracas apenas ganadas las elecciones, un calco del que ya había hecho el propio Cartes durante su gobierno en 2013, luego de unos meses de ruptura diplomática en la era del liberal Federico Franco, que siguió al golpe parlamentario a Fernando Lugo.

«Desde un principio hemos sospechado que podría ser utilizado como un ‘plan b’ por parte del cartismo. Hoy con las sanciones por parte del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos esto parece confirmarse», dijo Nakayama en el Senado tras conocerse la noticia.

Pero Nakayama sembró todavía más dudas cuando hizo referencia a la proximidad física e incluso a la titularidad del inmueble que ocupa la representación diplomática. «Habría que averiguar quién ha alquilado esta residencia a la Embajada de Venezuela, por qué casualmente está ubicada al lado de la residencia del expresidente Horacio Cartes», mencionó en clara insinuación a una posibilidad de asilo ante cualquier eventualidad.

Los vínculos comerciales del grupo económico del expresidente con Caracas vienen siendo publicados ampliamente desde la aparición del famoso avión venezolano- iraní retenido en junio de 2022 en Argentina y que había estado antes en Paraguay, según los investigadores, para la exportación de cigarrillos de Tabesa.

Eduardo Nakayama volvió a encender las sospechas con respecto a los supuestos vínculos que unen al grupo económico del expresidente Horacio Cartes con el círculo cercano al presidente venezolano Nicolás Maduro y que son constantemente señalados como un peso para el gobierno de Santiago Peña en cuanto a las decisiones respecto al régimen de Caracas.

En particular, el senador independiente insinuó este martes algo que ya forma parte del imaginario político en torno a la cercanía física del presidente de la ANR con la embajada de Venezuela en Asunción. Y es que el predio de la representación diplomática del país caribeño está ubicado justo al lado de la residencia de Cartes, sobre la calle Soldado Desconocido, casi España.

Nakayama, fuerte crítico al régimen de Maduro y de la posición de Peña al respecto, ya había reclamado el acercamiento con Caracas apenas ganadas las elecciones, un calco del que ya había hecho el propio Cartes durante su gobierno en 2013, luego de unos meses de ruptura diplomática en la era del liberal Federico Franco, que siguió al golpe parlamentario a Fernando Lugo.

Desde un principio hemos sospechado que podría ser utilizado como un ‘plan b’ por parte del cartismo. Hoy con las sanciones por parte del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos esto parece confirmarse 

Habría que averiguar quién ha alquilado esta residencia a la Embajada de Venezuela, por qué casualmente está ubicada al lado de la residencia del expresidente Horacio Cartes 

El caso había llevado a la investigación de los ministros anticorrupción y antilavado del gobierno anterior a indagar sobre presunto delitos, tras inconsistencias halladas en los informes de la Oficina de Aduanas de Aruba, destino final del vuelo desde el Aeropuerto Guaraní de Ciudad del Este.

Aquel avión operaba bajo la bandera de la compañía venezolana Emtrasur, pero para los Estados Unidos seguía perteneciendo a Mahan Air, una compañía iraní sancionada por ese país desde marzo de 2008. Las sospechas también pesaban sobre la tripulación, mucho mayor a la requerida para vuelos de esas características y con cinco ciudadanos iraníes, entre ellos Gholamreza Ghasemi, a quien Washington le atribuye haber sido miembro de la Guardia Revolucionaria iraní.

con redacción de politicaonlne

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