El ex zar de la inteligencia venezolana, Hugo «El Pollo Carvajal» ha fijado un patrón para mantenerse impune, ahora copiado por otros que también huyeron de la debacle chavista, según lo da a conocer el,periodista, Javier Ignacio Mayorca.
El 26 de abril, Rafael Reiter Muñoz concretó la apuesta más arriesgada desde que se encuentra detenido en Madrid.
El exdirector de Prevención y Control de Pérdidas de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) durante la gestión de Rafael Ramírez finalmente puso las cartas sobre la mesa de negociación con los fiscales que solicitan su extradición a Estados Unidos.
Reiter ejerció funciones de “policía interna” en la estatal petrolera, primero en Caracas (2003) y posteriormente con alcance nacional (2010). Esto no era un eufemismo. Por sus manos pasaba la información sobre lo humano y lo divino de la principal industria del país.
Cuando algo no le gustaba, actuaba en conjunción con la Dirección de Contrainteligencia Militar, bajo el mando del mayor general Hugo Carvajal, el Pollo. La Dgcim, hasta hoy, tiene a funcionarios destacados en los principales enclaves petroleros del país.
La relación entre el Pollo y alias Nadal se extendió más allá de lo estrictamente laboral. Ambos eran socios informales en muchos proyectos. Por eso, Reiter fue uno de los más entusiastas participantes en el comité de bienvenida al ex zar de la inteligencia venezolana, cuando las autoridades de Aruba lo liberaron, tras desechar la solicitud de extradición formulada por Estados Unidos, en julio de 2014. En esa oportunidad, el funcionario no podía ocultar su euforia, mientras acompañaba al general por los pasillos del aeropuerto de Maiquetía.
Pero las informaciones conocidas en los últimos días también reflejan que Carvajal, además de compartir intereses pecuniarios, pudo ser una especie de ejemplo para el expolicía de Pdvsa.
No es casual que ambos fuesen detenidos en España. Ciertamente, a ese país han llegado miles de venezolanos de bien, y probablemente seguirán llegando. Pero es palpable que, simultáneamente, mucho de la criminalidad de cuello blanco gestada en la Venezuela chavista también ha buscado cobijo en ese territorio.
España, afirmaba el autor de Gomorra, Roberto Saviano, “está repleta de traficantes y criminales” de múltiples nacionalidades, que han encontrado allí un escenario ideal, pues hay grupos locales dispuestos a servirles.
A veces, esto sucede gracias a un fenómeno conocido como “ceguera voluntaria”: no veo lo que es evidente. Sobre esto, un diplomático español alguna vez expresó, inundado de candidez, que ellos no iban a perseguir a los capitales venezolanos si no existían pruebas tangibles. Más claro, imposible.
Desde la guarida europea, Carvajal ha logrado capotear las embestidas norteamericanas. Cuando parecía que tenía un pie en el avión que lo llevaría a Nueva York, el oficial ha logrado ganar días, semanas y meses de permanencia en la Madre Patria. Esto, desde luego, no es gratuito.
Las autoridades de EE. UU. saben que el general, alguna vez calificado por ellas como “la joya de la corona”, todavía es una mina de información. Lo enviado por él en varias andanadas no es más que un abrebocas. La estancia en España, aunque con libertad limitada, pareciera ser una contraprestación. En los procesos de extradición, es fundamental la permanente presión del Estado solicitante. De lo contrario, languidecen.
Testigo, no acusado
Todo este panorama está ante Reiter. El 26 de abril, a través de su abogado Nielson de Souza, puntualizó que los estadounidenses no contarán con su cooperación a menos que accedan en dos cuestiones. En primer lugar, cualquier aparición en un proceso judicial ventilado en EE. UU. se llevaría a cabo a través de teleconferencia, “en capacidad de testigo”. Esto implicaría un cambio en su estatus legal.
En concreto, los norteamericanos intentan que Reiter comparezca en la audiencia de juicio contra Paulo Jorge da Costa Casqueiro, señalado como uno de los que brindó asistencia para el lavado de dinero de los sobornos, a través de una empresa registrada en Suiza.
En segundo término, “(Reiter) ha decidido no entregar ninguna información a las autoridades americanas sin una garantía de inmunidad total relativa a los procedimientos en EE. UU. y sin la garantía de prohibición de compartir información” con otras jurisdicciones.
Previo a esto, alias Nadal habría asomado su disposición de declarar contra el exministro de Petróleo Rafael Ramírez y el exviceministro de Energía Eléctrica Nervis Villalobos.
De hecho, en un expediente que obra en el Distrito Sur de Houston (Texas) fue consignada una declaración jurada del agente de Seguridad Interior Christopher Read, quien aseguró el 3 de abril que el exjefe de Prevención y Control de Pérdidas de Pdvsa describiría en audiencia cómo los sobornos en las contrataciones de la estatal “eran lugar común”, y admitiría que él mismo había recibido tales pagos, por conducto del entonces viceministro Villalobos.
Pero Reiter reculó. La carta de su abogado, remitida tres semanas después a la oficina del Procurador Especial contra la Corrupción y el Crimen Organizado, asegura que lo dicho por Read no es cierto.
Además, sugirió que el agente estadounidense se enteró de tales cuestiones gracias a sus contrapartes españolas, lo que violentaría el principio de confidencialidad en las negociaciones.
En otras palabras, en el caso de Reiter están en curso procesos paralelos de entendimiento con EE. UU., España y, probablemente, otras jurisdicciones como las de Portugal y Andorra, donde los ilícitos con fondos de Pdvsa también son investigados.