Nicolás Maduro Moros, junto a la diputada a la Asamblea Nacional, Cilia Flores y la vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodríguez tuvieron una larga charla en la que revelaron que el asesinato del líder revolucionario, Eliécer Otaiza, aún está por resolverse.
El presidente Maduro recordó a Otaiza como “un hombre temerario, retaba a la muerte (…) era un hombre de convicciones un líder natural, extraordinario. Fue sometido a una campaña pública, luego una persecución hasta que se dio su asesinato, en una forma parecida al asesinato de Robert Serra, unos sicarios, unos malandros, lo cercaron, los secuestraron y lo mataron, esa investigación sigue pendiente, hay que consolidar esa investigación, para reivindicar con justicia a Eliécer Otaiza”.
La conversación se dio en el Maduro Podcast que dirige el presidente y, donde se conocieron muchos detalles de la vida de la vicepresidente Rodríguez, como que vivió, de primera mano la exclusión y xenofobia que existe en Europa, cuando estudió en Francia; otra de sus anécdotas es la forma en que tuvo sus primeros contactos con el Comandante Hugo Chávez.
“Un día a la una de la mañana me llama el canciller Roy Chaderton, para decirme que no encontraban a la interprete de francés y Chávez iba a hablar con un Primer Ministro, yo le digo, yo no creo que pueda por que yo no lo conozco y me voy a desmayar de la emoción; Chaderton me dice, no se preocupe que usted va a estar encerrada en una oficina (…) estoy yo preparada y en eso entra alguien hablando en inglés, y yo digo hackearon la llamada, y esas dos personas hablando eran el primer ministro y el Comandante Hugo Chávez, hablando en inglés. Yo le digo a los de comunicación y me dicen que es el presidente, llegó un momento en que el primer ministro cambió a francés y ahí entre yo a hacer la traducción”.
Esa anécdota se convierte en el primer encuentro de la vicepresidenta Rodríguez, con el Comandante Chávez, sin embargo, existe otra, en la que hubo contacto directo, luego del Golpe de Estado del 2002:
“Habían pedido al TSJ que se pronunciara sobre el Golpe de Estado y yo tenía unas recomendaciones. Y cuando salía el carro del Comandante, tipo dos, tres de la mañana yo estaba allí, ¡auxilio!, yo tengo que entregarle algo y me tiraba contra los carros (…) Como a los siete días, Chávez le dice a alguien que me atienda y esa persona era la Almiranta Carmen Meléndez, mi madrina, ella me pregunta, ¿Qué es lo que le pasa a usted?
Y yo le explico que ese recurso tenia que ser diferente y tenia mi escrito (…) a la semana el Comandante me manda a llamar con la Almiranta y, me dice que el Comandante quería que yo llevara a las víctimas del Golpe a Estados Unidos y ahí lo conocí, en una reunión con él y las víctimas del Golpe”.
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