Maduro busca borrar a Raúl Baduel de la historia del regreso de Chávez al poder

A menos que reescriba la historia, no hay manera de quitar al general Raúl Baduel de su rol protagónico el 13 de abril de 2002, el día que Hugo Chávez retornó al Palacio de Miraflores después que un grupo de militares y civiles lo sacaran del poder 48 horas antes.

Sin embargo, es lo que sin duda trata de hacer Nicolás Maduro al ordenar al Ministro de la Defensa que presida la comisión que va a “recrear los hechos” y “recuperar la memoria histórica” de ese episodio. Antes Maduro había intentado minimizar a Baduel al expulsarlo de la Fuerza Armada, lo que no disminuyó el liderazgo y ascenso del oficial entre sus subalternos.

Vestido del uniforme que Hugo Chávez inventó para el rango de Comandante en Jefe de la Fuerza Armada, Nicolás Maduro Moros hizo el anuncio que buscaría reescribir la historia del 11 de Abril. En esa nueva historia seguramente va a desaparecer a algunos personajes de ese 11 de Abril y va a incluir a otros. No es el primer evento en que desdibujan y dibujan un cuadro nuevo con protagonistas y hechos distintos.

La primera reacción de Maduro, al ruido que causó la muerte del general Baduel, fue reunirse, en el Teatro de la Academia del Ejército, con los 560 jefes de las Unidades Tácticas Militares. Él reconoció que, previamente al acto transmitido, estuvo reunido con los jefes militares durante dos horas, lo que está muy lejos de ser rutinario, más bien es extraordinario.

Se aseguró de mencionar a los comandantes de los componentes, a los principales miembros del Alto Mando, se desplegó en palabras lisonjeras hacia Padrino López y hacia el GJ Domingo Hernández Lárez, Comandante Estratégico Operacional (Ceofanb).

Pero sobre quien no ahorró adjetivos de admiración fue sobre el recién fallecido general en jefe Jacinto Pérez Arcay de quien dijo que era “un verdadero general en jefe, un hombre de la lealtad, de una sola pieza, de un pensamiento fluido, brillante, creativo, de un sentimiento patriótico profundo de amor a Venezuela”.

Dijo Maduro: “He ordenado que se cree una comisión especial para la preparación y conmemoración de los hechos históricos del golpe de Estado del 11 de abril de 2002 y de la resurrección cívico-militar del 13 y 14 de abril del año 2002. Una comisión especial para recrear los hechos, para recuperar la memoria histórica y para conmemorar la inmensa victoria cívico-militar del pueblo con el rescate del comandante Chávez, el rescate del hilo constitucional y la victoria contra el golpe de Estado imperialista, apoyado por la oligarquía colombiana”.

Será Padrino

“He encargado para esa comisión a uno de sus protagonistas principales: el general Vladimir Padrino López. Desde ya hay que empezar a trabajar, no esperemos que llegue el mes de abril de 2022, son 20 años ya. Hemos pasado revista y las lecciones y enseñanzas de cada momento”, dijo Maduro sobre quienes van a reescribir la historia del 11A.

Maduro tratará, como ha sucedido en otros eventos, que para la revolución bolivariana han sido referencia obligada, de desaparecer el rol decisivo del general Baduel en la operación Restitución de la Dignidad Nacional, como llamaron al retorno de Hugo Chávez al poder el 13 de abril 2002. No es la primera vez que la participación del entonces jefe de los paracaídas trate de minimizarse o borrarse; Diosdado Cabello ha dicho que Baduel actuó ese día presionado por otros comandantes.

Han tratado de resaltar los discursos del también fallecido GJ Jorge Luis García Carneiro, como figura principal y del actual Ministro de la Defensa. Lo que ha sido indudable, por parte de chavistas y opositores, es que la actuación decisiva fue la de Baduel, quien entonces era el Comandante de la Brigada de Paracaidistas del Ejército.

Resulta curioso que mientras para gran cantidad de opositores al régimen venezolano, la principal crítica que le hacen al ahora fallecido General en Jefe, sea precisamente su actuación ese 13 de abril, Maduro trate de borrarlo de la fotografía de los sucesos de abril 2002.

Raúl Baduel fue considerado como el artífice de la vuelta de Chávez a la Presidencia tras el golpe de Estado que lo derrocó durante 48 horas en abril de 2002. También fue ministro de Defensa entre 2006 y 2007.

Posteriormente, se pronunció contra la supuesta deriva totalitaria y la propuesta de reforma constitucional de Chávez, así como de su delfín y sucesor, Nicolás Maduro.

En 2009, fue arrestado e inhabilitado para ejercer cargos públicos hasta que concluyera su condena, que se prolongó hasta su muerte, pese a que en 2015 se le otorgó libertad condicional, bajo unas premisas que, según la Justicia venezolana, incumplió, por lo que volvió a la cárcel en 2017, año en el que debió finalizar su pena.

Baduel murió el 12 de octubre 2021 en extrañas circunstancias, estando en cautiverio en manos del Servicio Bolivariano de Inteligencia, que dirige el general Gustavo González López y el Ministerio Penitenciario a cargo de la abogada Mirelys Zulay Contreras Moreno; también en manos de ese ministerio murió el indígena pemón Salvador Fernando Franco Pérez.

El impacto Baduel

El minucioso control de vigilancia que hay sobre los militares en los cuarteles venezolanos, le hace imposible a Nicolás Maduro saber qué impacto hay en la institución castrense ante la muerte del general Baduel, quien fallece preso, sin juicio, después de estar durante años en la cárcel de tortura La Tumba, unos días antes había sido trasladado al centro de reclusión El Helicoide.

Aunque se apresura a reunirse, por largo rato, con los jefes de las unidades tácticas, Maduro no sabe qué efecto causa en esos oficiales que se formaron y crecieron en la institución oyendo el nombre de Baduel como el oficial que siempre tuvo liderazgo y ascendencia, que era ejemplo en una institución cada vez más huérfana de líderes militares qué seguir.

Alla, para sus adentros, cada uno va descubriendo que ese poder no solo es cada vez más efímero, sino que basta pisar, aunque sea solo una vez en falso, por designio propio o de otros, para caer en desgracia, ser lanzado a podrirse en un sótano inmundo como en la DGCIM y el SEBIN, al que luego le pasan unas manos de pintura para intentar borrar la tortura, las lágrimas, el dolor, el miedo, el odio y hasta el amor y la vida.

“Uno va creyendo que individualmente puede hacer las cosas de manera correcta para tener como resultado una mejor institución y hasta un mejor país, pero en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana lo que uno concluye es que no hay pasos firmes, que hoy eres un héroe y mañana un traidor, que hoy dudas de un subalterno a quien envías a la Dgcim, pero después descubres que se ha montado un informe sin pruebas contundentes para mantener a esa persona detenida. ¿Cómo queda uno ahí ante sus subalternos?”, dice un general en conversación con Infobae.

A su juicio el general Baduel “hizo lo correcto, tanto el 13 de abril, como cuando enfrentó a Chávez por la reforma constitucional. Lo enviaron a la cárcel para que no conspirara. Y uno hasta justificaba eso. Confieso que dejarlo morir así, como si sus 30 años a la institución y a la defensa de la patria no tuvieran valor alguno, me crea zozobra y rabia”, dice.

Finalmente recuerda que contrario a la carrera de Baduel, de su propia carrera, “que significa muchas veces, muchas más de las que imagina, sacrificar a la familia, Nicolás Maduro ni siquiera cumplió con el servicio militar. ¿Cómo va a saber él qué significa esta carrera?”.

NotiVeraz

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