¿Cómo hacer para que el pueblo crea nuevamente en política y democracia?

Una carta firmada por 25 venezolanos, la mayoría economistas, solicitando al gobierno de Estados Unidos el levantamiento de las sanciones a Venezuela, ha generado todo tipo de debates en el entorno político nacional.

Para Guillermo Tell Aveledo, doctor en ciencias políticas, esta acción es el resultado de la tirantez en la que se encuentran todos los sectores sociales, políticos, económicos del país, que en algún momento reclamaron un cambio de gobierno en unidad y hoy se encuentran desperdigados.

«Parte del empresariado y de la sociedad civil que firmó esa carta está diciendo: bueno, a nosotros también nos abandonaron los políticos. Durante años esos sectores financiaban a la oposición, durante años habían facilitado el apoyado a medidas política, deteniendo el comercio y deteniendo la industria, apostando por el cambio político y ese cambio político no se dio, independientemente de las sanciones, las sanciones son hoy el quiz del debate, pero no es lo único que debemos debatir. Y el gran problema es que la sociedad venezolana no está debatiendo y no está presta a debatir», expresó.

En los últimos días ha sido noticia el envió de dos cartas de venezolanos dirigidas al gobierno de Estados Unidos. Una firmada por 25 ciudadanos solicitando el levantamiento de las sanciones, y otra firmada por 68 opositores detallando por qué no se deben levantar esas sanciones. ¿Pueden provocar ambas cartas una reacción en el gobierno del presidente Joe Biden?

Es difícil por cuanto la política norteamericana no se maneja por medio de cartas públicas, por remitidos. Los remitidos son más hacia la audiencia para explicar alguna línea política y para orientar a la opinión pública, que propiamente hacia los involucrados. Obviamente el modo en que lo hacen los actores políticos, incluso los que están aquí involucrados, es por medio del cabildeo. Ahora bien, las distintas cuestiones importantes que plantea esta carta van más allá de las sanciones. Son cosas que debe discutir la sociedad venezolana que desea un cambio. Obviamente están insatisfechos con el statu quo, están insatisfechos con las circunstancias que ha generado las sanciones, pero también hay una insatisfacción que va hacia el Estado.

¿Por qué no existen acuerdos para lograr una transición democrática dentro de la oposición?

La opinión pública desde hace años ha jugado con el abuso de la palabra «transición». En ciencias políticas una transición es un proceso en el cual desde el poder se abren las compuertas para cambiar las reglas económicas, sociales y eventualmente políticas de un país. No todas las transiciones dirigen a un país a la democracia aunque ese es el deseo y aspiración teórica. Tiene que haber la voluntad desde el poder y tiene que ser un poder que en última instancia los adversarios fuera del poder, reconozcan.

¿Hasta qué punto el poder del gobierno está cambiando?

No está cambiando en sus actores pero sí está cambiando en sus acciones. Ha cambiado su guion a un punto limitado, un punto frágil, a un punto muy vulnerable, pero en todo caso es distinto. No es verdad que lo que está haciendo hoy el Estado es lo mismo que hace tres o cinco años. No ha cambiado en unas políticas centrales, algunas nucleares para lo política chavista de hace 18 años anteriores y esto es importante. ¿Es un gesto hacia la democratización?, no, lo hacen por su permanencia. ¿Es un gesto hacia la apertura?, genera otros actores que por lo tanto van a tener mayor poder y van a tener mayor influencia y en ese sentido es una apertura inevitable e insospechada.

¿Cree usted que el venezolano milita en la antipolítica?. ¿Cree que el gobierno derrotó al ciudadano en su deseo de recuperar la democracia

Hay un punto difícil de conseguir entre la prosperidad y la menesterosidad que permite la acción política. Pensemos en los antipolíticos del 90, la mayor parte que la gente estaba pensando en su bienestar económico y estaba desafecta de los político mientras había un mar de fondo de descontento que capitalizó Hugo Chávez. Si los políticos de la actualidad no hacen esa tarea evangelizadora de hacer creer nuevamente a la población en la democracia, bueno no va a quedar causa por la que combatir.

¿Han servido de algo las sanciones contra el Gobierno?

En la historia se justificaron esas sanciones porque se orientaban a la idea de un cambio súbito rápido en la política venezolana. Esa es la verdad por la cual se vendieron las sanciones, que se iba a promover no tanto un sufrimiento aguas abajo, sino un quiebre aguas arriba, es decir, en la cúpula del poder. Había creencias que eso iba a ser rápido, que los militares se iban a alzar contra Maduro. Esto no ocurrió y no sólo no ha ocurrido, sino que han ocurrido otras ventajas.

Lo que hoy se usa como defensa de las sanciones, la mejora económica viene de «la pax bodegónica«, que se dio cuando el Estado desmontó los controles cambiarios y de precios y cesó parte del intervencionismo al sector privado.

Representantes de ONG, gremios educativos y empresariales han estado participando en el Foro Cívico, mantienen diálogos directos con el gobierno de Nicolás Maduro. ¿El debate ya no es la rendición de Maduro, el tema de fondo ya no es sacar a Maduro del poder, es convivir con él y lograr algunas mejorías económicas?

No estoy tan seguro que el debate sea la convivencia con Maduro, el debate es si tiene reglas internas y si avanzan en esas reglas para el cambio o si simplemente se espera y estamos todos a las merced del statu quo sin cambiar nada. Ese es realmente el debate. ¿La convivencia con el presidente Maduro es ahora un tema contencioso?¿Hay reuniones, hay alzamiento, hay disidencia activa?, no, no las hay, entonces no me pueden decir que es una suerte de puñalada por la espalda a los actores del frente de lucha. No, no lo es.

Si queremos una sociedad pluralista tenemos que admitir que hay intereses diversos y que no siempre van a coincidir con los que tenga uno mismo, entonces los empresarios están defendiendo la propiedad que le fue expropiada, están defendiendo la necesidad de nuevas reglas económicas, están defendiendo la necesidad de un nuevo ambiente económico, ¿por qué culparlos de que actúen como deben actuar? Los empresarios ni la sociedad civil no pueden hacerle el trabajo a los políticos y los políticos no pueden claudicar su propia responsabilidad.

¿Por qué en este momento para Maduro es más fácil reunirse con actores de la sociedad civil, que retomar el diálogo en México con la oposición democrática?

Hablando de la idea de la facilidad o no de reunirse con la Plataforma Unitaria en México o con estos señores en Caracas. ¿Hay realmente una política unitaria en la agenda de la oposición venezolana?, ¿Hoy están los factores del G4 en una suerte de descalibramiento propio? 

Ahí tenemos divisiones y crisis en Voluntad Popular, un debate soterrado en Primero Justicia, un congreso ideológico en Un Nuevo Tiempo y las relaciones entre Acción Democrática y sus divisiones, problemática porque implica el reconocimiento o no de una acción coercitiva, represiva del Estado, pero entonces los partidos están distraídos en eso. ¿Hay diálogos permanentes?, lo que transpira en los corrillos del poder, en los chats del WhatsApp es que no es así, y no por dolo, sino porque ese es un canal que está básicamente muerto.

Muerto por qué, no muerto porque las negociaciones de México estén muertas, allí hay oportunidades de crecer y la carta de los 25 la pide que se reactive, sino porque un actor fundamental que es la Plataforma Unitaria no está actuando.

¿Qué ha pasado con el gobierno interino?

Pensemos en estas semanas todo lo que ha pasado y lo que ha habido es un silencio o una desconexión del gobierno interino y del señor Juan Guaidó frente a todo esto, no hay una respuesta clara, hay respuestas de agentes, de factores de este sistema y de este status quo opositor. Pero no ha habido un enfrentamiento directo a los problemas.

¿Cómo se podría llamar a este Gobierno que está cambiando en lo económico?

En ciencias políticas y en ciencias económicas se llama «Capitalismo de amigotes», que es salvaje porque no tiene reglas y beneficia a quienes están conectados con el poder.

«Es un disparate pensar en primarias»

Guillermo Tell Aveledo, doctor en ciencias políticas y decano de Estudios Jurídicos y Políticos de la Universidad Metropolitana de Caracas, considera un error político que la oposición democrática esté pensando en realizar elecciones primarias para elegir al candidato presidencial 2024, sin antes preocuparse por lograr una verdadera unidad.

«Los partidos están en muy malas condiciones políticamente hablando. El éxito de las primarias 2012, donde resultó electo Henrique Capriles Radonski fue los tres años previos de construcción de una política, de un programa, de una unidad, de una visión estratégica común, sino las primarias no hubiera tenido sentido.

Aquí hay gente que se va a lanzar y no se va a convertir en líder de la oposición al día siguiente por ser el que gane la primaria, no necesariamente porque puede haber una diferencia táctica tan grande que porque no hay política común se abandona ese candidato. Eso sin decir que el gobierno puede reprimir a un candidato hombre o mujer que resulte electo, ya que por lo menos estará un año expuesto enormemente», manifestó el politólogo.

NotiVeraz

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