Como si no bastaran colectivos, DGCIM, SEBIN, G2, sobornos y redes criminales chavistas-maduristas, algunos grupos económicos venezolanos, financian una guerra sucia desde el extranjero contra Juan Guaidó.
Asumir la presidencia interina de Venezuela fue un reto ineludible para el diputado Juan Guaidó el 5 de enero de 2019, en una acción sin precedentes revestida de grandes expectativas para todos los venezolanos.
El carácter inédito de este acontecimiento despertó dentro de la oposición, por un lado, la esperanza y el ánimo de continuar en la búsqueda de la libertad de un país sumergido en la desidia causada por la dictadura desde hace más de 20 años. Pero por otro muy oscuro, una nefasta guerrilla interna atraída por la corrupción enquistada en la nación a través del tiempo y la bonanza petrolera, típica de politiqueros de oficio acostumbrados al “pónganme donde hay” y “cuánto hay para eso”.
El nuevo mandatario respaldado por la gran mayoría de sus compatriotas, logró un liderazgo que ha costado trabajo crear a otros dirigentes como María Corina Machado, por ejemplo. Guaidó enrumbó la carrera decisiva contra Nicolás Maduro y su grupete delictivo y criminal, enfrentando además adversarios políticos disfrazados de demócratas que además de buscar sus flaquezas y lagunas políticas, han intentado “sembrarle” toda clase de actuaciones dolosas.
Desde curules, salas y pasillos negros, Guaidó ha sido embestido por aliados del régimen, vendidos y desesperados por una cuota de poder y un blindaje económico perenne. Sus propios compañeros de partido lo han traicionado, mientras la impaciencia nacional le exige resultados inmediatos como si pudiera sacarlos de una chistera de magia.
La llegada de Guaidó, con apoyo de Trump y más de 50 gobiernos rompió el trabajo de sectores con alto poder económico que buscan regresar a Venezuela con otras intenciones, pero que poseen poca influencia política y social, salvo en la red social Twitter que tristemente se ha convertido en su órgano divulgativo.
Trinchera Miami
Para nadie es un secreto ya, que maduro y su combo de narcotraficantes, liderados además por sádicos sátrapas extranjeros, intentarán todo lo que esté a su alcance y más allá, para aferrarse al poder que les permite reinar sobre catacumbas de oro, petróleo y la estela de minerales que enriquecen a Venezuela. Las raíces plantadas por Hugo Chávez bajo la tutela del Castro-comunismo se extendieron a los confines del mundo bajo un disfraz muy elocuente y con objetivos no tan enmascarados de complicidad de muchos gobiernos y organizaciones internacionales.
Sin embargo, lo peor es que la extensión de esas ramas podridas haya originado ataques de los propios exiliados venezolanos que han huido del régimen y desean su salida, quienes buscan pescar en el turbio río revuelto del cartel de Miraflores.
Grupos como los de Miami que incluyen a Patricia Poleo y su equipo de “perseguidores de oficio”, a , Esteban Gerbasi, Orlando Avendaño y el Panam Post, Nitu Pérez Osuna, y una lista que incluye banqueros, empresarios y otros rapiñas que conforman varios grupos de ataque.
El estilo es disfrazarse de denuncias que parezcan serias, pero bajo la intriga y el chisme barato, desplegar una red de desprestigio contra Guaidó, su gestión, su familia y por supuesto, su entorno político.
Cada uno se escuda a su manera, defienden toldas partidistas y candidatos, se enfocan en el acontecer histórico, profetizan fracasos, y hasta comparan situaciones incomparables, cayendo en absurdos fuera de lugar, que ponen en evidencia mucho del carácter tarifario de sus actuaciones.
Tribus financieras
Por detrás de las tramoyas no hay sólo diferencias de formas sobre cómo enfrentar a la dictadura, sino que existe una operación dirigida y pagada por grupos económicos que se beneficiaron con el chavismo por años, mediante contratos, bonos de deuda y depósitos de la Tesorería.
Muchos “autorefugiados” en Miami, fomentaron la creación de bloques de ataque que ha fragmentado a la oposición para desviar los acontecimientos hacia sus intereses, lejos de la candela donde puedan quemar sus rabos de paja.
El grupo de ex banqueros señalados e intervenidos por la Fiscalía venezolana en 2009 presuntamente por apropiación de fondos de ahorristas y un esquema de estafa con bonos de deuda, huyó del país, mientras que en 2015 a los implicados en los casos del Banco Federal, Bolívar Banco, Banpro y Banco Venezolano de Crédito, entre otros, les negaron ser incluidos en la Ley de Amnistía promovida por Lilian Tintori, para la cual alegaban ser perseguidos políticos.
De allí se alió un grupo económico que domina El Diario Las Américas, financia actividades del Grupo IDEA, del secretario de la OEA Luis Almagro, desplaza matrices de opinión a su conveniencia.
Uno de los casos emblemáticos fue la estafa de uno de esos banqueros que se llevó supuestamente 3 mil millones de dólares y que consistió en ofrecer bonos de deuda en dólares, que serían pagados con bolívares, que otorgaría el Banco Federal en calidad de préstamo y los bonos quedarían en custodia del banquero, según los expedientes que reposan en la Fiscalía.
Posteriormente, con los problemas del canal Globovisión, la directiva del banco huyó y no entregó los bonos a los inversores, dejándole las deudas en bolívares que Fogade estuvo cobrando.
Bolichicos
Por otro lado están los llamados “bolichicos”, que se refiere a una nueva generación de ricos en los tiempos chavistas, conformada por empresarios jóvenes que hicieron sus fortunas principalmente como contratistas del gobierno.
Varios personeros se integran allí, como Alejandro Betancourt López, presidente de la junta directiva y fundador de Derwick Associates, Pedro Trebbau López Derwick, Francisco Convit Guruceaga y Domingo Guzmán López , vicepresidente, accionista y director de la misma empresa, al igual que Orlando Alvarado, director de portafolio de Derwick y director de O’Hara y sus afiliadas.
Mediante ambas compañías, empresa dedicada mayormente a la construcción de plantas de generación eléctrica, de subestaciones y centrales hidro y termo eléctricas, los bolichicos concretaron numerosos contratos con el gobierno nacional, cuyas ganancias fueron llevadas al extranjero para el lavado de dinero, dejando una estela de implicaciones delictivas.
El grupo Derwicks, con un monto superior a los 4,5 mil millones de dólares, son señalados de pagar a varios grupos políticos, chavistas-maduristas y de oposición a cambio de engavetar investigaciones y crear distorsiones públicas, así como a grupos “colectivos” que atacaban a manifestantes en las calles.
En recientes ataque contra Juan Guaidó se han divulgado versiones sin fundamentos que colocan vínculos de este grupo con Voluntad Popular.
Ventanas de internet
La amplitud de internet ha brindado una ventana franca a las directrices de los grupos que bombardean a Guaidó y su entorno encaminado a sacar a Maduro, implantando medios de comunicación que a través de supuestas crónicas, reportajes y entrevistas “en libertad”, disfrazan denuncias sin fundamento que muchas veces terminan convertidas en verdaderos chismes de politiquería barata.
PanamPost es uno de ellos, donde participan Orlando Avendaño y Esteban Gerbasi, entre otros, siguiendo una línea editorial sesgada, plagada de denuncias sin pruebas y basadas sólo en hilvanaciones a conveniencia.
PanAm Post, cuyo dueño es Luis Henrique Ball Zuloaga, primo de María Corina Machado, al igual que Orlando Avendaño pudiera estar financiado por Óscar García Mendoza, a través de su banco Novopayment. La CEO de este banco es Anabel Pérez, esposa de Esteban Gerbasi.
Todo lo relacionado a Panam Post es “aparente” como, habitualmente, suele suceder con los medios digitales dedicados a la diseminación de noticias falsas, extorsión y difamación, es decir que sirven de una u otra manera al crimen organizado y a intereses lejanos al periodismo.
Sobre Orlando Avendaño, los propios periodistas venezolanos expresan ““No sé quién es”, “nunca lo he visto”, “nadie lo conoce”, “no tiene trayectoria”, luego de que saltara a la palestra pública, sobre todo de la red social Twitter, por publicar notas difamatorias contra el entorno de Guaidó.
Igualmente ha sido señalado de “inconsistencia” en sus denuncias, así como de falta de argumentación sólida y comprobable, que no solo no resisten el análisis periodístico básico de cualquier medio de comunicación serio, sino que serían impublicables por sus graves faltas de contenido y evidencias.
Orlando Avendaño y PanAm Post, están vetados de las comunicaciones del Departamento de Estado norteamericano tras un episodio de tergiversación de información, lo que causó que la directora de medios no “lo invite” a participar en las comunicaciones directas de la oficina gubernamental.
Patricia Poleo y su combo
El programa Factores de Poder conducido por Patricia Poleo es otra de las ventanas de persecución del entorno de Juan Guaidó, como si fuera éste y no Maduro el causante de tanto deterioro en su país natal, al igual que el foco inicial de las acusaciones en su contra como partícipe del asesinato del fiscal Danilo Anderson.
La periodista venezolana autoexiliada en Estados Unidos no pierde espacio en su programa para dedicarle críticas y señalamientos al presidente interino, pero además la mayoría de los sectores enfocados en desprestigiarlo convergen como invitados y copartícipes del programa.
Allí el ensañamiento es descarado y sin pudor. Argumentando “libertad de expresión” y “periodismo libre” la autoexiliada y prófuga del régimen de Maduro, desata su verborrea voraz y poco decorosa y cuando se ve excedida, da paso a los “invitados” para que continúen con sus “análisis” que lo que muestran son descargas y críticas de cada paso de Guaidó.
El estilo amarillista y burdo de los chismes llega a ser tan absurdo que critican la manera de vestir, de actuar o de expresarse del diputado, cual sección de farándula cursi, escandalosa y barata.
Como ya se conoce, Poleo es de armas tomar cuando se trata de hacer escándalos y ridículos en público, pues no se mide ni con su propia familia para figurar. Vale recordar su pelea con su padre Rafael Poleo, como nombra a su hija y a su madre cada vez que puede y el historial de amistades y contactos íntimos que posee, como el narcotraficante Larry Tovar, con quien vivió un oscuro pasado, o el crimen en el que se vio acusado su ex esposo, Gastón.
Después de ser chavista abnegada y admiradora del fallecido presidente, ha desfilado por una senda cuya dirección es tan inestable como la cordura del régimen de Maduro. Cada paso un dólar a la vez.
La llave con Nitu
Patricia Poleo formó lo que en Venezuela se llama una llave perfecta para engranar sus ataques contra Guaidó con Nitu Pérez Osuna, quien es abiertamente activista del grupo de María Corina Machado.
Nitu, como es conocida la periodista venezolana, participa en secciones fijas dentro del espacio de la Poleo, y enganchan sus chismes y denuncias sin pruebas, pretendiendo parecer en ejercicio serio y profesional de su profesión.
Podemos citar algunos de sus señalamientos sin pruebas: “El 30 de abril había una confabulación entre un sector empresarial que se enriqueció con el régimen como Gorrín, con Leopoldo López y Guaidó para sacar a Maduro, que entrara Guaidó pero dejando a Padrino y a Mikel Moreno, imagínate los hampones. Nunca he visto una oposición en dictadura con tanto dinero como esta, que viaja, se aloja en los mejores hoteles y son cientos de personas, y si es por carretera, son camionetas blindadas.
¿De dónde sacan tantos recursos? El pago de los bonos 20,20 que es lo único que ha hecho Guaidó, fue para beneficiar a los financistas del régimen ya los financistas de la oposición que son los mismos. Tienen los mismos vicios de la dictadura y si hablas de eso te señalan como tarifada…” señaló Nitu.
“La especie de mantra ‘Cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres’ no ha pasado, agrega, no se está buscando una salida de esta pesadilla o del gobierno mafioso, sino lo que se busca es cómo cohabitar con el régimen. Creo que fue un error grave de Leopoldo López hacer acuerdos con el régimen, obviar al TSJ en el exilio.
Todavía estoy esperando una explicación de por qué se iba a quedar en el poder Mikel Moreno. Sé que LL cambió de lugar pero para mí aún sigue preso; sé también que opera muchísimo políticamente, que es el hombre del diálogo que maneja a Juan Guaidó y es una voz importante dentro del G4. La presidencia de la Republica debería haber nombrado un ministro de la defensa que se entienda con sus homólogos de EE.UU, Colombia y Brasil.
No creo que la AN va bien, sino que con ese aparato de la transición lo que ha hecho es que retrocedamos lo que habíamos adelantado. Me llama mucho la atención que un sector de la oposición se siente a hablar con bandidos y narcotraficantes que torturan hasta asesinar. No les interesa hablar con María Corina Machado porque les interesa cohabitar con quienes puedan ayudar a rescatar dineros mal habidos”, insistió en otra ocasión Pérez Osuna.
Dice estar extorsionada moralmente a cambio de callar sus denuncias sobre pactos de un sector de la oposición con personeros del régimen como Gorrín, menciona específicamente a Henry Ramos Allup, Luis Florido y José Gregorio Correa. Sin embargo, en la misma web sobran exposiciones sobre sus montajes.
E incluso en programas de sus colegas ha quedado expuesta, como en la ocasión en que Carla Angola desmiente sus afirmaciones sobre Elliot Abrahams explicándole que nunca dijo que Padrino López y Mikel Moreno se quedaban en el gobierno de transición.
Los chismes de Patricia Poleo y Nitu Pérez Osuna, así como los trabajos de Avendaño son publicados en los medios de comunicación afectos al régimen, discutidos en programas de opinión y propaganda chavista como el “Mazo Dando” de Diosdado Cabello y es a diario retuiteado y difundido por cadenas de la más rancia izquierda política como TeleSur. Todo en detrimento de la unidad política de la oposición venezolana.
Cuánta oscuridad debe haber en el trasfondo de tales actuaciones distorsionadas con las imágenes falsas de “profesionales serios” de quienes en realidad se han desprestigiado tanto que deben acudir al sensacionalismo para poder mantener su popularidad como palanca de cobro.
La lucha que se libra en Venezuela no es cualquier cosa, ni es un número a jugar en lotería que tendrá fecha de caducidad para pasar a otro capítulo. No es un juego político como cualquier otro, ni merece burla, ridículo o menosprecio.
Para los grupos económicos en Miami, que no han rendido cuentas de sus gigantescas fortunas, que ahora posan de opositores, una intervención militar extranjera en Venezuela, que podría terminar en una crisis que se extendería por años, sería lo mejor que podría ocurrir, pues no habría manera de restituir el Estado de Derecho a tiempo, para aplicar justicia en sus casos. Es hora de poner las barbas en remojo, respetar a Venezuela y, por alguna vez en la vida, tener un poco de cordura al actuar. Si ese país no merece la podredumbre chavista-castrista-madurista, mucho menos necesita una guerra sucia enmascarada para impulsar candidaturas e intereses monetarios mezquinos.
NotiVeraz