¿Por qué Zulia es el centro de la ciberdelincuencia en Venezuela?

Fraude electrónico, carding, hackeo de redes, suplantación de identidad y ofertas engañosas son los delitos que registran funcionarios de la policía científica en Cabimas, el municipio del estado Zulia catalogado como el enclave de la ciberdelincuencia en el país.

abimas es un municipio petrolero del estado Zulia, al occidente de Venezuela, identificado por organismos de seguridad como el epicentro de bandas de ciberdelincuentes y pioneros de modus operandi de cibercrimen en el país. Los delitos registrados por funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) van desde el hackeo de redes sociales, carding, fraude electrónico, suplantación de identidad, pretexting y ofertas engañosas hasta el acceso indebido a cuentas de correo electrónico.

Entre los años 2020 y lo que va de 2022, según cifras a las que tuvo acceso El Pitazo, en las delegaciones de la Costa Oriental del Lago y otras zonas del Zulia se procesaron al menos 7.530 denuncias sobre fraude electrónico y cerca de 127 personas han sido detenidas. 

Cabimas tiene 9 parroquias y en 3 de ellas, Carmen Herrera, La Rosa y Ambrosio, se concentra la mayoría de los ciberdelincuentes que buscan blancos entre la comunidad zuliana y en otras regiones del país. Es la tercera ciudad más poblada del estado y la primera de la Costa Oriental del Lago con alrededor de 300.000 habitantes.

La historia de Juan, un hombre de 33 años entrevistado por El Pitazo, es parecida a la de muchos jóvenes que cometen este tipo de fraudes desde esa entidad. En 2011, cuando tenía 22 años, fue detenido por asociación para delinquir. Era “bajador”, una persona que utilizaba tarjetas de débito y crédito de terceros sin autorización para realizar compras en empresas internacionales, en su mayoría con sede en Estados Unidos. A este delito se le conoce como carding.

Juan era hábil con su computadora y no tenía trabajo, solo mucho tiempo libre. Con unos amigos encontró una forma de obtener dinero fácil. Comenzaron a usar esas tarjetas para realizar compras en almacenes de comida, ropa, maquillaje, entre otros, y después enviaba los productos hasta un casillero que realizaba el reempaque con empresas de envíos y después recibía en Maracaibo, capital del estado. En su momento, también usó Ipostel, empresa postal de Venezuela.

María Gutiérrez, ingeniera en computación, precisó a El Pitazo que el carding se refiere al uso y tráfico ilegal y no autorizado de tarjetas de crédito. Los hackers utilizan varias técnicas como software de generación de BIN, que no son más que los números identificadores de las tarjetas; falsificación de sitios web en los que se le hace creer al usuario que está comprando servicios o productos para obtener su número de tarjeta; correos electrónicos con malware que al instalarlos en los equipos roban información, y la compra o robo de bases de datos de bancos o sitios web que almacenan información bancaria.

También aclaró que la falta de esquemas de seguridad en páginas web para realizar compras en línea, en medio del crecimiento que comenzó a tener el mercado para ofrecer esta modalidad a sus clientes en 2010, influyó en el aumento de esta actividad delictiva. 

Desde 2017 hasta la actualidad, en Cabimas el Cicpc ha desmantelado las bandas de ciberdelincuentes llamadas “los Hacking de Tierra Negra”, “el Mago de las redes”, “los Bajadores de la COL”, “los Tarjeteros”, “los Peluqueros”, “Piratas de redes”, “el Africano” y “los Cala”. El cuerpo policial de investigaciones detectó que los integrantes de las bandas tienen entre 15 y 29 años de edad.

Los incautos

El carding fue de los primeros delitos que se reportaron en Cabimas, según registros de organismos de seguridad, aunque aumentaron denuncias desde 2016, con el acceso indebido y hackeo de redes sociales o correos electrónicos para suplantar la identidad de terceros y realizar ventas fraudulentas. 

A través de messenger de Facebook, los ciberdelincuentes también ofrecían dólares a los contactos de la cuenta a la que ingresaron por phishing para estafarlos. Incluso, enviaban fotografías de los billetes que estaban en venta.

La falta de información sobre los modus operandi que utilizaban los ciberdelincuentes ocasionó que el Cicpc, según registros de 2019, recibiera entre tres y seis denuncias diarias sobre esta forma de estafa. En 2022, de acuerdo con cifras a las que tuvo acceso El Pitazo, las denuncias disminuyeron entre dos y tres cada semana por las campañas que mantienen en las redes. 

Algunos de estos casos se lograron a través del phishing y acceso a correos electrónicos para ingresar a Facebook. Según la Organización Internacional de la Policía Criminal, es un esquema de estafa en el que las víctimas reciben un correo electrónico convincente con un formulario en el que le piden actualización o verificación de datos personales, puede ser visitando un sitio web externo o respondiendo el correo.

La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Unodc), bajo su iniciativa Educación para la Justicia, tiene un módulo sobre delitos informáticos, en el que establece que la ciberdelincuencia es un acto que infringe la ley y que se comete usando las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para atacar las redes, sistemas, datos, sitios web y la tecnología o para facilitar un delito. No tiene barreras físicas o geográficas.

notiveraz

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