«Venezuela es el único país donde nadie investigó el caso Odebrecht. Hablamos de 21 millones de dólares que aparecieron en cuentas en Suiza por una subcontratista y la cabeza es quien era el segundo a bordo del Metro de Caracas, al lado de Gustavo González López, pero se han detectado más de 142 millones de dólares en total y creemos que es mucho más: 22 mil millones en obras que no existen»
Asi lo dijo el periodista de investigación y cofundador de Armando.Info, Joseph Poliszuk habló sobre el más reciente reportaje del medio que develó que un viejo amigo del actual director del Sebín, Gustavo González López, también recibió dólares de Odebrecht. Se trata de Francisco Ramírez Arteaga.
Lazo doble
Al frente de la constructora Decsa figura el matrimonio de Francisco Ramírez y Carmen López. “Resulta que Carmen Josefina López Arismendi es o fue vicedirectora general de la oficina de Planificación y Desarrollo de Recursos Humanos en el Ministerio de Infraestructura de Venezuela”, prevenía Herold, el fiscal suizo, en su misiva. Pero en lo que no reparó el fiscal suizo en esa oportunidad fue que el nombre de Ramírez, el cónyuge de López, está ligado al del entonces, en la actualidad y en dos períodos, jefe de la policía política del chavismo, el general Gustavo González López.
El ahora empresario, Francisco Lino Ramírez Arteaga, del grupo Decsa, antes había sido el funcionario Francisco Ramírez —a secas— que, entre 2007 y 2009, destacó como vicepresidente de Grandes Obras del Metro de Caracas, cuando ese organismo estaba en manos del actual director del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), González López. Poderoso y en apariencia inamovible de la cabeza de los servicios de seguridad e inteligencia del Ministerio del Interior, González López fue uno de los primeros funcionarios venezolanos sancionados por Estados Unidos, Canadá, la Unión Europea y hasta la propia Suiza, como responsable de la represión y las violaciones a los derechos humanos en Venezuela.
La puerta giratoria de Francisco
La hemeroteca de la época advierte que Ramírez Arteaga y González López ya habían sido denunciados como parte de un escándalo por la renovación de los vagones de la Línea 1 del Metro de Caracas, adjudicada sin licitación ya no al histórico grupo francés Frameca —que hasta entonces había provisto los vagones del Metro desde su fundación— sino a un desconocido consorcio conformado por las ibéricas Cobra, Dimetronic y Constructora Hispánica, por las que una década más tarde no solo se ven trazas de corrupción como parte del escándalo de la Banca Privada d’Andorra sino en nombre de las que España ahora demanda una deuda de 155 millones de dólares.
No hay muchas referencias del caso en la Web. Pareciera que el nombre de Ramírez desapareció de la faz de Internet después de un barrido digital. A esa conclusión ha llegado el periodista Manuel Isidro Molina tras varios años denunciando el caso en sus columnas del diario La Razón.
“El vicepresidente de grandes obras de Cametro era entonces, el ingeniero Francisco Ramírez, quien renunció al cargo después que el presidente Chávez firmó la partida solicitada, y se fue a España a fraguar el doloso contrato”, afirmó Molina en un foro de Aporrea de abril de 2018, en una de las pocas columnas del caso que aún resisten en la Web. Pero una puerta giratoria muestra hoy al Ramírez de hace unos años —subordinado de González López— al frente de una de las empresas que recibió depósitos irregulares de las offshore del Departamento de Operaciones Estructuradas, el eufemismo con el que Odebrecht llamó a su división de sobornos.
Poliszuk destacó que han pasado 6 años y todavía siguen apareciendo piezas y aseveró que Armando.Info seguirá investigando porque lo lamentable de todo esto son las obras que prometió el chavismo y hoy no existen. «Es muy difícil auditar estos pagos porque no solo son presupuestos, o sobornos, sino cuánto costarán esos elefantes blancos que están por todo el país. ¿Lo van a derribar o terminarán en más corrupción?».
«Ahora, sabemos que en Suiza rastrearon buena parte del dinero que pasó por empresas of shore de Odebrecht, y la justicia suiza se dio cuenta de que el dinero que depositó Odebrecht en empresas fantasmas pasó por su sistema bancario y rastrearon cada una de las transferencias, eso fue en 2.017 y ahora sabemos que habían enviado mediante su embajada a la fiscalía todos estos reportes, pero nunca investigaron nada».
En Venezuela, Odebrecht subcontrataba empresas locales, y algunas de ellas terminaron recibiendo comisiones para pagar favores. Una carta rogatoria enviada desde Suiza por los fiscales del Ministerio Público de ese país, y que apenas ahora se conoce, añade un nuevo grupo a la lista de venezolanos que recibieron dinero en la llamada caja dos de la desaparecida transnacional brasileña de ingeniería de obras civiles.
NotiVeraz