Este miércoles, ante la concentración en el estado Portuguesa, protagonizada por el candidato presidencial de la Plataforma Unitaria, Edmundo González Urrutia, y la dirigente María Corina Machado, como parte de la campaña para el 28 de julio, la llamada “furia bolivariana” amenazó a los comerciantes de la entidad.
Desde esa entidad se informó que este 17 de julio encontraron volantes, firmados supuestamente por “la furia bolivariana”, donde se dice expresamente: “alerta comerciantes, si apoyan a María Corina, sus negocios serán cerrados”.
Desde antes de que comenzara la campaña, oficialmente, y durante este lapso, varios han sido los negocios cerrados por atender a la dirigente.
El primero fue un pequeño restaurante, propiedad de las hermanas Hernández, en el pueblo de Corozo Pando, en Apure.
Posteriormente, han sido cerrados hoteles y posadas, también por hospedar a los opositores.
El más reciente incidente de este tipo es el del expendio de comidas ubicado en La Encrucijada, estado Aragua, el cual también fue cerrado por el Seniat, luego de que Edmundo González y Maria Corina almorzaron allí, tras la concentración en Valencia, el sábado 13 de julio.
No es la primera vez que la furia bolivariana amenaza a la oposición y tampoco a María Corina Machado.
Este “movimiento”, creado desde finales del año pasado, se activó luego de que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro denunció la existencia de varios “planes golpistas”, de parte supuestamente de la oposición, por los cuales hay varios detenidos.
La furia bolivariana ha escrito grafitis en las paredes de algunas casas, en varias ocasiones, los cuales contienen amenazas contra dirigentes opositores.
El propio presidente Maduro dijo, el pasado 23 de enero: “Dejo en manos del pueblo lo que tengan que hacer si atentan contra mí, que activen la furia bolivariana”.
El primer vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, ha dicho en varias ocasiones: “la furia bolivariana estará presente para defender la Patria”.
Marino Alvarado, activista por derechos humanos y directivo de la ONG Provea, dijo, en esa ocasión, a la Voz de América: que esa furia «abarca detenciones, perseguir para obligar al exilio a líderes políticos y sociales, e intimidar. Se trata de meterle miedo a la gente”.
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