A finales del siglo XX el Metro de Caracas era referencia en la región. En aquel momento se proyectó que para 2010 la compañía de transporte ferroviario tuviera seis líneas comerciales y más de 130 trenes.
Ahora solo están completas cuatro líneas y no llegan a 40 la cantidad de trenes que medianamente funcionan. Expertos consultados por TalCual aseveran que la precariedad del servicio pudiese solucionarse con un mantenimiento adecuado.
Estiman que el sistema, que fue vanguardia en el continente, ahora anda entre rieles fracturados y estaciones con problemas estructurales y de seguridad. En los últimos ocho meses se han registrado 14 emergencias eléctricas dentro del sistema. Maduro anunció en 2021 la inyección de más de 15,6 millones de euros para la línea 5, que sigue atascada en sus primeros dos kilómetros.
El tren se detiene. Estimados usuarios, les informamos que motivado a un tren con fallas el servicio Metro de Caracas presenta un fuerte retraso. Por favor tomen sus previsiones; se escucha por los altoparlantes del vagón.
Con el vehículo inmóvil en un lugar indeterminado dentro del túnel entre estaciones, transcurren cinco, diez, 20 y hasta 30 minutos en condiciones de hacinamiento. Decenas de personas se mantienen aglutinadas, inmóviles, en el largo y estrecho vagón. Es hora pico. No hay espacio.
Los usuarios están casi unos encima de otros. El aire cada vez más va pareciendo insuficiente y el sudor comienza a hacerse copioso porque no sirve el aire acondicionado.
El gobierno de Nicolás Maduro ha sido incapaz de sacar al sistema Metro de Caracas adelante. El retraso en el servicio es sostenido y la evidencia es palpable en las mil y un vivencias de los ciudadanos que día a día quedan registradas en las redes sociales.
Debido a la falta de dinero en efectivo o la imposibilidad de costear los métodos de transporte superficiales, miles de usuarios recurren al medio ferroviario propiedad del Estado venezolano.
Desde mediados de los años 80 del siglo XX, el Metro de Caracas era referencia en la región. Inició operaciones el 2 de enero de 1983 y se caracterizó por la avanzada tecnología francesa que puso a andar los trenes, así como por la preparación profesional de sus trabajadores y la eficiencia del servicio.
Hoy, todo eso no es más que una reminiscencia. A la compañía llegó, en 2011, una nueva flota con tecnología digital española, de acuerdo a un contrato suscrito por Hugo Chávez que dio pie, por su incumplimiento, a una demanda por 138 millones de euros en los tribunales de España.
Pese a la promesa de poner a esa empresa a valer hecha por el mandatario Nicolás Maduro —quien trabajó en la compañía— y de sus subalternos al frente de Metro de Caracas y del Ministerio de Transporte, la evidencia del fracaso y la corrupción de extienden por los más de 100 kilómetros de túneles y estaciones.
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