No queriendo descalificar la necesidad de todos los jubilados de Venezuela, lo que ha sucedido en particular en contra nuestros jubilados de la industria petrolera, es más que un hecho inhumano, un crimen premeditado desde las entrañas del gobierno de Maduro.
El fonde de pensiones de los empleados petroleros fue creado inicialmente en 1993. Este era alimentado con el aporte de los mismos trabajadores y administrado por la misma Pdvsa de aquella época.
En total, la industria petrolera y petroquímica mantiene actualmente entre 29,000 y 30,000 jubilados. La desgracia de todos nuestros jubilados nace de gobiernos incapaces e indolentes, pero la de los jubilados petroleros, es producto además de hechos irregulares cometidos en contra del fondo de jubilación, con la complacencia de ciertas autoridades petroleras y gubernamentales Venezolanas.
Francisco Illaramendi mantenía relaciones con PDVSA incluso desde tiempos de rafael ramirez, teniendo enlaces a través de terceros, con los más altos niveles del poder central. El fondo de pensiones de la industria petrolera fue entregado a dicho individuo en 2006, por la propia tesorería de la empresa para entonces bajo la estructura de Eudomario Carruyo y el visto bueno de ramirez. El hoy procesado por la justicia estadounidense ofrecía jugosos dividendos, cosa que a la postre nunca sucedió. Por el contrario, Illaramendi utilizó $381 millones de los haberes de fondo para una negociación fraudulenta de acciones, que terminaron en un purulento esquema Ponzi.
El fraude se destapa «públicamente» en Noviembre’2010, ya cuando H. Chávez estaba postrado en cama padeciendo de una enfermedad terminal y un gobierno dirigido a distancia con una firma digital. En la directiva de PDVSA estaban R. Ramírez como presidente y N. Maduro y J. Giordani como directores externos; entre otros.
Es a partir de entonces cuando comienza el calvario para los jubilados petroleros, quienes ya para el entorno de 2016 no percibían regularmente los excedentes anuales de sus haberes, que habían estado «depositados» en el fondo de jubilación. Hoy, PDVSA adeuda a los jubilados de la industria más de $7,000 millones desde entonces.
Como solución al pago pendiente de dichos intereses, representantes de PDVSA con el beneplácito del gobierno central, propusieron a la directiva de los jubilados un pago progresivo de 4 petros. Hoy día esa supuesta solución se ha convertido en un esquema fraudulento tan o más nefasto como aquel por el cual desaparecieron entre 2006 y 2010 sus propios ahorros.
Nos recuerda el caso de Carlos Castillo hacia el entorno de 1990, entonces presidente de Maraven. Bajo su administración, los fondos del plan fondo de ahorros de los empleados de dicha filial, fueron desviados a inversiones oscuras en República Dominicana para obtener supuestas ganancias que nunca aparecieron. Era un año especial donde los ahorristas esperaban jugosos intereses que jamás llegaron. Pero en aquel caso y a diferencia del de los jubilados de hoy, Arturo Sosa se encargó personalmente de despedirlo del cargo de presidente de dicha filial. En el caso actual, todo quedó cubierto con el típico excremento de la misma cofradía putrefacta del poder PDVSA-gobierno.
Mientras la página del «PetroApp» publica la semana pasada un precio de referencia de 1,116 BsD por petro, y la misma página «Patria» recomienda una tasa de 931 BsD por petro, la venta no puede ser realizada a menos que el precio real de negociación sea reducido a menudo por debajo de los 500 BsD por petro; es decir una pérdida para cada jubilado de hasta 616 BsD por petro, o el 55% de un dinero que por derecho le pertenece.
Es decir, cada mes dichas plataformas, sus operadores, o los inescrupulosos intermediarios del poder, se embolsillan alrededor de $4,000,000, que son financiados con el hambre, la necesidad y hasta la vida de esos Venezolanos inocentes y necesitados que entregaron su vida por PDVSA.
¿Porque razón el estado y PDVSA han puesto a los jubilados de nuestra industria petrolera a perder el 55% de su dinero?
¿Porque razón el estado y sus plataformas digitales obligan a los jubilados, a negociar a perdida de hastya 55% de su valor, un dinero que por derecho les corresponde?
Quien, sino el mismo estado y/o sus allegados se quedan con las jugosas ganancias, producto de una estafa en contra de Venezolanos que entregaron sus mejores años al país?
Bonus: Nueva junta directiva o destructiva
Estamos claros en que 2023 es un año distinto para PDVSA, particularmente por los acuerdos firmados en la más reciente ronda de negociaciones gobierno-oposición.
Tenemos razones para pensar que el punto principal fue el tema del pago de las deudas pendientes de PDVSA con las corporaciones petroleras norteamericanas y europeas; Chevron, Conoco, Eni y Repsol. De hecho, ya se han enviado 3 cargamentos hacia las refinerías de Chevron en EEUU y uno a las de Repsol en Europa, mientras se estaría en medio de conversaciones con Conoco para negociar crudos de la FPO en norteamerica. El pequeño detalle es que ninguno de esos envíos produce flujo de caja sustancial (quizá pequeñeces) para la nación, ya que como dijimos, son para «honrar» deudas pendientes.
Bajo dicho entendido, no creemos que Venezuela-PDVSA aguanten mucho, sobre todo en las condiciones en las que actualmente se encuentra de profunda sequia financiera, propiciado por el debilitamiento profundo del barril desde Junio’2022, la desaceleración de las principales economías mundiales, la desaparición de nuestros crudos de los mercados orientales por la entrada de los crudos Ruso-Iranies, la caída de la precaria producción criolla, la vandalización de la infraestructura de PDVSA y el nombramiento de una junta directiva a todas luces no apta para el cargo.
Bajo la mano de esta incipiente directiva, en cuestión de días ha habido múltiples derrames y grandes accidentes-explosiones
Mientras más en detalle, se analizan los nombramientos hechos recientemente en PDVSA, más seguro estamos que el propósito del madurismo no es, ni ha sido salvar ni rescatar la industria petrolera, sino colocar una especie de cofradía cómplice al frente de ella, para cubrirse las espaldas y «cocinar» sus planes personales al margen del resto del país.
Cuando la experiencia promedio en el área de hidrocarburos de la junta directiva de Shell y Exxon supera los 30 años, con edad promedio de 60 años (excepto 2-casos en Shell), en PDVSA el presidente no supera los 35 meses de experiencia ( y en Pequiven), mientras que el promedio de experiencia de la directiva en pleno, no llega a 8 años de presencia en la industria petrolera. Ni se hable de algún tipo de exposición internacional en materia petrolera o gasífera. La minúscula experiencia del actual presidente de PDVSA; fallido por cierto en Venalum, no necesariamente suma para dirigir una industria petrolera verticalmente integrada como la nuestra; aún bajo el supuesto de que algo haya aprendido a su paso por Pequiven.
Hemos asegurado que los primeros 3 a 4 meses de 2023 serán muy duros para Venezuela [Einstein Millán Arcia: Pdvsa; visión 2023. Retos, amenazas y propuesta – Emisora Costa del Sol 93.1 FM (costadelsolfm.org)], dado que podría enfrentarse nuevamente al fantasma de la hiperinflación en su peor forma, al conjugarse un estado sin flujo de caja, un barril que no repunta, una PDVSA destruida en manos incapaces y unos compromisos con EEUU/Europa, que succionan y poco dejan.
La economía Venezolana no ha mejorado como aseguran desde el gobierno; por el contrario, se encuentra en su peor momento. Es aun dependiente directa de los precios del barril, quienes regulan proporcionalmente de hecho, el impacto de la inflación, más allá de lo que aparentan las cifras oficiales
Pensamos que quizá hacia finales de Q2’2023 las cosas podrían tender a mejorar en el país a medida que el factor estacional entra en escena en el hemisferio norte, pudiendo impactar hacia arriba la demanda y con ello el barril. La situación se complica con la cadena de destrucción que está sucediendo en las refinerías locales, lo cual podría forzar al gobierno a importar nuevamente gasolinas. Pero sin dinero, con un barril deprimido, una producción incipiente-decadente y para colmo, exportando crudos sin percibir ingresos, es poca la esperanza que se puede tener, máxime con aprendices en la directiva de PDVSA.
La intensidad con la cual mejore la economía criolla dependerá de que tan rápido se enderecen los entuertos en PDVSA, pero también del entorno político tal que estén dadas las condiciones para invertir y se produzcan los cambios de fondo necesarios en las instituciones. Variables que por ahora no parecen conjugarse ni en el corto, ni en el mediano plazo.
notiveraz