La Agencia Antidroga estadounidense (DEA) comunicó el pasado 17 de junio a la Policía Nacional que el ex jefe de la Inteligencia Militar de Venezuela, Hugo «El Pollo» Carvajal, huido desde hacía dos años, se encontraba escondido junto a la ciudadana venezolana Astrid Carolina Viloria Palacio en un apartamento de la zona de Arturo Soria.
Cuando Interior recibió esa comunicación por parte de las autoridades americanas, tenía en su poder, una petición de asilo por motivos políticos en España que Viloria Palacio había cursado apenas un mes antes de este aviso, el cinco de mayo.
En dicha solicitud facilitaba todos sus datos de contacto y se ponía a disposición de la Administración española para obtener la residencia en ese país al considerarse perseguida por el régimen de Maduro.
También constaba en las bases de datos de la Policía española en ese momento que la mujer que mantenía escondido a Carvajal en un edificio ubicado en el número 123 de la madrileña calle de Torrelaguna disponía de un número de identidad de extranjero (NIE) que también le había sido expedido por el Ministerio que dirige Fernando Grande-Marlaska, así como una dirección en la localidad toledana de Ocaña.
Pero todavía hay más. Según ha podido confirmar este periódico, el piso en el que se escondían Viloria Palacio y Carvajal desde hacía aproximadamente ocho meses lo ocupaban ambos gracias a un contrato de alquiler firmado personalmente por la referida ciudadana venezolana, que articuló el pago de las mensualidades a través de una cuenta bancaria situada fuera de España y que se encontraba bajo el control de la familia Carvajal. La obligación de la dueña del inmueble pasaba por comunicar el arrendamiento a la Comunidad de Madrid.
Por si las pistas para dar con esta mujer no fueran suficientes, la DEA facilitó al Grupo 2 de Localización de Fugitivos de la Brigada Central de Crimen Organizado de la Policía Nacional un número de teléfono móvil que usaba habitualmente Viloria Palacio. Pero también indicó que la compañera de piso del ex jefe de la Inteligencia de Venezuela tenía un coche a su nombre, concretamente un Citroën C2 de color azul.
En ese momento Interior tenía a su disposición toda la información de dicho vehículo que, efectivamente, se encontraba entonces a nombre de Viloria Palacio aparcado en el inmueble y tenía sus papeles en regla, la ITV pasada y el seguro en vigor. De hecho, su última inspección la había pasado el 9 de septiembre de 2020 y caducaba casualmente el mismo día que fue finalmente arrestado Carvajal un año más tarde. El vehículo fue traspasado a un vecino del municipio toledano de Villanueva de Alcardete en octubre pasado.
Con todos estos elementos sobre la mesa, la Policía Nacional comunicó formalmente a las autoridades americanas que no había logrado «determinar ni centrar con exactitud el domicilio donde pudiera estar residiendo la misma junto a Hugo Carvajal».
Durante la huida del ex alto mando venezolano, la Policía Nacional puso en marcha diferentes dispositivos de seguimiento a la familia de El Pollo Carvajal en Madrid, especialmente centrados en su mujer, Angélica María Flores. No en vano, siempre sospechó que mantenía contacto con ella.
Pese a tener en su poder este rosario de pistas para localizar la guarida de Carvajal, la Policía española no actuó hasta pasados tres meses. Fue entonces cuando de nuevo la DEA remitió a la Policía española una comunicación en la que, además de los datos que le había dado anteriormente, le indicó el número de la calle en la que se encontraba y el piso exacto.
Por lo que a partir de ese momento Interior se vio abocado, el pasado nueve de septiembre, a acceder directamente al inmueble que había sido incapaz de localizar hasta entonces.
A partir de ese momento, Carvajal mantiene que se reunió en múltiples ocasiones con los servicios de inteligencia española hasta convertirse en uno de sus principales confidentes. En el marco de este acuerdo de colaboración, el exjefe de la Inteligencia venezolana asegura que el CNI le pidió a cambio de dispensarle protección, información sensible sobre la financiación de Podemos y sus principales cabecillas.
Cabe recordar que en el momento en el que se produjeron estas conversaciones Pedro Sánchez ya era el presidente del Gobierno gracias al apoyo de la formación que lideraba Pablo Iglesias. Carvajal relató entonces a los agentes, cuya identidad ha puesto ya a disposición de la Audiencia Nacional, la misma operativa que ha descrito en sus recientes comparecencias judiciales.
Esto es, que Venezuela financió irregularmente al partido así como a históricos líderes como Juan Carlos Monedero. Bien a través de falsas asesorías desde la petrolera estatal PDVSA o directamente mediante pagos en metálico que se canalizaban a través de la valija diplomática.
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