El Departamento de Estado de EEUU expresó que el gobierno de Joe Biden seguirá implementando mecanismos legales para presionar a los “líderes corruptos” de la región.
A pesar del reciente cambio de administración, Estados Unidos se mantiene firme en su compromiso con la lucha contra la corrupción de algunos gobiernos de América Latina y el Caribe, especialmente en países de Centroamérica, Cuba o Venezuela, aseguraron el martes fuentes oficiales.
El subsecretario adjunto de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Jon Piechowski, recordó este martes que la administración estadounidense cuenta con una legislación que contempla las sanciones a otros países por casos de corrupción, como las impuestas a Nicolás Maduro y a otros altos funcionarios del Palacio de Miraflores.
“Hemos impuesto restricciones a oficiales del régimen ilegítimo de Nicolás Maduro en Venezuela, así como al actual presidente del supuesto Tribunal Supremo de Venezuela, Maikel Moreno, y su mujer”, dijo el funcionario durante una conferencia de prensa con medios en español.
“Maduro socava la democracia”
En ese sentido, insistió en que las sanciones continúan siendo “herramientas vigentes” para castigar la corrupción que se da en algunos gobiernos.
“Vemos que esta herramienta sigue siendo vigente y aplicable para algunos oficiales que socavan la democracia y los derechos humanos en Venezuela”, afirmó al tiempo que admitía que “es obvio” que el objetivo de Estados Unidos es “combatir la corrupción” y evitar que los funcionarios operen desde terceros países.
Por eso, hizo una advertencia tanto al régimen de Nicolás Maduro como a otros en la región: “Que todo lo que ellos ganen que sea honestamente”.
“Queremos que los oficiales (autoridades), no importa en el país en el que se encuentren, no puedan comprar casas en Florida, que no puedan ir a hacer viajes de lujo a Disneyworld o Nueva York”, añadió.
Piechowski recalcó que el gobierno de Joe Biden continuará empleando todos los mecanismos legales que tiene a su alcance para presionar a las administraciones corruptas de la región.
“Quiero ser muy claro a todos los líderes corruptos en América Latina y el Caribe: Estados Unidos perseguirá los casos y emplearemos todas las herramientas que tenemos disponibles para luchar contra la corrupción, para brindar un futuro más seguro, más próspero y de gobernanza más fuerte”, agregó.
Además de Venezuela, Estados Unidos también ha impuesto sanciones a altos funcionarios activos y retirados relacionados con casos de corrupción en Nicaragua, Guatemala o Paraguay, según Piechowski.
Un problema generalizado en la región
A su juicio, “la corrupción es un flagelo para todo el mundo” con consecuencias muy negativas a corto plazo. “La corrupción envenena la gobernanza, inhibe la inversión y hace pudrir la sociedad entera”, dijo lamentando que “esta mezcla socava la seguridad ciudadana y el crecimiento económico”.
Durante la conferencia de prensa telefónica, en la que también participó la subsecretaria adjunta de la Oficina de Programas para el Hemisferio Occidental en la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley del Departamento de Estado, Heide Fulton, se abordaron además los efectos de este fenómeno en las migraciones ya que, según los altos funcionarios, muchas personas se ven obligadas a abandonar sus países por la situación económica y la inseguridad que acarrea la corrupción.
“Es una de las principales causas de la migración irregular, que manda a miles de personas en un viaje en vano y peligroso”, expuso Fulton.
En esa línea, instó a los socios de la región a trabajar conjuntamente para afrontar esta problemática de la manera más efectiva posible y lograr la estabilidad en esos países.
“Estados Unidos está comprometido a enfrentarse a este fenómeno por toda la región, a trabajar con los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil para que la gente tenga una oportunidad de construir un futuro mejor en el que ellos prosperen en casa”, comentó Piechowski.
Estados Unidos lidera la lucha
Este año se conmemora el 25 aniversario de la Convención Interamericana contra la Corrupción. Estados Unidos es el mayor donante de fondos, lo que deja evidencia de cuáles son sus objetivos para los próximos años.
La Casa Blanca también ha destinado recursos económicos a otros países de la región para paliar los efectos negativos de la corrupción. “En México, el gobierno de Estados Unidos ayuda a fiscales especializados en crimen financiero, nuestros esfuerzos en Honduras fortalecen los lazos entre la policía y la comunidad, y en Guatemala hemos invertido más de dos millones de dólares para ayudar a la gestión de casos complejos en el Ministerio Público que contribuyeron en el caso contra el antiguo presidente Otto Pérez Molina y su vicepresidente”, explicó.
Con todo, el vocero del Departamento de Estado expresó su apoyo a las “organizaciones de sociedad civil y a los medios independientes” que se han convertido en “socios clave para iluminar las prácticas oscuras”.
“Apoyamos el trabajo del Observatorio contra la Corrupción para los Ciudadanos, una iniciativa que viene de la Cumbre de las Américas de 2018, cuya meta es la de monitorear la implementación de compromisos anticorrupción de parte de gobiernos de América Latina y el Caribe”, subrayó expresando su compromiso a “los periodistas de investigación, a los medios independientes, a las organizaciones de sociedad civil y las ONGs que trabajan por la transparencia”.
Pese a todo, el gobierno de Estados Unidos es consciente de que sus objetivos no se pueden materializar a menos de que haya una clara voluntad de cooperación con otros gobiernos e instituciones públicas y privadas para frenar esta problemática.
“Queremos más socios con los que podamos colaborar, y si alguien quiere ser nuestro socio, debe ser nuestro aliado en esta lucha”, apostilló.
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