El presidente venezolano ha logrado duplicar su intención de voto, que era baja a comienzos de año, gracias a medidas de su gobierno para atender a sectores descontentos, según expertos. La oposición sigue sobre el 50 % de intención de voto, resaltan.
Especialistas en opinión pública observan una mejoría en las encuestas de intención de votos a favor del presidente venezolano Nicolás Maduro respecto a comienzos de este año, pero advierten que sus números siguen siendo bajos en comparación con los de su oposición, a menos de dos meses de la elección presidencial prevista para el domingo 28 de julio.
De acuerdo con los especialistas, el jefe de Estado venezolano aún no ha llegado a su máximo potencial, luego de 10 años en el poder y en medio de una crisis política y económica sin precedentes. Entonces, ¿a qué se debe su repunte? ¿Es suficiente para derrotar a sus opositores, que le aventajan?
Félix Seijas, director de la firma Delphos, subrayó en una entrevista difundida este fin de semana que la intención de voto por Maduro pasó de 18 % a 27 %.
“El chavismo tiene un ‘techo’ de 30 %, difícilmente lo va a superar. Ha venido subiendo, está alrededor del 26 % (…) se está acercando a su techo”, dijo.
Ricardo Ríos, politólogo que preside la firma Poder y Estrategia, explicó en conversación con la Voz de América que la evolución de la intención de voto a favor de Maduro se ha dado desde principios de año, cuando fue oficializado como candidato del oficialismo.
“Efectivamente, ha mejorado, estaba muy bajo. Tenía a principios de año 8 o 9 %, luego subió a 12 %, 15 %, actualmente tiene 20 %”, según su último sondeo, indicó Ríos.
Si bien consideró que el techo de Maduro ronda entre los 25 y los 30 puntos porcentuales en las encuestas, detalló que su ascenso ocurre por “el control del Estado” por parte del chavismo y el uso de recursos públicos como parte de la campaña electoral.
“Te da una ventaja muy grande”, señaló, resaltando que Maduro ha anunciado medidas oficiales que le han permitido “recuperarse” en ciertos sectores de la población, como la creación de un nuevo fondo de pensiones y de un ministerio para atender al adulto mayor. Ese repunte también coincide con una gira política de Maduro y sus colaboradores por el interior del país.
“Eso va calando, va sumando adhesiones, va recuperando alguna población que estaba descontenta, que alguna vez simpatizó con él y se van realineando” a su favor de cara a las elecciones, dijo Ríos.
Un techo que puede alimentarse de la abstención
Luis Vicente León, analista de entorno político y presidente de la firma Datanálisis, aseguró a la VOA que “siempre existe la posibilidad de crecimiento” de la candidatura de Maduro y consideró “inadecuado” evaluar escenarios sobre un eventual “techo” del presidente venezolano sin conocer a ciencia cierta cuántos votantes participarán finalmente.
Un actor político con el perfil de Maduro puede tener una intención de voto que oscile entre 20 y 35 puntos porcentuales, pero una abstención “relevante” en el día de la elección y que incida más en sus opositores que en su candidatura puede darle la victoria, advirtió.
“La abstención amplifica el porcentaje de Maduro sobre el total de los votos efectivos” del próximo 28 de julio, señaló, acotando cuán relevante podría ser la dispersión del elector.
La Plataforma Unitaria y la ganadora de la primaria -inhabilitada- María Corina Machado respaldan al diplomático Edmundo González Urrutia, cuya intención de voto supera el 50 %, según encuestadoras como Poder y Estrategia, Datincorp y Consultores 21.
Otros candidatos, como el humorista y empresario Benjamín Rausseo y el disidente Antonio Ecarri, aparecen con poco menos de 2 % en esas encuestas.
Como otros aspirantes, entre ellos el pastor y diputado Javier Bertucci, siguen adelante con sus campañas, aunque algunos han dejado entrever que meditarían retirar sus candidaturas si ello facilitara un cambio político.
“Si mi participación es determinante o mi declinación es determinante, entonces lo voy a pensar”, dijo Bertucci al diario Tal Cual a finales de mayo.
León, por su parte, insistió en que el chavismo puede sacar ventaja de un eventual fraccionamiento del voto opositor. “El 35 % (de una encuesta) puede no ser una mayoría sobre el total (de la población), pero puede ser una mayoría sobre la votación efectiva” del 28 de julio, subrayó.
Entre brechas y amenazas
Ríos, de Poder y Estrategia, valoró que la diferencia entre González Urrutia y Maduro sigue estando cercana a los 30 puntos porcentuales. Esa “brecha” no representaría un riesgo para la oposición en una elección “clásica”, con garantías democráticas, apuntó.
La fotografía electoral se complicaría para la oposición si esa ventaja se achicase a medida que se acerque la fecha de la votación, advirtió, sin embargo.
“En la medida en que la brecha fuese más pequeña, el gobierno puede tomar una u otra decisión. Por ejemplo, un primer escenario, si la brecha es muy alta, no descartaría la suspensión de elecciones, para diciembre”, expresó a la Voz de América.
Si la diferencia es menor de 20 puntos, aunque fuese “cuesta arriba”, Ríos no descartó que el chavismo apueste por “maniobras y ventajas de su arquitectura electoral” para poder ganar la elección, apoyado en “la ventaja de su control institucional”.
Líderes políticos de la oposición han llamado a sus seguidores a no caer en “triunfalismos”, sino apostar por organizarse en comandos ciudadanos para defender el resultado de la votación presidencial en cada centro y cada mesa.
“En este momento, no hay lugar para el triunfalismo. Aunque las encuestas puedan favorecernos 80-20, debemos organizarnos como si tuviéramos solo el 1% de apoyo”, dijo Machado a principios de mayo en Maracaibo, en el occidente del país.
Maduro, por su parte, remarcó este fin de semana que es el único candidato capaz de garantizar “paz y estabilidad” para Venezuela e insistió en su modelo del “1×10”, que consiste en que cada simpatizante sume 10 personas a su maquinaria electoral.
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