Cuatro meses después de que las fuerzas de seguridad venezolanas mataran a El Koki, su enemigo público número uno, se han presentado dos ataques diferentes contra la policía en el antiguo bastión del jefe pandillero en Caracas, lo que parece indicar un aumento de la violencia.
El 29 de mayo, tres agentes de policía resultaron heridos en Cota 905 después de que alguien les arrojara una granada en las primeras horas de la mañana. Ese fue el segundo ataque en cuestión de semanas.
El 14 de mayo, otros dos agentes salieron heridos cuando varios encapuchados arrojaron dos granadas contra una estación de policía en la sección Mata de Caucho del distrito Cota 905.
Según el periodista Román Camacho, estos ataques son obra de los antiguos lugartenientes de Carlos Luis Revete, alias “El Koki”. Los dos hombres, conocidos por los alias de “Garbis” y “Vampi” controlaban extensos sectores de Cota 905 en vida de El Koki. Después de la muerte del jefe pandillero, en febrero, se cree que siguen prófugos de las fuerzas de seguridad.
InSight Crime habló con un comandante de la policía en el oeste de Caracas y confirmó que sospechan por lo menos de Garbis por el último ataque del 29 de mayo.
Las fuerzas de seguridad respondieron. El 19 de mayo, varios destacamentos de la policía nacional de Venezuela y el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) entraron a Cota 905 y a los distritos vecinos de La Vega, El Valle y El Cementerio, los cuales hacían parte de la zona de influencia de El Koki.
El operativo dejó como resultado tres personas muertas y un policía herido, según información oficial. Un residente de Cota 905, que solicitó reserva de su identidad por motivos de seguridad, declaró que “uno de los muertos trabajaba como sicario para El Koki”.
Después de que El Koki se viera obligado a huir de Cota 905 en julio de 2021, las fuerzas de seguridad mantuvieron una fuerte presencia en el distrito, lo que incluyó la instalación de la estación de policía atacada con granadas.
Sin embargo, dos residentes de Cota 905 y La Vega relataron que las patrullas, y la presencia de autoridades en general, se redujo de manera notoria desde comienzos de 2022.
“Los policías no estaban protegiendo ni sus mismas sedes. Ellos normalmente montaban guardia en las afueras del módulo, pero tenían como un mes que no lo hacían. Incluso el grupo que atacó la estación de policía no era tan grande, no pasaban de ocho y según personas que los vieron llegaron a pie y se fueron a pie hacia El Valle”, relató bajo anonimato uno de los residentes.
La eliminación de El Koki fue presentada como una acción que llevaría la paz a Cota 905, pero los recientes ataques con granadas indican lo contrario.
El Koki dominó el distrito hasta julio de 2021, cuando fue expulsado de Caracas. En los meses anteriores, las autoridades realizaron una serie de redadas en Cota 905 después de que hombres armados de El Koki intentaran apoderarse de un barrio cercano. La policía abaleó a El Koki en febrero después de una persecución de tres días.
Ya sea que Garbis o Vampi estén detrás de esos ataques, no es claro con cuántos seguidores cuentan o si tienen posibilidades de restaurar el control sobre Cota 905. Pero si las autoridades están desplegando menos efectivos en la zona, es improbable que esta parte del centro de Caracas mantenga la tranquilidad por mucho tiempo.
Entre 2014 y 2020, Cota 905 se situó en el centro del tráfico de drogas, armas y contrabando de gran parte de la ciudad. Allí entraban los consumidores en sus autos a comprar drogas o desde allí se despachaban drogas o paquetes a bandas aliadas y hacia sectores más acomodados.
Y El Koki era prácticamente intocable en Cota 905. En 2014, el sector fue declarado Zona de Paz, una campaña del gobierno para retirar las fuerzas de seguridad de sectores controlados por las bandas, a cambio de que estas mantuvieran el orden.
Después de que El Koki finalmente se pasó de la raya al salir de los límites de Cota 905, fue expulsado de Caracas en julio de 2021 y abatido en febrero de 2022.
Y ya la violencia volvió a instalarse, al parecer por obra de los lugartenientes de El Koki; pero, con el aumento de la frecuencia de las respuestas policiales, es de esperarse que Cota 905 se convierta en cualquier cosa, menos en una Zona de Paz.
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