Aunque esta tecnología está llamada a revolucionar varios sectores, también plantea importantes retos a las actuales prácticas de ciberseguridad. Las técnicas de encriptación convencionales podrían verse comprometidas por la capacidad de los ordenadores cuánticos, que pueden resolver problemas complicados en cuestión de minutos, frente a los milenios que tardan los superordenadores ordinarios. Esto pone de manifiesto la necesidad de mejorar las medidas de seguridad en la industria de las telecomunicaciones, estrechamente vinculada a la transmisión y protección de datos sensibles.
El auge de las amenazas cuánticas
Los ordenadores cuánticos funcionan según los principios de la mecánica cuántica, lo que significa que utilizan principalmente cuatro principios clave de la física cuántica. En lugar de bits, aquí se trata de qubits. Y la informática cuántica es una ciencia en sí misma, así que quizá podamos dejarla para otro artículo. Lo que es importante saber es que, gracias a ello, los ordenadores cuánticos pueden realizar múltiples cálculos al mismo tiempo.
Esta capacidad les permite descifrar algoritmos de cifrado ampliamente utilizados, como RSA y ECC, que protegen la mayoría de las comunicaciones en línea hoy en día. Para las telecomunicaciones, esto significa que una vez que los ordenadores cuánticos sean lo suficientemente potentes y accesibles, la seguridad de las comunicaciones cifradas, los datos de los clientes y las operaciones de red estarán en peligro. Los expertos prevén que incluso los datos que se cifran ahora podrían ser almacenados por agentes malintencionados y descifrados más tarde, cuando los ordenadores cuánticos alcancen capacidades suficientes o sean más accesibles.
El sector de las telecomunicaciones: un objetivo crítico
Los grandes volúmenes de datos empresariales, personales y gubernamentales que manejan las empresas de telecomunicaciones las convierten en objetivos fáciles para los ciberataques posibilitados por la computación cuántica. Las redes del sector son fundamentales para la comunicación internacional, las finanzas e incluso la seguridad nacional. Las empresas de telecomunicaciones tendrán que cambiar a un cifrado resistente a la computación cuántica para salvaguardar sus redes de brechas desastrosas, ya que los ordenadores cuánticos pueden eludir el cifrado convencional.
Las organizaciones del sector de las telecomunicaciones ya están empezando a actuar, adhiriéndose a leyes y reglamentos. Por ejemplo, el gobierno de Estados Unidos ha ordenado a las agencias federales que empiecen a aplicar protecciones de criptografía post-cuántica (PQC) a través de la Ley de Preparación para la Ciberseguridad de la Computación Cuántica. De forma similar, la Autoridad Monetaria de Singapur animó al sector empresarial a tomar medidas proactivas publicando consejos para mitigar los problemas de ciberseguridad cuántica.
Criptografía post cuántica
En respuesta a estas preocupaciones, las empresas tecnológicas y los investigadores están trabajando en métodos de cifrado post-cuántico que resistan las capacidades de descifrado cuántico. Empresas como Google y Apple empezaron a experimentar con técnicas de criptografía de seguridad cuántica en 2024 en un esfuerzo por seguir el ritmo del desarrollo de las tecnologías. Google ha integrado protocolos resistentes a la cuántica en sus comunicaciones internas, mientras que Apple ha construido el sistema PQ3 para salvaguardar iMessage de cualquier ataque cuántico en el futuro.
En respuesta, el Instituto Nacional de Normas y Tecnología (NIST) ha elegido cuatro algoritmos seguros para la cuántica como ganadores de un concurso de seis años de duración. Estos algoritmos están diseñados para ofrecer una sólida defensa contra la amenaza que supone la computación cuántica, permitiendo a las empresasᅳincluidas las de telecomunicacionesᅳimplantar sistemas resistentes a la computación cuántica.
Nuevos escenarios
El cambio a un cifrado seguro para la computación cuántica conlleva su propio conjunto de dificultades. Numerosas infraestructuras de telecomunicaciones dependen de sistemas anticuados que no son compatibles con los perfiles criptográficos modernos. Las empresas tienen que examinar sus sistemas, calcular el tiempo necesario para la transición a alternativas de seguridad cuántica y designar los recursos necesarios para esta implantación.
Sin embargo, la computación cuántica también presenta oportunidades apasionantes en el mundo cuántico. Tiene el potencial de desbloquear nuevas capacidades de optimización y resolución de problemas en diversos sectores, incluidas las telecomunicaciones. Tiene potencial para mejorar áreas como la optimización de redes, la gestión del tráfico e incluso el desarrollo de canales de comunicación cuántica más seguros, como la distribución cuántica de claves (QKD), que utiliza los principios de la mecánica cuántica para asegurar la comunicación.
Prepararse para el futuro cuántico
Las empresas de telecomunicaciones deben actuar con prontitud, prepararse en consecuencia para mitigar los riesgos cuánticos y preparar sus infraestructuras para el futuro. La idea es que si se empieza a pensar en la informática cuántica cuando ya está aquí, entonces ya es demasiado tarde.
A medida que se desarrolla la informática cuántica, las organizaciones deben implantar criptografía resistente a la cuántica, reevaluar sus estrategias de protección de datos y adoptar protocolos de ciberseguridad modernizados. La carrera está en marcha no sólo para utilizar el poder de la tecnología cuántica, sino también para defenderse de las amenazas que aporta al panorama de la ciberseguridad de las telecomunicaciones.
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