La ciberseguridad trasciende el ámbito técnico. Se ha consolidado como una preocupación primordial para la alta dirección de organizaciones.
La ciberseguridad se ha convertido en una preocupación crucial en el panorama financiero mundial, especialmente en instituciones bancarias. Con la transformación digital acelerándose, la oportunidad de ciberataques y sus consecuentes pérdidas económicas también ha incrementado. México, en particular, ha sentido el golpe de estos ciberdelincuentes.
Durante 2021-2022, México sufrió el 66% de todos los ciberataques en América Latina, traduciéndose en pérdidas de 3,000 a 5,000 millones de dólares anuales, según datos de la Asociación de Bancos de México y la American Chamber. Incluso, el Buró de Crédito y el Banco de México (Banxico) son ejemplos tangibles de estas vulnerabilidades. Si bien estos números son alarmantes, ofrecen también una oportunidad para las instituciones financieras mexicanas de reevaluar, fortalecer y revolucionar sus sistemas de ciberseguridad.
La ciberseguridad no es solo una cuestión de tecnología, sino una combinación de gestión de riesgos, políticas coherentes y formación continua. La integración de mejores prácticas internacionales es esencial, como destacó Carlos Pérez, director general de NYCE México. Es crucial adaptar estándares como el ISO/IEC 27701:2019 para fortalecer la seguridad de la información y proteger los datos personales.
Sin embargo, el desafío persiste. El primer semestre de 2023 registró más de 14,000 millones de intentos de ciberataques en México, solo superado por Brasil. Los ataques de ransomware y el malware siguen siendo las principales amenazas, y su evolución muestra una tendencia hacia operaciones más específicas y dirigidas.
Panorama
La respuesta a esta crisis no se limita a medidas tecnológicas. Derek Manky de FortiGuard Labs destacó la necesidad de una colaboración global entre sectores público y privado, y una inversión en servicios de seguridad avanzados. Es esencial interrumpir la economía de los ciberdelincuentes y garantizar que los costos de un ataque superen los beneficios.
Además, la complejidad del panorama global presenta desafíos adicionales. Las tensiones geopolíticas, como el conflicto entre Rusia y Ucrania y el conflicto entre Israel y Palestina, han dado lugar a una nueva generación de malware: los «wipers», diseñados para borrar información. Las redes de bots, contra amenaza, ahora persisten en las redes durante períodos más prolongados, lo que complica su detección y eliminación.
Ramón Santoyo, consultor de temas sobre banca electrónica en entrevista con El Economista mencionó que existe un panorama global de riesgos complicado, marcado por crisis económicas, sociales, geopolíticas y tecnológicas, hace que la ciberseguridad sea aún más crucial. “Las instituciones financieras no solo deben protegerse contra los ciberdelincuentes, sino también prepararse para una serie de riesgos interconectados que pueden amplificar las amenazas cibernéticas”.
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