Más de 806.000 en relojes suizos Patek Philippe, 610.000 en el hotel Ritz y 330.000 en moda de la firma italiana Brioni…. El empresario Diego Salazar, presunto cerebro de la red que expolió más de 2.000 millones de la estatal Petróleos de Venezuela S. A. (PDVSA), se gastó 2,5 millones en hoteles, joyas y ropa de diseño mientras participaba en el saqueo de la principal energética de su país entre 2007 y 2012, según los documentos a los que ha tenido acceso EL PAÍS.
Junto a su esposa, Rosycela Díaz Gil, Salazar abonó durante el quinquenio en el que se fraguó el latrocinio de la petrolera 865.312 dólares en joyería. Con este dinero, costeó nueve compras por un total de 806.630 dólares en relojes Patek Philippe y desembolsó 58.682 dólares para hacerse con refinadas piezas del joyero estadounidense Harry Winston, según su tarjeta de crédito.
Los hoteles de ensueño concentraron la segunda partida de esta estela de abundancia y exceso. El empresario y su esposa gastaron 719.061 dólares entre 2007 y 2012 en estos alojamientos.
El Ritz, donde abonaron 610.000 dólares en cinco años, fue su cadena preferida. Solo en marzo de 2009, el matrimonio se dejó un total de 210.138 dólares en establecimientos de esta firma, cuyas direcciones no precisan los cargos bancarios.
A cinco minutos a pie de la Avenida de los Campos Elíseos de París, se erige el Hôtel Plaza Athénée. Salazar y su esposa gastaron 87.711 dólares en agosto de 2007 por hospedarse en este edificio de tintes palaciegos con vistas a la Torre Eiffel. El matrimonio también abonó 21.350 dólares en mayo de 2012 por dormir en el parisino hotel Le Meurice, que combina los muebles Louis XVI con un restaurante con dos estrellas Michelín.
Los años del expolio de PDVSA –un gigante que en enero producía 800.000 barriles diarios- fueron también los elegidos por la pareja para renovar su fondo de armario. El matrimonio se compró en este periodo prendas por valor de 385.905 dólares. La nómina de marcas del dispendio la encabezó la firma de moda italiana Brioni (330.000) seguida de Louis Vuitton (25.982), Christian Dior (15.162) y Ralph Lauren (14.791).
Salazar y su esposa costearon este tren de lujo a través de una cuenta en la Banca Privada d’Andorra (BPA) a nombre de la sociedad instrumental (sin actividad) panameña Worldwide Traders Line S. A., que canalizó pagos por valor de 49 millones.
La cuenta andorrana también se usó para adquirir propiedades. En junio de 2006, el matrimonio transfirió 3,3 millones a un depósito del HSBC de Suiza para hacerse con el terreno de un empresario que se presenta en Linkedin como intermediario en la compraventa de inmuebles en Venezuela, EE. UU. Y Canadá.
El análisis de los movimientos bancarios revela también cómo la pareja traspasó en agosto de 2008 un total de 500.000 dólares a una sociedad francesa vinculada a un magnate de las subastas marroquí para hacer frente a los gastos de su viaje a París de ese verano.
El misterio de los cargos de la tarjeta
Además, la cuenta de Salazar asociada a la sociedad panameña Worldwide Traders Line S. A. registró cargos en tarjetas de crédito por valor de 14,1 millones “que no fue posible identificar”, según un documento presentado ante la Unidad de Inteligencia Financiera d’Andorra (Uifand), un organismo público del país pirenaico que persigue el blanqueo.
El matrimonio desembarcó como cliente en la BPA en enero de 2007. Salazar, de 54 años, se presentó en la entidad como un empresario de los seguros reconvertido al negocio de la intermediación del petróleo. Expuso al banco su interés de colocar un saldo de 25 millones de dólares fruto de su actividad mercantil, según reflejó en el know your client (conoce a tu cliente, en inglés), un documento en el que los aspirantes a abrir una cuenta deben justificar el origen de sus fondos.
Salazar añadió tener vínculos con siete empresas, entre las que se encontraban Inversiones TPSK CA y Inmobiliaria Torre Edicampo CA.
La esposa del empresario –que se vinculó a cuatro cuentas en la BPA- indicó al banco andorrano ser “ama de casa”. Y, como Salazar, anunció su intención de ingresar en esta institución financiera un saldo objetivo anual de siete millones de dólares. Un informe de la consultora PwC incorporado a la investigación sostiene que la mujer del cabecilla del saqueo de la petrolera no aportó al banco andorrano documentación para acreditar su millonario patrimonio.
Salazar fue arrestado en 2017 por corrupción y blanqueo junto a otros 65 altos cargos del sector energético vinculados al expolio de PDVSA, que dejó un agujero de 4.200 millones de dólares en las arcas de la petrolera, según la Fiscalía de Venezuela.
El arresto se produjo dos años después de que las autoridades de Andorra intervinieran la BPA por el presunto blanqueo de fondos de grupos criminales. La entidad acogió entre sus clientes a exviceministros y testaferros de políticos del Gobierno de Venezuela durante la presidencia de Hugo Chávez (1999-2013). Jerarcas que cobraron presuntamente comisiones ilegales de hasta el 15% por intermediar para que firmas extranjeras, especialmente chinas, consiguieran adjudicaciones de PDVSA.
Para no levantar sospechas, los saqueadores camuflaron sus ingresos bajo el paraguas de unos trabajos de asesoría que -según los investigadores- no existieron.
Un juzgado de Andorra procesó en 2018 por blanqueo y cobro de comisiones a Salazar y a su esposa junto a 26 jerarcas y testaferros conectados con el chavismo entre los que figuraron los exviceministros de Energía de Venezuela Nervis Villalobos y Javier Alvarado.
La magistrada también encausó al gestor de negocios de Salazar, Luis Mariano Rodríguez Cabello, y a su apoderado, José Luis Zabala.
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