La ciberseguridad en cuarentena se sitúa en el primer plano

Hasta hace unos años, era un tema secundario. Hoy, e impulsada por la crisis del coronavirus y el periodo de confinamiento, la ciberseguridad tiene el papel que se merece en las estrategias del departamento TIC.

Fue hace unos años, cuando grandes empresas se vieron afectadas por ataques de ransomware, el momento en el que las organizaciones se dieron cuenta de la importancia de la ciberseguridad.

El hecho de que afectara a grandes compañías hizo que muchas pequeñas y medianas empresas empezaran a tomarse la ciberseguidad en serio. La figura del CISO cobró importancia y muchas empresas, que no tenían ese cargo, ahora sí lo tienen.

La crisis provocada por el coronavirus y por la etapa de confinamientos que hemos sufrido y en el que el teletrabajo ha sido la tónica habitual en las organizaciones y administraciones públicas ha supuesto ese necesario segundo impulso.

La ciberseguridad vive una época dorada y muchas empresas ya la tienen como prioridad principal a la hora de realizar cualquier movimiento que tenga que ver con su estrategia de TI. En esta línea, José de la Cruz, director técnico de Trend Micro cree que “la situación de pandemia se ha convertido en el mayor habilitador, en materia de ciberseguridad, de los últimos tiempos. Se trata de una situación excepcional, en muchos casos novedosa, que ha provocado situaciones de riesgo a muchas compañías. A causa de esto, se ha incrementado la inversión en soluciones que permitan a las empresas desarrollar su actividad durante este contexto de manera segura”.

ciberseguridad escudo

Lo cierto es que la crisis generada por el coronavirus ha sido aprovechada por los ciberdelincuentes y se han puesto de manifiesto que las arquitecturas de seguridad de muchas empresas no cuentan con la suficiente flexibilidad o, dicho de otra forma, con las suficientes capas.

Un ejemplo ha podido verse con el despliegue del teletrabajo, en el que muchos usuarios han quedado desprotegidos simplemente por cambiar su ubicación física.

A pesar del aumento en la concienciación de las empresas de que la ciberseguridad es algo vital para sus negocios, es necesario seguir dando pasos para desplegar entornos seguros y adoptar enfoques innovadores de seguridad.

En opinión de Alberto Ruiz Rodas, Presales Engineer de Sophos, “las estrategias utilizadas por los ciberdelincuentes evolucionan constantemente y las soluciones tradicionales de seguridad cada vez son menos útiles.

Poco a poco, las empresas están aprendiendo que las soluciones de seguridad tienen que estar formadas por varios componentes y acompañar al usuario allá donde va. Lo que sí se ha hecho patente en esta situación es la importancia que tiene la ciberseguridad en cualquier entorno y en todo momento.

Si antes era de vital importancia para las empresas, organizaciones y estructuras públicas contar con sistemas de seguridad avanzados para mantener sus conexiones seguras, ahora se ha hecho visible que la ciberseguridad no es un asunto de segundo nivel, ya que los cibercriminales siempre están al acecho y aprovechan cualquier oportunidad para lanzar sus ataques contra empresas y usuarios”.

El teletrabajo masivo ha hecho que la ciberseguridad cobre más importancia para las empresas

Y, ¿quién es el culpable de que la ciberseguridad tenga un nuevo protagonismo? El teletrabajo. El hecho de que muchos empleados hayan empezado a hacerlo desde sus casas, ha hecho ver a las empresas que es necesario adoptar nuevas estrategias porque tal y como señala Miguel López, Country Manager de Barracuda, “la situación creada por la pandemia que sufrimos ha generado una nueva problemática alrededor del teletrabajo de forma masiva y esto conlleva la aparición de nuevos problemas y el agravamiento de otros existentes de manera previa en relación con la ciberseguridad”.

Las organizaciones han observado que el teletrabajo les ha permitido seguir operando con normalidad pero que tiene varias aristas que confluyen que haya una mayor necesidad de seguridad. Desde WALLIX apuntan a dos elementos importantes que las empresas están empezando a observar y a tener en cuenta:

  • La seguridad de los accesos externos a la infraestructura de servidores, hasta ahora limitada a unos cuantos proveedores, a los que no se atribuía una gran peligrosidad, pero a partir de la masificación del teletrabajo, abierto a los empleados que se conectan desde el exterior.
  • La seguridad de los Endpoints, porque de pronto se han tenido que utilizar terminales de usuario recién adquiridos, o los terminales de usuario particulares de los empleados, en general mucho menos protegidos que los de las empresas.

Nuevos retos en ciberseguridad

Ante esta nueva realidad surgen nuevos retos que las empresas están empezando a tener en cuenta para cambiar la estrategia de seguridad que se tenía hasta ahora.

El informe Threats Insights Report 2020 realizado por Panda refleja que las ciberamenazas nunca han sido tan variadas como ahora.

En un día, un endpoint puede experimentar una estafa de phishing con un enlace a un archivo malicioso, puede descargar un ransomware de un sitio web falsificado, ser víctima de un ataque sin archivo que se mantiene oculto en la memoria durante semanas, meses, o incluso años.

Es decir, cada vez hay más amenazas y más vectores de ataque en cualquier entorno IT que pueden causar una brecha de cualquier tipo. Y ahora además se suma el contexto del COVID-19, que también ha aumentado los riesgos existentes.

Desde McAfee, observan tres retos principales creados por este cambio y que tienen un impacto en la postura de ciberseguridad de las empresas:

  • Los dispositivos personales se están usando para trabajar. Algunas empresas pueden estar pidiendo a sus empleados que utilicen, por ejemplo, sus portátiles personales para trabajar desde casa. Otras pueden estar ofreciendo nuevos dispositivos gestionados que necesitan reforzarse con seguridad endpoint.
  • Navegación a internet segura desde los hogares. La mayoría de las implementaciones VPN no están dimensionadas para escalar hasta el punto de canalizar el tráfico de una empresa entera; bien por puro ancho de banda (lo que puede traducirse en ralentización del servicio y apagones) o licenciamiento (algunas compañías pueden no tener licencias para cubrir a toda la plantilla). En cualquiera de los escenarios, los dispositivos acabarán accediendo a Internet sin la protección en profundidad de una red gestionada.
  • Ubicuidad de los datos. Ha habido un incremento espectacular en el uso de herramientas basadas en la nube para reuniones y colaboración de equipos descentralizados. Con acceso directo a Internet, no existe visibilidad de los datos que se envían a la nube (y entre nubes) y la red se vuelve vulnerable. Compartir dentro de la nube y a terceras partes también causa pérdida de visibilidad y control.

Uno de los retos para los negocios es habilitar una fuerza de trabajo móvil productiva y segura, ya que las posibilidades de ser objeto de ataques relacionados con el robo de credenciales pueden aumentar en estos días.

Sin la protección de la red de la empresa, un usuario remoto podría infectarse sin su conocimiento, e incluso introducir la infección en la red corporativa. Esta situación hace que las empresas deban extender la seguridad hacía los puestos desde donde los empleados se conectan, lo cual es un reto importante.

Es más, Guillermo Fernández, sales engineer Southern Europe, de WatchGuard cree que “en algunos casos, se da la circunstancia de que el trabajador tiene que utilizar sus propios dispositivos personales para poder hacer su trabajo porque no cuenta con equipo de la empresa. Aquí se añade el riesgo del shadow IT. 

En definitiva, todo lo que afecte a la reputación de los negocios y exponga su información confidencial, propiedad intelectual y dinero al cibercrimen son factores que perjudican la actividad económica y social. Por eso, desde WatchGuard creemos que más que contar con tecnología, es una cuestión de actitud hacia la ciberseguridad.

Creemos que las empresas de todos los tamaños además de contar con las soluciones tecnológicas adecuadas, merecen contar con un entorno confiable para sus redes, sobre todo las redes Wi-Fi, lo cual sin duda es otro reto”.

De lo que se trata, al final, es de dar servicio y de hacerlo con seguridad. Como asegura Borja Pérez, country manager de Stormshield, “es imprescindible para las empresas dar servicio, sin comprometer la seguridad, a unos usuarios que han pasado de trabajar mayoritariamente de forma presencial a hacerlo de manera remota. Además, otro de los retos es la falta de inversión en seguridad.

Desgraciadamente, muchas empresas siguen sin considerar la seguridad como algo importante cuando acometen procesos de transformación digital. O que sólo toman medidas cuando se han visto afectadas por un ataque. Aunque se ha elevado el nivel de concienciación en los últimos años, y las campañas de ransomware han contribuido mucho a ello, sigue quedando mucho por hacer”.

Ciberseguridad – Proteger equipos externos

Nos hemos lanzado todos al teletrabajo. El problema es que la mayoría de las empresas no estaban preparadas para este escenario y en las que lo estaban, sólo un reducido grupo de profesionales podían beneficiarse de las ventajas del trabajo en remoto.

Así que para que todo el mundo pudiera seguir siendo productivo desde su casa, la gran mayoría de trabajadores lo han hecho desde sus propios equipos personales y utilizando el router y la conexión que tienen en sus hogares lo que abría la puerta a poder sufrir diferentes tipos de ciberataques.

ciberseguridad blockchain

Para Samuel Bonete, Regional Sales Manager de Netskope “el teletrabajo ha provocado que muchas empresas deban realizar un gran esfuerzo para que sus empleados puedan mantenerse conectados, y esto, ha llevado a que a fin de asegurar la conectividad se haya descuidado la seguridad, poniendo en riesgo los datos.

A este trabajo contra reloj, se suma el hecho de que España es un país de pymes, y como tal, muchas de esas empresas no cuentan con los medios tecnológicos y económicos necesarios para facilitar a sus trabajadores el teletrabajo.

Ante tal situación, muchos responsables de seguridad no saben qué medios utilizar para proteger a estos trabajadores remotos en su navegación web o cómo controlar qué datos terminan en aplicaciones remotas o qué visibilidad existe de los datos que salen hacia Internet (Shadow Data). Del mismo modo, deben asegurar que el usuario tenga acceso seguro a los recursos internos de forma transparente y sin montar un terminador de túneles convencional datos (RDP, SSH Web en red interna e IaaS)”.

Josep Albors, responsable de concienciación e investigación de ESET cree que “con numerosos empleados trabajando en remoto, y no precisamente en las mejores condiciones, no cabe duda de que los riesgos se han incrementado notablemente.

El acceso no autorizado a redes corporativas por la sobreexposición que supone el teletrabajo, junto al robo, cifrado no autorizado y filtración de información confidencial, se encontrarían entre las preocupaciones más acuciantes para las empresas.

Lo es si no se realiza de forma segura. Permitir que los trabajadores accedan a la red corporativa desde equipos sin supervisar, desactualizados y con altas posibilidades de que se infecten es un gran riesgo que requiere adoptar medidas lo antes posible”.

Uno de los riesgos de ciberseguridad de estos días es el acceso no autorizado a redes corporativas por la sobreexposición que supone el teletrabajo

Pero, ¿qué hay que hacer para proteger esa gran cantidad de dispositivos externos que se conectan a la empresa? En estos momentos nos encontramos ante un nuevo ambiente laboral en el que los empleados pueden compartir los datos corporativos tanto en dispositivos como en plataformas que la empresa no controla.

Por este motivo, es importante que las organizaciones tengan visibilidad y control sobre las plataformas que se están utilizando y los datos que se están compartiendo, así como conocimiento de los dispositivos que están accediendo a la información de forma segura, con el objetivo de establecer políticas para proteger los datos más sensibles.

Ángel Ortiz, Director Regional de McAfee cree que, por norma general las empresas deberían llevar a cabo una serie de acciones para que la seguridad de la empresa no se vea afectada:

  • Mantener una red segura utilizando una VPN. Como la mayoría de los empleados ahora están trabajando desde casa, es importante que sus conexiones de Wi-Fi domésticas sean seguras o que estén usando una red virtual privada (VPN) para mantener todos sus datos seguros cuando se conecten a mi organización.
  • Cambiar las contraseñas de la nube periódicamente. Los empleados deberían actualizar sus contraseñas a secuencias complejas que no puedan adivinarse fácilmente, usando una única para cada cuenta.
  • Utilizar autenticación de doble factor. La autenticación de doble factor es una forma más segura de que los usuarios accedan a los datos de la empresa que necesitan para trabajar. Así, se les pedirá que introduzcan su combinación de nombre de usuario y contraseña, y también que verifiquen su identidad a través del dispositivo que ellos (y solo ellos) tienen, como su teléfono móvil.
  • Navegación con protección. Todos los empleados deberían implementar una solución de software de seguridad para proteger sus dispositivos e información del malware y otras amenazas. Además, los usuarios deben continuar actualizando estos productos, porque a menudo contienen mejoras de seguridad.
  • Mantener los dispositivos protegidos y actualizados. Es importante contar con una solución, corporativa o doméstica, de protección del dispositivo (PC, tablet o móvil) y que ésta se encuentre actualizada en todo momento.

Claro que lo más importante debería ser que ningún empleado utilizase su equipamiento personal para teletrabajar. Eso es algo que tiene clarísimo el portavoz de ESET que considera que “esto debería evitarse siempre que fuera posible.

Es la empresa quien debe dotar de los medios necesarios para que el trabajador realice sus tareas en remoto. Los equipos particulares no son el mejor ejemplo de seguridad y cualquier sistema que acceda a la red y archivos de la empresa debería haber pasado unas mínimas comprobaciones de seguridad como, por ejemplo, el estado de las actualizaciones del sistema operativo y aplicaciones, la utilización de una solución de seguridad eficaz contra las amenazas actuales (a poder ser, gestionada desde la empresa) y la utilización de VPN”.

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