El riesgo inminente de Alex Saab para el régimen de Maduro

Alex Naím Saab Morán pasó de ser el hombre que le permitió a Nicolás Maduro y al régimen venezolano amasar fortunas en corrupción, a ser la persona capaz de poner contra las cuerdas al dictador chavista y a su círculo más íntimo.

La preocupación en Miraflores es extrema desde la detención del empresario colombiano el pasado 12 de junio en Cabo Verde. La posibilidad de que sea extraditado a Estados Unidos desvela a más de uno en Caracas.

Tanto que a pocas horas de la detención, el régimen emitió un comunicado en el que se refería a Saab como un “agente” del Gobierno. Función que le otorga, según el razonamiento chavista, la “inmunidad diplomática”. El empresario colombiano -de origen libanés- también actuó con rapidez para evitar terminar ante la justicia norteamericana: contrató a José Manuel Pinto Monteiro, un poderoso abogado reconocido por llevar casos de narcos y lavadores de dinero.

El lunes pasado circularon las primeras imágenes del testaferro de Maduro detenido en la isla africana. El martes, fue trasladado desde la Isla de Sal a la cárcel central de Ribeirinha en São Vicente, una prisión donde está recluidas personas que son capturadas por narcotráficos en los puertos de Cabo Verde, y que tiene varios antecedentes de fugas.

Saab, quien tenía solicitud de captura internacional en Interpol, acusado de lavado de dinero y corrupción en un tribunal de Estados Unidos, fue detenido luego de que el avión privado en el que viajaba -un Bombardier Global 5000, con matrícula T7-JIS- solicitara autorización para aterrizar en Sal con el objetivo de repostar combustible. Cabo Verde era simplemente una parada técnica de un vuelo que lo trasladaba de Caracas a Teherán, capital de Irán. Hoy, el mayor temor del empresario es que ese haya sido su penúltimo viaje antes de terminar en suelo norteamericano.

Este sábado Estados Unidos fue enfático: hará “todo lo que tenga que hacer” para lograr la extradición de Saab. “El Departamento de Justicia va a pedir la extradición de ese señor a Estados Unidos, donde hay una demanda en su contra”, afirmó James Story, encargado de negocios de la Oficina Exterior de EEUU para Venezuela.

El domingo pasado, dos días después de la detención de Saab, el fiscal general de Cabo Verde, José Landim, confirmó que hay un proceso de extradición abierto. Detalló, además, que el país que solicitó la detención del testaferro de Maduro -en este caso Estados Unidos- tiene 18 días para formalizar dicha solicitud, aunque se puede extender hasta 40 días. Si bien el país africano no tiene un acuerdo de extradición con Washington, aclaró: “Cabo Verde es miembro de las Naciones Unidas, como la mayoría de los países del mundo, y como tal, es parte de las convenciones de la ONU sobre diversos delitos. Me refiero al crimen organizado, la corrupción y el narcotráfico”. En ese sentido, el hecho de que haya sido recluido en una prisión de narcos no es algo menor. Más bien fue tomado como una señal.

Cómo llegó Saab al entorno de Maduro y en qué consiste su extensa red de corrupción

El empresario colombiano era vendedor de llaveros y uniformes de trabajo en su Barranquilla natal. Allí conoció a Álvaro Pulido, el otro contratista del régimen venezolano que también es buscado por la justicia norteamericana cuyo verdadero nombre es Germán Rubio. Sin embargo, por problemas judiciales, dejó de utilizar su nombre y comenzó a utilizar la identidad de una persona fallecida en Miami en 2005. En 2000 Pulido fue relacionado a un caso de narcotráfico en Colombia. De acuerdo a la revista Semana, eso le abrió, hasta hoy, la puerta de millonarias contrataciones en Venezuela.

Saab y Pulido comenzaron a exportar al país vecino utilizando el polémico sistema preferencial de cambio CADIVI. En 2011, Saab participó en un acuerdo alcanzado entre los por entonces presidentes de Colombia y Venezuela, Juan Manuel Santos y Hugo Chávez. En el acto donde se rubricaron las firmas, también estuvo Maduro, por ese entonces vicepresidente de Chávez. El convenio era para la construcción de viviendas prefabricadas. No obstante, a la prensa venezolana le llamó la atención que la compañía representada por Saab (Fondo Global Construcción) no tenía experiencia en construcción, y había sido constituido apenas días antes del acuerdo. “Aquel día, en una Caracas que todavía nadaba en la bonanza petrolera, ese personaje consiguió de golpe entre 500 y 600 millones de dólares”, indica Semana.

Fondo Global Construcción tenía como propietaria final otra sociedad registrada en la isla mediterránea de Malta. Además de operar en Colombia y Venezuela, también tenía presencia en Ecuador. Entre 2013 y 2015, la Fiscalía de ese país divulgó ciertas irregularidades: acusó a directivos de la compañía y congeló dinero. Desde Ecuador debían despachar los materiales de construcción, aprovechando el sistema de pagos de compensación que entonces mantenían Hugo Chávez y Rafael Correa. A raíz de este negocio, a mediados de 2019 un fiscal del estado de la Florida lanzó una acusación contra Saab y Pulido por un operación de lavado de dinero de unos 350 millones de dólares.

Pero esas primeras sospechas no frenaron el ascenso de Saab en la Venezuela chavista. Muerto Chávez en 2013, Maduro llega al poder y convierte al empresario barranquillero en su principal contratista.

Pese a que se mantuvo como un empresario de bajo perfil y sin relevancia en Colombia, el nombre de Saab apareció en los medios cuando la ex fiscal venezolana Luisa Ortega le acusó en 2017 de ser uno de los testaferros de Maduro. La ex titular del Ministerio Público venezolano (MP), hoy exiliada en Colombia, lo relacionó con varias empresas, entre ellas Group Grand Limited (GGL), acusada de suministrar con sobreprecios al régimen de Maduro alimentos y víveres para los gubernamentales Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). Un funcionario del Gobierno estadounidense indicó en julio de 2019 que con los CLAP, que se entregan a los más pobres, el empresario colombiano y tres hijastros de Maduro al parecer se lucraron con “cientos de millones de dólares”.

En este esquema de corrupción se utilizaban productos mexicanos. La dictadura vendía a 34 dólares las despensas compradas en México por sólo 16 dólares. De acuerdo con el Sistema de Información Arancelaria Vía Internet, Venezuela pagó en promedio 16 dólares por 11 productos básicos para la alimentación: aceite vegetal, arroz, atún en lata, azúcar, frijol, lentejas, maíz blanco, mayonesa, pastas y salsa de tomate. Se agruparon en paquetes que posteriormente vendieron en 34 dólares y se distribuyeron con la modalidad de entrega casa por casa por los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). Esta semana, la Unidad de Inteligencia Financiera mexicana anunció una investigación sobre Saab por este caso.

En los primeros años de Maduro en Miraflores, estas fueron algunas de las fortunas almacenadas por Saab: 120 millones de dólares provenientes de las asignaciones de dólares preferenciales en las denominadas “subastas Sicad”; otros 125 millones de dólares con contratos para la venta de materia prima a granel, como maíz, trigo o soja; y un acuerdo por 4.000 millones de dólares para la explotación petrolera con Trenaco, domiciliada en Colombia y Suiza, al frente de la cual estuvo el empresario colombiano Carlos Gutiérrez Robayo, consigna la revista Semana.

Por su parte, entre 2016 y 2018, la extensa red de Saab obtuvo contratos por cerca de 1.500 millones de dólares a nombre de Group Grand Limited -registrada en Hong Kong- y Asasi Food Fze -inscrita en Emiratos Árabes Unidos-. Esas compañías no sólo firmaron acuerdos con el régimen venezolano para las cajas Clap, también lo hicieron para suministrar medicinas, repuestos y hasta juguetes.

Todo este esquema requirió de sofisticadas estructuras financieras. Saab y sus socios movieron decenas de compañías en Emiratos Árabes y Turquía; realizaron movimientos bancarios en países como Suiza, Rusia, Bulgaria o Antigua y Barbuda. Además de naciones africanas y más recientemente Irán.

El pasado mes de mayo se dio a conocer que Saab había sido designado por Maduro para impulsar un acuerdo de intercambio de oro por aditivos de combustible con Irán. El colombiano ayudó a negociar el acuerdo de Irán con el ministro de Petróleo venezolano, Tareck El Aissami, según informaron en su momento a Bloomberg fuentes próximas a otros encargos previos del empresario, como el refuerzo de la relación de Venezuela con Turquía, a través del envío de 900 millones de dólares en oro en 2018. A cambio, Ankara pasó a ser un importante proveedor de alimentos básicos, como pasta, aceite de girasol, harina de trigo, lentejas rojas y leche en polvo para Venezuela.

Este domingo el diario El Tiempo informó que el FBI y la DEA investigan los vínculos del empresario colombiano que se extienden a al menos siete países de América, Europa y Asia. El periódico colombiano aseguró: “Nadie sabe a cuánto asciende su fortuna”.

Además de Group Grand Limited, la información que manejan las autoridades norteamericano también vinculan a Saab como firmas como Sun Properties LLC (en Delaware, EEUU) y Mulberry Proje Yatirim, en Turquía. Panamá y Emiratos Árabes Unidos son las que más firmas investigadas albergan, con tres cada una. Por último, hay dos firmas colombianas en la mira del FBI y la DEA: Fondo Global de Alimentos LTDA y Emmr & CIA.

Esta extensa red contó además con el aval y la cooperación de Cilia Flores, esposa de Maduro, y sus hijos, conocidos como “los Chamos”. Por ese motivo, en julio de 2019 el Departamento del Tesoro sancionó a los tres hijos de Flores: Walter, Yosser y Yoswal Gavidia Flores. Los tres son acusados de recibir sobornos de Saab a cambio de darle acceso a contratos sobrevalorados del gobierno venezolano.

Junto a ellos fueron incluidos en la lista negra de Washington Saab, Pulido, Emmanuel Enrique Rubio González, Isham Ali Saab Certain, Shadi Nain Saab Certain, Mariana Andrea Staudinger Lemoine y José Gregorio Vielma Mora. Éste último es ex gobernador del estado Táchira, involucrado en estos casos de corrupción que investiga el gobierno norteamericano.

“Si hubieran utilizado la fuerza que ellos tenían para cosas buenas, habría sido un imperio, pero lamentablemente la mayoría salió engañada (…) Al final, nunca cumplían, todo era para ellos”, manifestó una fuente, bajo anonimato, a Semana.

Toda esta información, y muchos más secretos aún desconocidos, son los que tiene Saab en su poder. Secretos que en un momento le permitieron construir una fortuna, tal vez en un futuro le sirvan como carta de negociación para negociar con las autoridades norteamericanas. El futuro es incierto, pero el régimen de Maduro sabe que el daño puede ser profundo.

NotiVeraz

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