Hace tres siglos o un poquitos años más, la imagen de la Divina Pastora, la hoy patrona de los barquisimetanos y por supuesto, de todos los santaroseños, ya estaba en el altar de Santa Rosa, que para entonces era un pueblo alejado de la capital larense.
Así lo hace saber Iván Brito López, el cronista natural de Barquisimeto, quien tiene una memoria prodigiosa de toda la historia de esta ciudad y ha sabido ganarse el respeto, la admiración y el reconocimiento por su labor tesonera que ha tenido para conservar el testimonio de la villa fundada por Juan de Villegas, de cuyo árbol genealógico procede Simón Bolívar.
Ivan Brito López, al ser consultado por El Impulso, no sólo revela detalles interesantes, curiosos y trascendentes, sino que siente un gran placer al contar hechos que casi nadie imagina. Y resultan muy amenos sus relatos porque pareciera que esas historias, algunas muy viejas, las hubiera vivido junto a sus protagonistas.
En esta entrevista para El Impulso, Iván Brito López se refiere a aspectos muy curiosos, como el de la forma como era traída la imagen a Barquisimeto hasta avanzado el siglo pasado, el terror que sentía la población por el cólera que llegó al extremo de tirar los cuerpos de enfermos sobre cadáveres y cómo ha sido el vínculo de la Mavare con la Divina Pastora. Los detalles de estos hechos y de otros son muy interesantes y avivan la historia local, esa que estamos haciendo a diario quienes vivimos en esta ciudad.
No hubo confusión
¿Cómo se explica que por circunstancias muy extrañas la imagen de la Divina Pastora se quedó en Santa Rosa, porque los indígenas no podían traerla a Barquisimeto?
Esa es una leyenda y aunque parezca bonita, como decía el hermano Nectario María, quien escribió la historia de la Divina Pastora, simplemente, es leyenda.
Al padre Sebastián Bernal se le hicieron dos auditorías y en ninguna de ellas aparece que haya solicitado una imagen de la Divina Pastora.
Ésta fue traída a Santa Rosa entre 1714 y 1724, porque en el inventario que acusa ese sacerdote, al recibir el curato, en 1730, es que en esa iglesia había una imagen de la mencionada virgen. No es cierto, por tanto, que hubo una confusión cuando llegaron las imágenes para las iglesias de aquel pueblo y la Concepción, de Barquisimeto. La leyenda que recogió el hermano Nectario María, como él mismo lo revela, no pudo ser confirmada porque los libros del archivo diocesano estaban dañados.
La primera vez
¿Cómo fue que la imagen fue traída por vez primera a Barquisimeto?
No fue una multitud a buscar la virgen como ocurre ahora. Fue un grupo de personas que llegó hasta allá, a Santa Rosa, para llevarla en hombros hasta lo que hoy conocemos como plaza Macario Yépez. Ahí estaba la masa humana esperándola. Y comienza la gente a tratar de cargarla porque de esa forma buscaba que la protegiera.
Desgracia aterradora
¿Cómo se sentía, en ese entonces, la gente ante aquel brote de cólera?
El testimonio más elocuente de lo que sucedía en aquel momento fue descrito por Juan Manuel Álamo, quien era el director y redactor del periódico El Legítimo. Escribió que la concurrencia de personas esa vez no parecía de personas vivas, sino de ánimas que habían salido de sus tumbas, milagrosamente. Estaban preparados para la muerte, pero la virgen los salvó.
Esa apreciación la hizo en 1857, un año después que la imagen había sido traída y ya la peste había matado a la mitad de la población barquisimetana. Si para entonces había tenido diez mil habitantes, el cólera había acabado con cuatro o cinco mil personas.
Los colerientos
A raíz de esa gran cantidad de personas, ¿es que surge el sitio conocido como Los Colerientos hacia el oeste de Barquisimeto, en lo que son las inmediaciones del terminal de pasajeros actualmente?
Una vez que comienzan a producirse las defunciones cunde la desesperación y prácticamente no había sitio donde enterrar a las víctimas de la enfermedad. Se procedió a sepultarlos en fosas comunes en el sitio conocido como El Dividive, que después fue llamado Los Colorientos y hoy en día es el barrio Simón Rodríguez en el sector comprendido desde la calle 42 con la Libertador hacia el oeste.
Más que enterrarlos, los cadáveres eran tirados en ese lugar. Inclusive, había familias que le tenían tanto pavor al contagio que cuando veían a sus parientes agonizando lo mandaban a llevar para que lo tiraran.
Blanca Ferreira, dama de la sociedad larense, refería que la familia Limardo mandó al patriarca de la casa agonizando para que lo votaran allá, creyendo que ya estaba a punto de morir. Y al hombre lo tiraron sobre todos los cadáveres putrefactos que yacían en ese tétrico lugar, pero el enfermo tuvo suficiente fuerza para agarrarse de unas raíces, levantarse y abandonar aquel horrible sitio. Así pudo llegar hasta donde le prestaron auxilio, se sobrepuso y llegó a su casa cuando estaban rezando el novenario de la última noche. Cuando el sobreviviente tocó el portón y le abrieron, las mujeres que estaban muy compungidas porque pensaban que estaba muerto, se desmayaron. No era para menos en una época en que se creía en aparecidos y en tantas cosas sobrenaturales que habían oído contar. Además de eso, no había electricidad. Claro está, que cuando apareció aquel enfermo en aquella vivienda tenía que haber causado un impacto terrible entre los presentes.
Sin fuegos pirotécnicos
Ahora cuando es traída la imagen de la Divina Pastora, creo que se produce la mayor descarga de fuegos pirotécnicos en Barquisimeto. ¿En las primeras procesiones no había quema de cohetes?
Claro que había cohetes, pero la gente no tenía esa costumbre, la cual comenzó a partir de 1934. Y quien los empezó a regalar fue Elías Marrufo, el mejor pirotécnico que ha tenido el país, que llegó a ganar premios internacionales. Además, era un excelente músico y tocaba el trombón en la Mavare. Era miembro de la Sociedad Divina Pastora. Su fábrica de cohetes la tenía en Pavia. Marrufo regalaba los fuegos artificiales para la llegada de la imagen a la catedral y para los actos de los comerciantes en la iglesia San José. Él preparaba los arbolitos y el estandarte de la Divina Pastora que se prendían cuando le tocaba estar la imagen en San José.
La coronación
¿Cómo es que llegó a ser coronada?
En esa época los papas no salían de El Vaticano. Y el sumo pontífice comisionó al cardenal de Bogotá, monseñor Crisanto Luque a cumplir ese mandato.
El cardenal llegó a la residencia del doctor Pérez Coronel, recordado médico de esta ciudad, que fue la casa que se consiguió para que se alojara, en la carrera 17 con la calle 32
Fue recibido en el aeropuerto por el gobernador, teniente coronel Carlos Morales, precisamente durante el mandato de Marcos Pérez Jiménez. Se le hicieron honores eclesiásticos, civiles y militares porque era diácono del Ejército colombiano y su equivalente en esa fuerza era general de brigada.
Como vehículo para su traslado fue utilizado el Cadillac convertible de Mariano Kososky, que en ese entonces era el único camarógrafo que había en Barquisimeto y trabajaba para Bolívar Films. Y cuando comenzó su recorrido, todas las iglesias de Barquisimeto hicieron repiques de campana desde que descendió del avión hasta que llegó a la residencia del doctor Pérez Coronel.
La coronación fue un extraordinario acontecimiento y se registró el 14 de enero de 1956. La decisión fue tan trascendente que para que el cardenal Luque viniera a Barquisimeto, Pérez Jiménez envió el avión presidencial a buscarlo, traerlo acá y regresarlo a su país.
En esa visita el cardenal de Bogotá estuvo acompañado por el canciller venezolano y el cura párroco de la Catedral, monseñor Ramos. Y el que dio la homilía fue monseñor Lizarde.
Por cierto, a monseñor Ramos lo había ordenado sacerdote precisamente años antes monseñor Luque.
Aunque la catedral era en el templo de San Francisco, en la carrera 17 con la calle 23, la ceremonia no fue en ese recinto porque resultaba muy pequeño para la cantidad de gente que debía concurrir. Es por eso que el acto tuvo lugar en la redoma de la Vargas, en donde se concentró la feligresía. Claro está, Barquisimeto tenía una población muy pequeña en aquel entonces. La ciudad llegaba hasta la Morán y de ahí hacia el este lo que habían eran granjas que colindaban con lo que es hoy la avenida Lara, mientras que hacia el oeste no pasaba de La Rotaria, porque después de la calle 50 lo que existían eran terrenos baldíos. Como detalle significativo vale recordar que cuando se hizo la Casa del Periodista, todo el mundo criticó por qué se iba a hacer esa construcción tan lejos del centro y que en ese lugar no había nada porque era un peladero. Aún más, no sólo se hizo la Casa del Periodista, sino que ese sector se iba a llamar la Urbanización de los Periodistas porque el proyecto así lo contemplaba. Que recuerdo en los alrededores de la sede de la entonces Asociación Venezolana de Periodistas vivieron José Juan Delgado, redactor de planta del diario El Impulso, y Alejandro Rojas, conocido como Rojitas, el reportero gráfico de El Nacional.
Procesiones
Si bien es cierto que la primera procesión se hizo para pedir la terminación del cólera, que estaba azotando a la población de Barquisimeto, ¿Cómo es que se convirtió la visita de la Divina Pastora en una tradición que ahora llega a reunir tanta gente como aproximadamente un millón de personas, casi como la población de la ciudad?
Después de la primera procesión y milagro de 1856, para darle continuidad y convertir la fecha en acción de gracias, fue en 1857. Y esa tradición se le debe al padre José María Raldiz, quien dijo que había que continuar con la procesión. No podemos obviar que el padre Macario Yépez, quien fue el que trajo por primera vez la imagen, murió en junio de 1.856, víctima también del cólera. De modo que el padre Raldiz fue quien con su idea de mantener viva la fe en la Divina Pastora instituyó la tradición de la procesión.
Pero, ¿cómo es que se ha cambiado el recorrido desde la plaza Macario Yépez hasta la catedral?
Casi nadie sabe que la Divina Pastora no subía por la avenida Lara. Porque esa era parte de la laguna de Patarata. La imagen fue sacada de Santa Rosa con rumbo a Zamuro Vano y de ahí bordeando el cerro hasta llegar a lo que hoy en día es el barrio 23 de Enero, donde está la plaza Macario Yépez. Ese lugar era conocido como Tierritas Blancas, donde ocurrió la batalla de 1813 y por eso el padre Yépez manda a levantar allí la Cruz Salvadora, que se bendijo el 14 de enero de 1856 con la llegada por primera vez de la Divina Pastora.
¿Hasta dónde llegaba la laguna de Patarata?
Ocupaba un área muy grande y llegaba hasta donde ahora está la avenida Argimiro Bracamonte al este y al sur hasta donde se encuentra la fiscalía general de la avenida Lara. Había tanta agua que alquilaban botes para que la gente hiciera paseos. Y al ganado lo llevaban a beber en esa laguna. A finales del siglo 19 y comienzos del 20 fueron haciendo trucos para sacarle el agua y, por supuesto, darle paso a lo que sería la carretera a Portuguesa en lo que hoy es la avenida Lara.
En los inicios de las procesiones, ¿después de la Macario Yépez como se desarrollaba el recorrido?
De ahí, del monumento de Tierritas Blancas (hoy plaza Macario Yépez) partía hacia la calle 10 y seguía hasta lo que es hoy la avenida 20, entonces calle del Comercio, hasta la calle 23 y terminar en el templo de San Francisco, la catedral de Barquisimeto.
Pero, cuando comenzó la procesión con el padre Yépez llegó hasta la Inmaculada Concepción y con el padre Raldiz a la catedral en 1857. Así se mantuvo el recorrido hasta 1969 cuando fue inaugurada la catedral en Venezuela con la calle 30.
Una vez que se inauguró la nueva catedral, la procesión tomaba la avenida 20 y cruzaba hasta la 30. Después , en los años 80, el recorrido llegaba hasta la Vargas y luego se dirigía a Venezuela. Y más tarde, la mudaron hasta Morán. Pero es importante destacar que el punto de encuentro siempre ha sido el mismo: Macario Yépez. Y como ese fue el lugar donde llegó por primera vez, no se podrá cambiar de sitio.
El uso del camarín
Es de imaginar que al principio era muy tortuoso el recorrido de la feligresía con la imagen, ya que no existía pavimentación alguna en ese trayecto, había que bordear cerro y andar con mucho cuidado. ¿Qué detalle de interés existe al respecto?
Como el camino era de tierra, a la Divina Pastora le hicieron un camarín, que era un cajón de madera tallado. La parte superior era piramidal, para que no afectará la cabeza de la imagen. La llevaron en hombros hasta donde estaba la esquina de Casamayor, en la avenida 20 con calle 16. Ahí la metían, la sacaban del cajón, la limpiaban, le quitaban la tierra y reanudaban su recorrido.
El recibimiento musical
¿Cómo es que se ha venido asociando la Divina Pastora a la Mavare?
Todo comenzó cuando la Mavare la esperaba en la esquina de Casamayor, en la avenida 20 con la calle 16. Ese era un establecimiento comercial propiedad de la familia Casamayor. Una vez que había sido sacada del camarín, entonces, la Mavare entonaba sus notas. Y la imagen continuaba su marcha hasta la catedral.
La serenata de la Mavare
¿A quién se le ocurrió llevarle una serenata a la Divina Pastora?
La banda musical Mavare fue fundada por Miguel Antonio Guerra el 31 de diciembre de 1.897, pero no fue sino hasta 1906 cuando se le dio la primera serenata a la Divina Pastora.
La documentación de Silvio Uzcátegui refiere que Guerra, viajó a pie hasta Santa Rosa, para amanecer allá con el fin de darle una serenata a la imagen. Aquel año de 1906 lo recibió una señora, de nombre Rosa, que le hizo sancocho de gallina y le guardó hallacas.
Al cumplirse los cincuenta años de la Mavare, ese mismo año en que a Guerra se le ocurrió darle una serenata, fue nombrado el conjunto orquestal: cuerpo filarmónico por la Sociedad Divina Pastora, para acompaña a la imagen cuando ésta se encontrara en Barquisimeto.
Y a partir de 1915, cuando Napoleón Lucena toma la batuta de la Mavare, esa serenata se institucionaliza el 14 de enero.
Si Miguel Antonio Guerra hacía una caminata penosa de Barquisimeto a Santa Rosa porque no había una vía como la que existe ahora, ¿era verdaderamente difícil llegar hasta donde se encontraba la Divina Pastora?
-Ese era un viaje. En unos periódicos de 1912 aparecen invitaciones para despedir a la Divina Pastora en Altagracia antes de coger carretera para Santa Rosa. Al igual que había sido traída era llevada: en hombros.
La donación de trajes
¿Cómo es que se hace tradición la donación de trajes vistosos y costosos para la Divina Pastora?
Comienza en 1967 cuando se realiza la Feria Divina Pastora. Juancho Alvarado se le acerca a Luis Gallardo y le pregunta: ¿Luis que le vas a regalar a la “tuerta”?
Gallardo le respondió: No sé qué se le puede regalar. Entonces Juancho le sugirió que le regalara un traje. Y Gallardo le dijo: Juancho encárgate de eso.
Juancho por diez años consecutivos se encargó de proporcionarle el traje a la Divina Pastora para que lo estrenara en la visita que hiciera a Barquisimeto. Y después se hizo una tradición con trajes hechos por diseñadores de diversas partes, como de Brasil; y también entre los donantes hubo gobernadores de estado, presidentes de la República, artistas, deportistas y toreros, entre otros.
Desde 1967 para acá data esa tradición gracias a Juancho Alvarado, quien además de comerciante ejerció algunos cargos públicos y en alguna oportunidad fue jefe de parques y jardines de Barquisimeto. Encabezaba la procesión con mucho ánimo, alegría y entusiasmo. Fue presidente de la Comisión Taurina en las ferias. Era un gran personaje de Barquisimeto.
Ahora hay una lista de gente que quiere hacerle donaciones de trajes a la virgen.
Pero ¿no habían unas señoras que hacían los vestidos?
Ellas eran de apellido Jiménez, primas, y no sólo le cocían a la imagen, sino las que se encargaban de vestirla. Vivían en Santa Rosa.
Los ojos de la virgen
Jamás imaginé que le llamaran tuerta. ¿Por qué le decían así?
Esa era una expresión cariñosa con la que la identificaba Juancho Alvarado. Y le decía así porque uno de los ojos de la imagen es más pequeño que el otro. A nadie más se le ha ocurrido decirle eso.
Llamativo traje
Volviendo a los trajes, ¿Quiénes recuerdas que hicieron donaciones?
El torero Curro Girón, que vino a una corrida de feria, le regaló un traje. Luis Herrera Campins también le mandó a hacer vestidos. Y el que llamó más la atención fue el del pintor Boris Ramírez, hermano de la Nena Ramirez, quien lo hizo muy impresionante porque fue una obra de arte. Lo pintó a mano. Bellísimo y, naturalmente, inigualable.
notiveraz