Venezuela seguirá dependiendo de Irán para obtener gasolina, porque no ha logrado producirla y otros países no se arriesgan a las sanciones impuestas por los Estados Unidos.
El diputado a la Asamblea Nacional José Guerra indicó que el 70% de las estaciones de servicios subsidiadas y 40% de las dolarizadas en el país están cerradas.
“Esto es un dilema que hoy no tiene solución. Es evidente que el gobierno va a optar por las importaciones, probablemente, a través de intercambiar petróleo crudo por gasolina con Irán o con la India”.
Navegar 3.600 kilómetros de costa, según el diputado, “encarece en un 10% el costo del barril de gasolina”. Recordó que la gasolina es 20 % más costosa que el petróleo.
Explicó que la gasolina de estos países es más cara, pues deben pagar flete y y seguro para emprender un recorrido de alrededor de 21 días hasta Venezuela. “Tener que navegar 13 mil 600 kilómetros para llegar a costas venezolanas encarece al menos en un 10% el costo del barril”.
Por su parte, el economista Leonardo Buniak precisa que no hay dinero para pagar estas importaciones y Maduro paga vía trueque con oro. “Esta es una relación ganar ganar donde Irán obtiene oro monetario y Venezuela el combustible”.
Ambos economistas coinciden en que el principal obstáculo que enfrenta Venezuela para comprar gasolina es que no tiene dinero para cancelarlo.
Al no tener dinero en caja para pagar, tendrá que recurrir nuevamente al oro del Banco Central de Venezuela. “Más que un interés geopolítico, Irán tiene interés geoeconómico al enviarle gasolina a Venezuela, y es obtener oro monetario para poder negociarlo en mercados internacionales”, detalló Buniak.
Agregó además que Irán sigue siendo una de las pocas alternativas que tiene el chavismo, pues ningún país se va a exponer a las sanciones por el enviar combustible a Venezuela.
“Irán es el gran socio de Venezuela en esta materia, porque la rusa Rosneft ya no lo hace, justamente evitando esas sanciones”, agregó.
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