Los grupos armados afines al gobierno de Nicolás Maduro agreden a sus rivales en plena campaña para los comicios presidenciales de 2024. Los hechos repiten una estrategia empleada por el oficialismo en procesos electorales previos.
“Colectivos chavistas atacaron un acto de campaña de Henrique Capriles en Apure”. “Un grupo chavista trató de bloquear a María Corina Machado rumbo a un acto”. “La Plataforma Unitaria denunció que las agresiones a los opositores venezolanos representan ‘una política de Estado’”.
Estos títulos de distintos artículos periodísticos de los últimos meses reflejan que la violencia política perpetrada por grupos armados afines al régimen de Nicolás Maduro aumentó significativamente en plena campaña para los comicios presidenciales de 2024. La tendencia refuerza una estrategia empleada por el oficialismo en procesos electorales previos.
Un estudio de Insight Crime destacó que, en lo que va del año, al menos 13 ataques han sido registrados contra líderes de la oposición y recordó que uno de los incidentes más destacados tuvo lugar el pasado 16 de agosto, cuando colectivos y grupos armados afines al gobierno atacaron eventos de promoción de la candidatura del líder opositor Henrique Capriles en el estado Apure, dejando un saldo de 39 personas heridas.
Por su parte, la precandidata María Corina Machado también fue objeto de agresiones por parte de los colectivos. En julio, grupos armados bloquearon una vía en el estado Guárico, en el centro del país, con el propósito de impedir su visita a la región.
El reporte de Insight Crime recuerda que, además de estos ataques, se han registrado acciones intimidatorias contra precandidatos y sedes de partidos políticos opositores. Grafitis amenazantes, atribuidos a grupos criminales como el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Tren del Llano, fueron pintados en las sedes de Vente Venezuela, el partido de Machado, en los estados de Táchira y Guárico.
La ONG citada recordó que la violencia electoral perpetrada por grupos armados fue una estrategia recurrente de la dictadura de Maduro para asegurar su victoria en procesos electorales, ante la falta de apoyo popular y legitimidad.
Estos grupos armados, conocidos como colectivos, desempeñan un papel crucial al controlar territorios y coaccionar a la población para garantizar la victoria del partido gobernante.
Las encuestas muestran que más del 85% de los venezolanos desaprueba la gestión de Maduro, lo que contrasta con un índice de desaprobación del 70% registrado durante las elecciones presidenciales de 2015.
En procesos electorales previos, estos grupos criminales han impulsado las campañas de los candidatos del oficialismo y han ejercido control en sus respectivas áreas para influir en el voto a favor del partido de Maduro. En el día de las elecciones, suelen amenazar a los trabajadores electorales e, incluso, tomar el control de los centros de votación en zonas rurales, subrayó Insight Crime.
Políticos locales en el municipio de Seboruco, estado de Táchira, revelaron a la organización que durante las elecciones regionales de 2021 el ELN cerró centros de votación y ordenó a la población que votara por el candidato del gobierno. Denuncias similares de injerencia del ELN en Táchira han sido presentadas por otros políticos y periodistas.
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