Brasil también conmemora hoy el Día Mundial del Refugiado, establecido en 2001 con motivo del 50 aniversario de la Convención de Ginebra, que consagró por primera vez los derechos de los migrantes forzosos y las obligaciones jurídicas de los Estados de protegerlos.
Según datos recogidos por el Comité Nacional para los Refugiados (CONARE) del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, sólo en 2023 Brasil analizó 138.359 solicitudes de asilo, un número un 235% superior al de 2022.
De los procesos analizados el año pasado, 77.193 fueron reconocidos como refugiados, migrantes en su mayoría de Venezuela (58.000), seguidos de cubanos (11.000) y casi 4.000 de Angola.
La mayoría de ellos son hombres (51,7%), mientras que las mujeres representan el 47,6%. Siguiendo una tendencia desafortunadamente global, los datos brasileños también registran un grupo significativo de niños y adolescentes, ya que la mayoría de los refugiados reconocidos en Brasil en 2023 tienen menos de 15 años.
En total, según los datos más recientes referidos al año pasado, hay 143.033 refugiados en Brasil, es decir, un 117 % más que en 2022.
“Históricamente, Brasil nunca recibió grandes contingentes de personas en situación de migración forzada”, explica a Infobae Marcelo Haydu, director del Instituto Adus, que se ocupa de la integración de los refugiados en la sociedad brasileña.
“Hasta 2012, Brasil recibía un promedio de 1.500 personas por año en busca de refugio. Ese número comenzó a crecer a partir de 2013, con la llegada de sirios y haitianos, principalmente.
El mayor salto ocurrió a partir de 2017, debido a la crisis en Venezuela.
Brasil sigue recibiendo una gran diversidad de personas de diferentes nacionalidades, solo en 2023 había más de 100 diferentes. Sin embargo, el alto número de personas reconocidas como refugiadas en el país es un reflejo de la migración de venezolanos durante estos últimos años”, dijo Haydu a Infobae.
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