El abogado Eyvin Hernández, quién lleva cinco meses detenido en el país, envió un mensaje a la administración de Joe Biden para que lo ayude, al tiempo que dice sentirse «olvidado» por las autoridades estadounidenses.
Los familiares de Hernández dijeron que el mensaje les fue enviado por el abogado, que trabajó durante 15 años en las oficinas de defensa pública del Condado de Los Angeles, desde prisión.
“Nadie debe ser abandonado en el momento de mayor necesidad y cuando es más vulnerable”, dice el abogado en el audio que ya fue entregado al Departamento de Estado. “Sin embargo, no siento que mi gobierno sienta lo mismo por mí”.
Hernández dijo que él y otros estadounidenses encarcelados en Venezuela (hay al menos 10, incluidos cinco ejecutivos petroleros y tres militares) se sienten “como si nuestro gobierno nos hubiera abandonado”.
El abogado estadounidense, de 44 años y origen salvadoreño, se encuentra en una cárcel de Caracas, tras ser detenido cerca de la frontera entre Táchira (Venezuela) y Norte de Santander (Colombia) a finales de marzo de este año. Debía ser presentado en tribunales el pasado 11 de julio, pero la audiencia fue aplazada.
Su familia alega que viajó a la frontera desde la ciudad de Medellín con una amiga venezolana que necesitaba sellar su pasaporte para resolver un problema con su estatus migratorio en Colombia. Insisten en que nunca tuvo la intención de ingresar a Venezuela y que debía volar a Estados Unidos tres días después, pero presuntamente cayeron en manos de bandas criminales que los trajeron al país, donde fueron capturados.
Durante meses, los funcionarios estadounidenses han estado buscando en silencio un acuerdo por separado con la administración de Nicolás Maduro, que tiene el mayor número de estadounidenses sospechosos de ser utilizados como moneda de cambio.
Henry Martínez dijo que han sopesado entregar el caso de su hermano al enviado presidencial especial para asuntos de rehenes, Roger Carstens, quien logró liberar a dos ejecutivos de Citgo este año, tras una visita al país.
En la grabación, el estadounidense también dijo que han pasado meses desde que él o cualquiera de sus compatriotas estadounidenses han visto una sala de audiencias, ni tienen ninguna esperanza de tener un juicio justo. “Este lugar está destinado a romperte psicológica y espiritualmente”.
“Todos somos inocentes, pero estamos siendo acusados y tratados como terroristas”, explica Hernández quien también mencionó que la incertidumbre, el aislamiento y las violaciones de los derechos humanos están pasando factura, con dos estadounidenses que ya han intentado suicidarse y un tercero al borde de crisis mentales diarias.
“Si no nos sacas pronto, es posible que no quede nadie a quien salvar”, afirmó.
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