El veterano de guerra estadounidense Jordan Goudreau viajó a Colombia, en medio de los planes de la Operación Gedeón, en un avión del empresario prochavismo Franklin Durán.
Durán y sus colaboradores están ahora en el centro de múltiples investigaciones en Estados Unidos, Colombia y Venezuela por cómo Goudreau, un veterano de guerra con tres Estrellas de Bronce pero poco conocimiento de Venezuela, logró lanzar una fallida incursión que terminó con la captura y detención de sus dos compañeros de las fuerzas especiales.
Para el viaje, Goudreau y otros dos excompañeros de las Boinas Verdes, Luke Denman y Airan Berry, confiaron en una inusual ayuda: un vuelo fletado desde el aeropuerto privado Opa Locka de Miami en un avión propiedad de un empresario venezolano tan próximo al gobierno del fallecido Hugo Chávez, que pasó casi cuatro años en una prisión estadounidense por tratar de ocultar pagos clandestinos en efectivo a sus aliados.
Salieron en enero, desde el aeropuerto ejecutivo Opa Locka de Miami, en Estados Unidos, hacia Barranquilla, en Colombia, en un Cessna Citation II registrado en Venezuela con líneas amarillas y azules, identificado con el número de cola YV-3231, de Durán, quién durante más de 20 años ha tenido numerosos lazos comerciales con el chavismo.
Financiamiento de la dictadura
Esta conexión entre Durán y altos funcionarios del régimen nuevamente levantó los señalamientos planteados por Juan Guaidó, presidente interino de la República. Afirmó durante una entrevista a EVTV Miami que la Operación Gedeón estuvo financiada por Maduro.
«Aquí hay financiamiento de la dictadura”, dijo Guaidó . “Un empresario, testaferro muy vinculado al conductor del programa de chisme”, agregó en referencia al líder del Partido Socialista, Diosdado Cabello, cuyo programa semanal en la televisora estatal, alimentado por la vasta red de inteligencia venezolana que controla, lanzó por primera vez en marzo acusaciones de un ataque planeado por Goudreau.
La atención ahora está dirigida hacia el papel de Durán y su hermano Pedro en el plan.
Edward Shohat, abogado de Durán en Miami, dijo que ambos hombres fueron detenidos silenciosamente el domingo en Venezuela, aunque Pedro fue liberado más tarde. El régimen todavía no ha comentado sobre la detención.
El viaje del 16 de enero fue contratado por Servicios Aéreos Mineros, una aerolínea de alquiler que comenzó en el estado Bolívar.
Un ejecutivo de la industria confirmó la autenticidad de los documentos y dijo que los hermanos Durán usaron Serami para alquilar sus frecuentes vuelos entre Colombia y Venezuela.
Serami es en parte propiedad de Juan Carlos Ynfante, según dos personas familiarizadas con la compañía. A este hombre lo arrestaron el año pasado en la isla Gran Caimán por pilotar un avión con 135.000 dólares en efectivo no declarado.
Ynfante también fue nombrado presidente de Serami en un caso de decomiso federal de Estados Unidos en 2008 en el que un avión con el logotipo de la compañía fue incautado en Fort Lauderdale tratando de contrabandear 150 kilogramos de cocaína.
El otro acompañante
Yacsy Álvarez también iba en el vuelo de enero, quien, según declaraciones de Denman en la cárcel, lo llevó junto con Berry desde Barranquilla a un campamento rústico donde los rebeldes estaban entrenando.
Álvarez fue nombrado en 2017 director de Industrias Venoco de Centroamérica, dos años después de que la compañía se registró en Panamá. La compañía es una subsidiaria de Industrias Venoco, un fabricante de lubricación automotriz líder en el mercado que Durán controló antes de que Chávez lo nacionalizara en 2010.
Cuando perdió el control de Venoco, Durán estaba cumpliendo una sentencia de cuatro años en Estados Unidos por actuar como agente no registrado de Chávez. El líder había enviado a Durán a presionar al empresario Alejandro Antonini, quien estaba implicado en el llamado “Escándalo de la maleta”, un frustrado intento de contrabandear 800.000 dólares en efectivo para la campaña de 2007 de la expresidenta de Argentina Cristina Fernández a bordo de un avión alquilado.
Durante el juicio, la fiscalía señaló que Durán solía llevar una placa que lo identificaba como oficial de inteligencia de la Marina venezolana.
Tras su liberación en 2011 y su regreso a Venezuela, Durán inició una batalla legal con el estado venezolano para reclamar la propiedad de Venoco. El empresario mantuvo un bajo perfil mientras se sometía a un tratamiento contra el cáncer. Finalmente, recuperó algunos de los activos de la empresa, incluyendo el nombre y una filial en Barranquilla.
Durán es también el fundador de Ruibal & Durán, una compañía que vendía chalecos antibalas y otros equipos a las fuerzas de seguridad venezolanas, material que habría sido valioso para un ejército invasor.
El abogado de Franklin Durán en Estados Unidos se negó el miércoles a discutir el tipo de relación, si es que había alguna, con Goudreau o el vuelo de enero.
Pero Durán parece no haber vacilado nunca en su apoyo a la revolución antiimperialista a la que debe su fortuna.
“Soy un hombre de principios y convicciones los cuales fueron sometidos a prueba cuando intentaron hacerme admitir un montaje en contra de las instituciones venezolanas”, escribió en una carta abierta desde su celda en una prisión de Texas en 2010. “A pesar de todo esfuerzo mediático de un imperio y verme sometido a más de nueve meses a celda de castigo, jamás renuncié a mis valores.”
NotiVeraz