Desde el inicio de la estricta cuarentena el 20 marzo se dio comienzo a un cambio obligado hacia el uso masivo de las altas tecnologías.
Ellas fueron las grandes aliadas de comerciantes, profesionales liberales, educadores, de quienes encontraron profundamente en esta ventana al mundo que es internet una alternativa al duro y extenso confinamiento decretado por el gobierno nacional a causa de la pandemia.
Esta cuarentena adelantó varios casilleros en materia tecnológica y de relaciones comerciales, humanas, comunicacionales y profesionales. El home working, el teletrabajo y el uso masivo de internet se intensificó como nunca los últimos noventa días. Un pequeño paliativo a la crisis que depositó el Covid-19 en suelo argentino.
Pero para la inteligencia criminal no hay vacaciones, y mucho menos en cuarentena ya que varios delitos informáticos se intensificaron llegando a incrementarse algunos de ellos en más de un 47% respecto a años anteriores (de acuerdo a las consultas realizadas a AALCC).
Los delitos con fines económicos lideraron esta vez el top ten comenzando por el robo de datos a través de correos trampa también conocida como phishing. En este caso falsos correo de bancos, tarjetas de crédito, redes sociales, entre otras plataformas se enviaron a mansalva intentando que el usuario ingrese a un enlace con el diseño gráfico similar a las entidades oficiales.
Allí le solicitan validar información. Esa información podrá ser utilizada para realizar gastos con tarjetas de crédito, transferencias o en un paso siguiente de la ingeniería criminal extorsionar a la víctima solicitado dinero o bitcoins a cambio de no bloquear el acceso a cuentas de redes sociales, correos electrónicos o plataformas informáticas con datos de acceso obtenidos mediante el phishing.
También subieron los casos de extorsión, fraudes mediante la venta de productos muy económicos que nunca llegan o falsas campañas de colaboración en la lucha contra la pandemia utilizando el nombre de organizaciones internacionales como el caso de Cruz Roja.
El secuestro de dispositivos informáticos -modalidad conocida como Ransoware– mediante el envió de archivos maliciosos para luego cobrar un rescate en bitcoins por el archivo desencriptado también continuó siendo una constante en estos tiempos de uso masivo de la web, como así también los delitos marcarios.
La panacea para el ciberdelincuente se da en estos tiempos cuando hay más usuarios de internet, un medio mundo digital como es él envió de millones de emails con motivos delictuales hace que, aunque el porcentaje de pique sea ínfimo, la rentabilidad para el criminal sea alta.
En todos los casos la finalidad es netamente económica y la acción delictual puede llegar desde cualquier parte del mundo, ya que la web es un mundo sin fronteras físicas lo que hace más difícil una investigación ya que se trata en muchos casos de delitos trasnacionales.
Pero por otro lado, debemos comprender que existe una herramienta muy importante para reducir las probabilidades de ser víctima de este tipo de delitos. Esa herramienta es la prevención, estar informado operando a través de sitios oficiales.
NotiVeraz