Rafael Ramírez, el político a quien Hugo Chávez entregó la llave del petróleo en Venezuela y que renegó de Nicolás Maduro, ha vuelto a la actualidad tras las acusaciones que ha vertido contra él Tareck El Aissami, vicepresidente Sectorial de Economía de Venezuela.
El lugarteniente de Maduro ha denunciado públicamente y ante la Fiscalía General a quien fuera ministro de Petróleo y Minería y presidente de Pdvsa, al que acusa de un desfalco de la principal empresa de Venezuela que ascendería a 4.850 millones de dólares a través de operaciones de divisas.
En conversación telefónica con ABC desde su refugio en Roma, Ramírez se defiende: «Las acusaciones de Tareck El Aissami vienen después de anunciar mi decisión de ser candidato a las elecciones. Primero fue Diosdado Cabello, luego El Aissami y después será Nicolás Maduro», asegura al tiempo que denuncia la falta de sentido de una acusación que aparece casi diez años después de su salida de Petróleos de Venezuela, que se produjo en agosto de 2014.
El pasado 30 agosto El Aissami se presentó en la sede de la Fiscalía General de Venezuela -acompañado de cámaras de televisión- y entregó la denuncia contra Ramírez a Tarek William Saab, fiscal general del país. El vicepresidente económico de Maduro acusó luego, en rueda de prensa, a Rafael Ramírez de un «megarrobo» e incluso de tener una «mente perversa muy corrupta» y ser un «monstruo». Fue una alocución de una dureza extraordinaria en la que mostró documentos de Pdvsa con lo que pretende corroborar sus acusaciones.
Casi 5.000 millones
Los casi 5.000 millones de dólares sustraídos -la misma cantidad en euros al cambio actual-, son una de las «mayores causas de corrupción» de Venezuela, según El Aissami, y habrían sido malversados a través de una línea crédito fraudulenta.
Por su parte, el exministro y expresidente de la petrolera estatal asegura tener «la conciencia tranquila y todos los puntos de cuenta firmados por Hugo Chávez» e insiste en que todas las operaciones ejecutadas bajo su mandato en Pdvsa están «auditadas por la firma internacional KPMG y conservo esos informes».
A colación de estas graves acusaciones, Ramírez contraataca y señala a la familia de Cilia Flores, la esposa de Nicolás Maduro: «Sé por trabajadores de Pdvsa que en diciembre de 2014, cuatro meses después de mi salida, los hijos de Cilia Flores hicieron operaciones con Raúl Gorrín y se apropiaron de 1.200 millones de dólares de Pdvsa».
Ramírez, a ABC: «Sé por trabajadores de Pdvsa que los hijos de Cilia Flores se aproparion del dinero de Pdvsa a través de Gorrín»
Asegura que el abogado y empresario Gorrín es un «testaferro de los intereses de los hijos de Cilia Flores». En cuanto a las pruebas de este presunto desfalco, Ramírez relata a este diario que «los hechos se están investigando en Florida, en Estados Unidos, gracias al testimonio de un gestor bancario alemán que trabajaba para ellos y otros venezolanos y que pactó ser testigo protegido a cambio de información, mientras seguía haciendo operaciones financieras para los implicados».
Ramírez se refiere a Matthias Krull, exejecutivo de un banco suizo condenado a diez años de cárcel en 2018 en EE.UU. por una trama de blanqueo de capitales provenientes de Pdvsa.
El año pasado una juez de Miami rebajó la sentencia a sólo tres años y seis meses por su cooperación. Según la versión de Ramírez, de la colaboración de Matthias Krull se habría abierto una investigación que afectaría a los hijos de la esposa de Nicolás Maduro.
El expresidente de Pdvsa considera que el Tareck El Aissami está desacreditado para interponer esta denuncia: «Quiero decir que estas acusaciones provienen de un personaje, Tarek El Aisami, que no está cuestionado solamente en el país sino a nivel internacional.
Es una persona que está acusada de graves delitos en la justicia internacional, incluyendo narcotráfico y que está sancionado, su cabeza tiene precio. Es decir que es una persona que con estos antecedentes pierde cualquier legitimidad para levantar una denuncia en mi contra».
Además, Rafael Ramírez denuncia que tras su salida en Pdvsa «lo primero que hizo el ‘madurismo’ para controlar la industria fue colocar a Erik Malpica, el sobrino de Cilia Flores, como vicepresidente de Finanzas, y vaciaron todos los fondos de los trabajadores».
El exministro dice que el ‘madurismo’ lo acusa porque quiere concurrir a las próximas elecciones
Refugiado en Roma, donde trabaja como «consultor en asuntos petrolíferos como ingeniero y experto en el sector que soy» y arropado por la familia de su esposa, que es de origen italiano, la justicia transalpina rechazó el pasado enero una orden de extradición venezolana.
Con la nueva denuncia, el `madurismo’ lo intentará de nuevo. De hecho, Tareck El Aissami ya ha pedido al fiscal general que dicte una orden de captura internacional.
La estrategia de Maduro
En cuanto a las posibilidades de Rafael Ramírez, que estaba llamado a suceder a Hugo Chávez, de concurrir a las elecciones presidenciales de Venezuela, no lo tiene fácil. El ‘madurismo’ tiene decretada una orden de captura contra él, por lo que si pisara suelo venezolano sería arrestado.
El expresidente de la empresa pública venezolana reconoce que «hubo casos de corrupción en Pdvsa» -lo único que está perfectamente claro en este cruce de acusaciones-, pero que «tienen que asumir su responsabilidad quienes los cometieron, que paguen tras un juicio justo».
Para Ramírez, la estrategia del Gobierno de Maduro pasa por «enlodar toda la empresa, que equivale a decir que porque en la Iglesia hay pederastas el Papa Francisco también es pederasta, y eso es muy injusto».
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