Facturas en suites presidenciales de hoteles de megalujo de 1,8 millones de dólares; un armario de 1,3 millones; vuelos privados a Nicaragua de 761.497 dólares; cursos de cocina de 430.690; un gimnasio privado de 388.658… La red que expolió 2.000 millones de dólares de Petróleos de Venezuela (PDVSA) entró en una espiral de dispendios tras perpetrar el latrocinio de la principal empresa pública del país latinoamericano entre 2007 y 2012, según lo publica El País de España.
Documentos inéditos a los que ha tenido acceso EL PAÍS desvelan gastos desconocidos de esta trama de más de una treintena de personas, entre las que figuran los ex viceministros de Energía de Venezuela del Gobierno de Hugo Chávez (2002-2013) Nervis Villalobos y Javier Alvarado.
El capítulo de refinados alojamientos concentró la partida de gasto más jugosa de este grupo de conseguidores, que cobraba hasta un 10% de comisión por abrir la puerta a empresas a las adjudicaciones del gigante energético venezolano. La organización abonó, al menos, 1,8 millones en 2014 a una agencia de viajes de Florida (Miami) por más de una veintena de exclusivas estancias en suites presidenciales de las cadenas Four Seasons de París, México y Nueva York, y el Sheraton de Fráncfort.
La trama también se hospedó en los hoteles Mandarin Oriental de Hong Kong; Bristol de Panamá; Grand Hyatt de Shanghái y en los complejos vacacionales Atlantis (Bahamas) y Le Blanc (Cancún), que ofrecen a sus clientes mayordomo, vistas al mar caribeño, habitaciones de lujo y piscinas tipo infinity, según su web. Unas vacaciones en el Mandarin Rivera Maya de 283.178 dólares completan las nuevas huellas del dispendio.
La mercantil panameña High Advisory and Consulting SA, que controla el empresario y presunto testaferro del grupo, Luis Mariano Rodríguez Cabello, fue el instrumento de la organización para abonar los gastos. Rodríguez Cabello, a su vez, es el hombre de paja de Diego Salazar, primo del exministro chavista de Energía, antiguo presidente de PDVSA y exembajador en la ONU Rafael Ramírez, según la investigación que dirige una jueza de Andorra. La causa mantiene procesados desde 2018 a una treintena de personas por blanqueo de capitales y pertenencia a una red que expolió la compañía pública venezolana.
Las estancias en hoteles se completaron con extras de lujo. Así, el grupo pagó 430.690 dólares por “regalos varios, transporte y un curso de cocina” durante un viaje a París y otros 538.362 por “gastos varios” en otro desplazamiento a la capital francesa.
La trama, que adquirió 21 viviendas valoradas en 52 millones, destinó casi siete a decorar y remozar sus exclusivos inmuebles. El rastreo de los cargos desvela que el grupo se gastó 1,4 millones en un armario de tres módulos, 1,3 en muebles de una firma italiana —la suma incluyó el transporte desde Livorno y Génova a Venezuela―, 1,4 millones en un comedor para una de las oficinas, más de un millón en suministros de mármol para una propiedad en Caracas, 600.000 dólares en otras piezas de mobiliario exclusivo y 388.658 en un gimnasio privado.
La red también desembolsó un millón en sistemas de telecomunicaciones de última generación, 230.000 en proyectos de arquitectura, 200.000 en carpintería y otra cifra idéntica en equipamiento de iluminación para la vivienda personal en la playa de uno de sus miembros. Una partida de 13.000 euros para una mesa de billar completa el apartado decorativo y de complementos para la casa.
Trajes de fiesta y champán Dom Pérignon
El gusto por la ropa llevó a la organización a abonar 151.716 dólares en octubre de 2011 por 60 esmóquines negros, otras tantas camisas y 30 juegos de lazo y faja. Otro cargo desvela un desembolso de 131.561 dólares por adquirir prendas italianas de una firma cuyo nombre no aparece detallado.
Un pedido de 153 botellas de champán Dom Pérignon 2004 (129.875 dólares); otras 23 cajas de esta bebida de la marca Taittinger (29.519); una compra en la enoteca Ronchi de Milán (28.323) o 55.000 dólares en whisky componen el gasto en alcohol a costa del botín de la energética.
La organización que saqueó PDVSA adquirió por 2,6 millones en noviembre de 2011 un helicóptero nuevo Eurocopter Ec135 con capacidad para seis pasajeros y piloto, tal y como desveló este diario. Los nuevos cargos bancarios confirman que la red también gastó 50.000 dólares en el mantenimiento de esta aeronave, 114.282 en equipar un avión privado de doble turbohélice Beechcraft y 761.497 dólares en vuelos privados a Nicaragua.
El análisis de las transferencias de la red en la entidad en la que ocultó su botín, la Banca Privada d’Andorra (BPA), donde solo el testaferro de la organización, el empresario Luis Mariano Rodríguez Cabello, movió 1.144 millones a través de una madeja de 11 cuentas entre 2007 y 2015, revela que la trama corrupta abonó un bonus de productividad de 350.000 dólares a su empleado E. J. Villegas Carrillo. Y destinó 100.000 dólares para que Rodríguez Cabello adquiera la residencia fiscal en Dubái.
Formada por exjerarcas del fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) y funcionarios de la firma estatal, la trama cobró comisiones de más del 10% a empresas, especialmente chinas, que después resultaban agraciadas con contratos de PDVSA, tal y como reveló este periódico. El entramado ocultó su botín a través de una alambicada telaraña de cuentas en la BPA.
Mediante una treintena de sociedades opacas radicadas en paraísos fiscales como Suiza o Belice, la trama movió su caudal de fondos a Andorra, un país de 78.000 habitantes blindado hasta 2017 por el secreto bancario. El grupo camufló los millonarios ingresos bajo el paraguas de unos trabajos de asesoría que, según los investigadores, no existieron.
Una jueza de Andorra mantiene procesados desde 2018 a una treintena de miembros de esta trama por blanqueo de capitales en establecimiento bancario y pertenencia a una red.
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