Más que escribir una nota conceptual sobre el conocimiento, como la representación de una idea abstracta, de una significación que surge de las ilustraciones sobre varios temas, sencillamente, esto que hoy escribo, es escasamente una simple alerta.
Quizá un llamado de atención a la cordura, a la decencia, a la dignidad, si es que esto es posible. Si es que esto no es mucho pedir, o más bien un exceso de ingenuidad de mi parte, o son todas estas cosas a la vez, todas amontonadas, sin orden ni concierto.
Lejos de la academia, lejos de estudios de elevada calificación. Es sencillamente una lista de cosas sin mayores normas. Algo parecido a un punto final a la insolente sin razón, a la mediocridad indocta. A la antipolítica, aunque paradójicamente proveniente de un grupete que se dice dirigente político proveniente del fiel partido Acción Democrática, geográficamente ubicado en el estado Carabobo.
Entiendo que es un introito abusivamente amplio, por eso solicito la ayuda de sus inteligencias. De cualquier modo el deterioro, en cuanto a valores morales nos referimos, es cada vez más marcado en el mundo entero. Cuestiones de principios donde las cosas deberían ser blancas o negras y donde se debería distinguir claramente lo que está bien de lo que está mal, han adoptado una extensa gama de grises donde todo es justificable.
Tomemos la bandera de la honestidad, del honor, para enfrentar y echar a los corrompidos donde se encuentren. Sacarlos hasta debajo de las piedras. Insisto, esta lucha que retomamos está planteada entre los honestos en contra de los corruptos, de manera maniquea, aunque parezca contradictorio con lo expuesto en algún párrafo más arriba. ¿Hasta cuándo ustedes echan vaina? Sí, hasta cuándo van a seguir inmunes.
La decencia pública y las personas de reconocida honorabilidad, son incómodas para algunos que otros grupitos políticos, caso del estado Carabobo, como acertadamente lo ha venido sosteniendo a través de las redes sociales el ecuánime amigo Feliciano Montes.
Muchas veces se es injusto con los políticos que se les juzgan con un doble rasero a la hora de calificar la gravedad de los casos de corrupción; que por culpa de unos pocos cuasi delincuentes comunes, la factura roja se la etiqueten a todos. Además de cobardes, que se valen del uso de nombres inexistentes para ofender, para vaciar sus inmundicias, quizá, probablemente, no tanto por cobardes, rectifico, sino más bien porque sus cartas de buena conducta están plagadas de tachones en rojo.
Y de un rabo, de unos cuernos de cabra, y las orejas, la nariz y los caninos de un cerdo. Doctora Mariela, mire, yo le aconsejo, le sugiero, que se deje de esas tonteras que no le dan réditos ni a usted en lo personal ni al grupo político identificado con el paisano y amigo Henry Ramos Allup.
Doctora, yo tengo en mi poder la nota vejatoria, cobardona, pero insulsa que por WhatsApp usted le hizo llegar a un dirigente del grupo político que manda en Carabobo. ¿La publicaré? Verdad qué no sé qué hacer con esa bazofia, con tal bodrio; Dios proveerá…
NotiVeraz