Una semana después de que la Plataforma Unitaria decidiera finalmente solicitar al Consejo Nacional Electoral (CNE) asistencia técnica para organizar las primarias de la oposición venezolana, los miembros chavistas de la directiva del Poder Electoral –mayoritarios-, presidida por Pedro Calzadilla, junto a sus principales y suplentes, ha decidido presentar su renuncia en pleno ante el Poder Legislativo.
La información fue dada a conocer por la propia Asamblea Nacional, controlada por el chavismo y presidida por Jorge Rodríguez, al publicar el orden del día de la sesión de este jueves 15 de junio. Al aceptar la renuncia de la directiva saliente, la plenaria ahora tiene el mandato de activar el procedimiento constitucional y convocar al Comité de Postulaciones Electorales, que debe organizar la ronda de consultas para la integración de una nueva directiva del Poder Electoral.
Ni el director Pedro Calzadilla, ni el resto de los rectores –en el cual hay cierta presencia opositora, y con figuras en general moderadas-, han dado a conocer, hasta el momento, los motivos de su renuncia. Se comenta que el equipo directivo saliente daría paso a fichas políticas de una línea más dura.
La renuncia de la actual directiva del Consejo Nacional Electoral supone el fin definitivo de la aspiración de la oposición de organizar una consulta con la asistencia técnica del Poder Electoral, como lo confirman algunas fuentes consultadas, entre otras cosas porque ahora no dan los plazos para el llamado del 22 de octubre.
El nombramiento de la directiva del saliente CNE, en 2020, fue el resultado de un trabajado pulso entre el chavismo y la oposición, en un momento en el cual el Gobierno de Nicolás Maduro aún era objeto de un fuerte cerco internacional y de un duro cuestionamiento, con un costo en reputación muy alto para sus integrantes.
Fueron muchas las personas que celebraron su nombramiento, y que ponderaron como un logro de la negociación política su confección, aparentemente equilibrada y razonable. En las filas de este CNE, además de algunas figuras tradicionales del chavismo, que hacían mayoría en la directiva, estaban, entre otros, Enrique Márquez, conocido dirigente del partido opositor Un Nuevo Tiempo, que era su vicepresidente, el dirigente sindical León Arismendi, y Roberto Picón, un conocedor de la mecánica electoral.
Ni Márquez, ni el resto de los rectores principales y suplentes minoritarios de la oposición, renunciaron a sus cargos, pero, siendo minoría, no pueden tomar decisiones en el cuerpo colegiado, concretando su liquidación.
Este CNE organizó, con cierta tranquilidad, los comicios de gobernadores y alcaldes de 2021. El oficialismo chavista necesitaba entonces ofrecer una muestra de amplitud para descomprimir las presiones internacionales, y una elección regional subnacional era un espacio ideal para un experimento aperturista limitado. El promotor de esta operación política –y el de la actual también- es Jorge Rodríguez, que hace 15 años también fue rector del CNE, y que conoce en profundidad las entrañas de la institución.
El cambio de la directiva del CNE se convierte ahora en un problema exclusivo de los partidos opositores agrupados en la Plataforma Unitaria. Su Comisión Electoral, presidida por Jesús María Casal, debe tomar decisiones apremiantes. Queda, como opción, el camino de organizar las primarias por cuenta propia, asumiendo toda la logística y el reto tecnológico. De acuerdo a las fuentes, todavía habría tiempo de emprender ese camino, que es defendido por muchos activistas antichavistas.
Unas primarias hecha por cuenta propia, informan los expertos, costaría a la Plataforma el doble que una acordada con el CNE, y el dinero no abunda. Algunos políticos opositores opinan que es factible hacerla, pero adviertan que con ella aumentan los riesgos de sabotajes unilaterales de la militancia chavista, e incluso la posible impugnación del proceso en un tribunal ante cualquier incidente. Salvo María Corina Machado, de Vente Venezuela, y Andrés Velásquez, de la Causa Radical, casi todas las instancias y partidos opositores preferían acodar con el Poder Electoral la organización técnica.
Mientras, el chavismo trabaja sereno en las regiones y caseríos del país en la confección de sus células locales, las conocidas UBCH –Unidades de Batalla Bolívar y Chávez-, y de sus mecanismos de arrastre de votos –llamado el 1X10- con el cronómetro en la mano, con el dominio de los tiempos, a la espera de un posible adelanto de las elecciones.
En las últimas entregas de su programa Con el Mazo Dando, transmitido cada miércoles por la estatal Venezolana de Televisión, Diosdado Cabello, primer vicepresidente del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, y número dos del régimen, ha pronosticado que las primarias opositora no se llevara a efecto; ha advertido a los dirigentes opositores que sin el CNE será imposible hacer la consulta, y ha declarado en varias ocasiones que el Gobierno chavista “no va a organizar elecciones para perderlas. Nosotros vamos a las elecciones presidenciales a ganar”.
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