El aspirante respaldado por unanimidad por todos los partidos que se oponen a Nicolás Maduro habla de sus planes para mejorar la crisis económica y política del país, mientras analistas advierten sobre la ausencia de garantías democráticas con las que tendrá que lidiar.
Edmundo González Urrutia, exdiplomático venezolano de 74 años, dejó su retiro para incursionar en una de las aventuras políticas más peculiares de la historia contemporánea de Venezuela.
Luego de las inhabilitaciones consecutivas de dos líderes opositoras, María Corina Machado y Corina Yoris, González Urrutia fue escogido por la Plataforma Unitaria Democrática para ser el abanderado de las fuerzas que adversan a Nicolás Maduro, quien aspira a reelegirse en la próximas elecciones presidenciales del 28 de julio, pese a que el chavismo ha gobernado al país desde hace 25 años y que ha sido denunciado –tanto dentro como fuera de Venezuela– de múltiples actos de corrupción y violaciones a los derechos humanos.
«Esta fue una situación sobrevenida que yo no esperaba ni busqué. La decisión la tomé como un aporte de mi parte a la solución de los problemas en Venezuela, un aporte a la democracia venezolana. Fue una decisión que tomamos en familia, en consulta con mi esposa y mis dos hijas que me respaldaron absolutamente», afirma González Urrutia en entrevista con Noticias Telemundo.
A pesar de ser un dirigente poco conocido, en comparación con la popularidad y la larga carrera política de Machado (quien fue congresista y fundadora del partido Vente Venezuela), González Urrutia emerge como una figura que podría aglutinar el descontento de los venezolanos que lidian con una larga crisis económica caracterizada por una inflación galopante (de 193% sólo en 2023), entre otras dificultades.
«Cuando yo acepté la propuesta que me hicieron de participar como candidato, les dije que para que esto tuviese fuerza política yo tenía que tener el endoso unánime de los partidos que integran la Plataforma Unitaria Democrática. Y así fue. Todos los partidos por unanimidad decidieron apoyarme para presentar mi candidatura ante el CNE como candidato presidencial», afirma.
Y, según los sondeos más recientes, ese respaldo ha funcionado entre el electorado del país: firmas encuestadoras como Meganálisis y Datincorp le dan un apoyo amplio que oscila entre el 61.1 y el 50%, respectivamente. Sin embargo, analistas y expertos advierten sobre el clima de inseguridad y la ausencia de garantías democráticas con las que tendrá que lidiar el candidato.
María Puerta-Riera, profesora de Ciencias Políticas en el Valencia College de Florida, no tiene dudas de que la oposición pueda ganar unas elecciones, «porque la gente está hastiada y quiere apoyar a cualquier opción de la oposición. El problema es que sabemos que el Gobierno no es la primera vez que desconoce resultados electorales y sabemos que está dispuesto a llegar a lo que sea para mantenerse en el poder», asevera.
Desde enero el régimen ha detenido y encarcelado a 10 miembros de la oposición pero organizaciones no gubernamentales como Foro Penal denuncian que hay 274 presos políticos en el país. Y la Corte Penal Internacional investiga a Nicolás Maduro, y otros altos funcionarios gubernamentales, por presuntos crímenes de lesa humanidad como desapariciones forzadas, ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias y torturas contra disidentes políticos durante las protestas de 2017, en las que fallecieron 125 personas.
González Urrutia dice que, a pesar de todo ese clima adverso para las actividades políticas, no tiene miedo y va a emprender una intensa campaña electoral: «Tengo la intención de participar en buena parte de las concentraciones que se están organizando en todo el país.
Hay un encuentro con todos los alcaldes de la Unidad Democrática en el estado Zulia, en Maracaibo. Hay visitas a la región de los Llanos y vamos también a hacer una visita al occidente del país, incluyendo al sur del estado Bolívar, y vamos a participar en muchos eventos en el área metropolitana de Caracas».
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