Juan Manuel Martínez Nicolás, secretario general de Sintrasincoran, que representa a los trabajadores de la empresa mixta Petrocedeño en el estado Anzoátegui, respaldó el reclamo de 100.000 dólares del dirigente sindical Iván Freites. Esta indignación se intensifica entre los trabajadores petroleros, quienes denuncian la persecución política que enfrentan y exigen una compensación que hasta ahora se les ha negado.
Martínez expresó su desconcierto ante la solicitud de paciencia por parte de algunos gremios, subrayando la difícil situación de los petroleros venezolanos como perseguidos políticos. La solicitud de indemnización en Estados Unidos adelantada por Freites ha generado un debate persistente en el seno de los trabajadores, según informaron Gente del Petróleo y UNAPETROL en un comunicado obtenido por El Nacional.
El dirigente sindical lamentó las consecuencias de años de servicio a la industria petrolera, destacando la falta de sustento, atención médica y educación para sus familias. Responsabilizó al gobierno de Maduro y a Horacio Medina por su egoísmo e indolencia, alegando que han sumido a los trabajadores en penurias y lágrimas.
Para Martínez y otros líderes sindicales es incomprensible que el presidente de Pdvsa ad hoc, Horacio Medina, priorice a bonistas y empresas extranjeras sobre los legítimos reclamos de los trabajadores perseguidos. Aseguran que los reclamos por violación de derechos laborales y derechos humanos deberían tener prelación según las leyes estadounidenses y venezolanas, algo que Medina se niega a reconocer, según la opinión de los trabajadores petroleros.
Por otro lado, Medina, presidente de la Junta Ad Hoc de Pdvsa en Estados Unidos, afirmó estar esforzándose por contener el embargo de Citgo, enfrentando demandas por incumplimientos de contratos durante los gobiernos de Chávez y Maduro. Sin embargo, los trabajadores destacan que en sus declaraciones, Medina omite mencionar los reclamos que ellos consideran prioritarios.
A medida de que el tiempo avanza en la Corte de Delaware, la posibilidad de detener la subasta de acciones de la estatal parece desvanecerse. Los intentos de la defensa de Pdvsa para evitar el remate han fracasado, dependiendo ahora solo de la orden ejecutiva de protección, renovada recientemente aunque por un breve periodo, de la administración estadounidense. Mientras tanto, los trabajadores petroleros venezolanos aguardan ansiosos una respuesta a sus justos reclamos, mientras Medina enfrenta la amenaza inminente de un embargo a Citgo.
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