La médica Nardy Carolina Mora Rumbo, laboraba en la fundación Dejando Sonrisas desde hace tres años y medio. Desde esta organización ayudaba a niños, adolescentes y adultos mayores en estado de vulnerabilidad
Como una persona inigualable, con una calidad humana indescriptible, que trabajaba para servir y ayudar al más necesitado, describió el presidente de la Fundación Dejando Sonrisas, Jesús Díaz, a la doctora Nardy Carolina Mora Rumbo (46 años), quien fue encontrada muerta la noche del viernes, 26 de agosto, en la Unidad Educativa Doctor Rafael Guerra Méndez, ubicada en la parroquia Santa Rosa de Valencia, estado Carabobo.
La profesional de la medicina formaba parte de esta fundación desde hace tres años y medio. Era la encargada de la coordinación del equipo que laboraba en el sector salud y participó en las jornadas médicas que con frecuencia realizaba la organización para atender a niños, adolescentes y adultos mayores en estado vulnerable.
El presidente de la Fundación Dejando Sonrisas aún no da crédito a lo sucedido. “Nos arrebataron a un ser extraordinario. No lo creemos todavía. Ella siempre estaba dispuesta a regalarnos sonrisas, pero alguna mente macabra nos la quitó”, acotó.
Se sentía incómoda
La doctora Nardy Carolina Mora Rumbo desapareció el 24 de agosto de 2022. Ese día la profesional de la salud acudió a trabajar en un ambulatorio situado dentro del liceo Rafael Guerra Méndez y no regresó a casa.
Una cámara de seguridad captó su llegada a la institución educativa y llevó a los funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) a enfocar su búsqueda en ese lugar. El 26 de agosto encontraron partes de su cuerpo en el interior del liceo y, al día siguiente, una de sus extremidades en el río Cabriales.
Estos hallazgos confirmaron que la mujer fue desmembrada. Las indagatorias apuntan a que el autor del hecho fue un vigilante, quien está detenido en el Cicpc y habría confesado el crimen.
“Hace unas semanas se realizó una jornada médica en Maracay y la doctora Nardy comentó a sus compañeras que no quería continuar laborando en el ambulatorio ubicado en el plantel, porque se sentía incómoda”, recordó Díaz.
El presidente de la fundación Dejando Sonrisas Díaz hizo énfasis en que la médica no tenía ninguna relación con el sereno, quien, según dijo, era una persona externa al liceo. “No era un vigilante del ministerio, era representante de la misión Ezequiel Zamora que hace vida dentro de la institución”, detalló.
“¿Quién lo autorizó?”
El declarante no se explica por qué el Estado habilitó un consultorio médico en un liceo, sin las debidas condiciones para su funcionamiento. “Es un consultorio alejado de la comunidad, un consultorio que estaba abierto cuando las escuelas deberían estar cerradas por vacaciones”, recalcó.
Además, cuestionó el hecho de que una persona que no está vinculada al área académica tenga permiso para criar cochinos dentro de una sede educativa. “¿Quién lo autorizó?”, se preguntó el presidente de la fundación Dejando Sonrisas.
Madre feliz y orgullosa
Nardy Carolina Mora Rumbo era madre de una joven de 20 años y un niño. Su hija mayor se graduó hace un mes de bachiller y recientemente quedó seleccionada para estudiar medicina.
“Su mamá estaba muy feliz y orgullosa. Siempre decía que había que ayudarla y apoyarla. Es lamentable lo que pasó. Apagaron la luz de una heroína”, mencionó Díaz.
Notiveraz