En su más reciente informe, “El caso de la privatización en Rusia: lecciones para Venezuela”, el ODP recuerda cómo en la década de los noventa el desmontaje de la planificación centralizada en el país euroasiático no causó los resultados esperados
Documentaron que la opacidad en el manejo de la propiedad fue una de las razones. ¿Se puede decir que en Venezuela se inició un proceso formal de privatizaciones? ¿O es un calco que está copiando los errores del cuestionado modelo que se aplicó en Rusia?
Este 26 de agosto, el Centro de Divulgación del Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice Libertad) presentó la investigación “El caso de la privatización en Rusia: lecciones para Venezuela”, preparada por el abogado Luis Alfonso Herrera.
En esta investigación del Observatorio de Derechos de Propiedad (ODP) se buscó comprender el rol de una política de privatizaciones en la transición hacia la democracia a través de un ejemplo poco exitoso, como es el caso ruso.
El documento, compartido en una presentación y analiza cómo entre 1990 y 1998 se dio el desmontaje del sistema de planificación central que había caracterizado a la Unión Soviética hasta su caída.
Además, se reflexiona sobre el proceso no anunciado de privatizaciones en Venezuela, luego de que el chavismo estatizó o creó más de 700 empresas.
Falta de transparencia y control del gobierno
En el apartado de presentación del informe, el economista y exministro Gerver Torres expone que las privatizaciones en Rusia se caracterizaron por por su poca transparencia.
«Los activos públicos, muchas veces de gran valor, eran entregados de manera irregular a individuos o grupos cercanos al gobierno», explica en el documento.Alertan que esta situación « benefició a “jerarcas del partido comunista o a asociados suyos”, quienes fueron presentados con la fachada de “empresarios”.
Por su parte, Herrera recordó en su exposición que una vez caída la URSS, la decisión de transferir bienes del Estado a los privados «no fue una respuesta de los políticos a exigencias de empoderamiento económico» por parte de los ciudadanos.
Y expuso que esta «mera traslación de titularidad de activos» en Rusia fue liderada por los propios dirigentes del régimen previo e impuesta de forma vertical, de arriba hacia abajo.
Es decir, los mismos actores políticos que encabezaron un modelo económico fallido, en algún momento determinado y forzados por la circunstancias, decidieron apostar por un nuevo modelo.
«Fue liderada por mismos dirigentes del régimen previo autoritario, al frente del modelo de planificación central. No hubo ampliación de responsables de esta política, eran los mismos», abundó.
Privatizaciones sin transición democrática
El abogado también resaltó que la transferencia de titularidad en Rusia no fue parte de un proceso de transición democrática en el país, sino una política aislada que no contó con el respaldo de un bloque regional.
«No recibió el apoyo de países del Europa del Este, como si ocurrió en el caso de Checoslovaquia (…) El proceso de Rusia marchó por propia decisión de los actores responsables de esa política, al margen de la asesoría de algún bloque regional, en este caso, la comunidad económica europea», amplió.
Otra característica del modelo de privatizaciones ruso es que tampoco tuvo como fin promover la titularidad de los ciudadanos.
«La traslación ya tenía nombre y apellido, no fue diversa (…) y permitió que antiguos políticos adquirieran los activos», afirmó.
Fallas rusas que debe evitar repetir Venezuela
Otras fallas del proceso ruso que encontró Cedice Libertad en su investigación fueron, en el siguiente orden:
La ilusión de transferencia de activos del Estado a privados
Según Herrera, la transferencia de titularidad no debería estar dirigida, debería hacerse a través de mecanismo de subasta, venta de acciones, compra y venta a quienes puedan presentar el mejor perfil.
«Y esto no estuvo presente en ese caso, quienes recibieron estos activos a precios cuestionables o costos muy bajos pasaron a depender de subsidios, financiamiento, créditos y divisas del mismo Estado», explicó Herrera en su exposición.
Además, los activos en Rusia (esto es, empresas, materias primas y otros bienes), aunque dejaron de ser jurídicamente de propiedad estatal, pasaron a integrar el patrimonio de personas naturales o jurídicas beneficiadas por criterios políticos.
«Los activos estatales se convirtieron en propiedad de unos pocos privados, circunstancia por completo opuesta al objetivo de una privatización, a saber, la multiplicación al máximo posible de propietarios y oferentes en los diferentes mercados», detalla el informe de Cedice.
Mal diseño y aplicación del sistema tributario
El experto refiere que en Rusia no se calculó adecuadamente cómo debía ir ajustándose esa presión vía impuesto sobre la renta y otros impuestos sobre esa nueva realidad económica.
Mal funcionamiento del sistema financiero
El banco central de Rusia no actuó con autonomía, financiando a estas personas que se habían convertido en propietarios de estos activos.
Errático uso de política cambiaria
En este punto, señalaron el «manejo errado» al momento de asignar divisas a nuevos propietarios.
Incomprensible postura de rechazo a inversión y asesoría extranjera
El informe de Cedice Libertad explica que en Rusia nunca se planteó generar condiciones atractivas y oportunidades a capitales extranjeros «para que se convirtieran en
inversionistas de importantes sectores económicos del país».
Ello, a su vez, impidió la mayor participación de asesores extranjeros con experiencia en privatizaciones.«Ya porque la finalidad real siempre fue transferir los activos a particulares específicos de la sociedad rusa, ya porque se miró con recelo la posibilidad de que extranjeros controlaran empresas y actividades de importancia en el país, las condiciones jurídicas que se adoptaron estuvieron principalmente orientadas a la ‘inversión’ nacional», recuerdan.
Falta de entrega de beneficios directos y reales a la población:
El informe detalla que el proceso de transferencia de titularidad de activos del Estado a privados no tuvo éxito ni generó beneficios a la población en su conjunto.
Por el contrario, benefició y generó privilegios a actores políticos del antiguo régimen y sus aliados en el sector privado.
Por esto, se generaron condiciones para una crisis general de la economía y el Estado en 1998.
Precariedad o inexistencia de rendición de cuentas:
No hubo evaluación de políticas ni de resultados de entrega de activos a ciertos actores.
El contexto de la privatización en Venezuela
Cedice Libertad explica que la «privatización rusa» se hace particularmente relevante hoy en Venezuela por diversas razones.
Al respecto, recuerdan que en el país ocurre un proceso no anunciado de privatizaciones que se produce «en medio de una de las crisis y contracciones económicas más pronunciadas de los tiempos modernos».
Asimismo, alertan que las empresas sujetas a la privatización presentan, en su inmensa mayoría, un «altísimo grado de deterioro».
Algunas de ellas están cerradas o funcionando a mínima capacidad de producción y muchas «son imposibles de auditar financieramente».
Y ven con preocupación que la transferencia de estas empresas ocurra en un ambiente de «represión económica y política, con profundas distorsiones macroeconómicas y constantes amenazas al sector privado» y con un marco jurídico «totalmente precario».«Hasta ahora, se ha apelado a la llamada Ley Antibloqueo aprobada por una Asamblea Nacional Constituyente cuya legalidad no es reconocida por lasfuerzas democráticas del país y buena parte de la comunidad democrática internacional», refieren.
Advierten que el gobierno, con este texto legal, pretende darle legitimidad al carácter «secreto, oscuro de las condiciones bajo las cuales se produce la transferencia de propiedad de los activos del Estado».
En ese sentido, aseguran que un número importante de empresas (hoteles, centrales azucareros, empresas lácteas, metal-mecánicas, además de tierras y otros activos) ya fueron transferidas en condiciones desconocidas y bajo el amparo de esa ley.
«La privatización a la rusa que está teniendo lugar en Venezuela viene a complicar aún más la situación legal de los activos que el régimen chavista estatizó en los últimos veinte años. Empresas que fueron expropiadas o confiscadas sin la debida compensación en muchos casos, y con precaria base jurídica, se encuentran o se encontrarán ahora en manos de privados que las obtuvieron sobre una más precaria aún», precisa la introducción del informe, escrita por Gerver Torres.
Sobre el tema, Nicolás Maduro ha dicho que en el país no hay un proceso de privatización, sino de «asociaciones».
«Una cosa es la privatización y eso no está en nuestros planes, nosotros planteamos la asociación donde está el ganar-ganar para el desarrollo económico», declaró el pasaddo 19 de junio.
El riesgo de nuevos «saqueos» al país
Luis Alfonso Herrera dijo que, al igual que en Rusia, en el caso venezolano las privatizaciones ocurren sin que haya un cambio de actores políticos que lleve a pensar que se está buscando recrear condiciones de mercado.
«No ha habido cambios en cuanto a quienes toman las decisiones», señala. «Acá estamos hablando de mercado, no de acumulación de riquezas, patrimonios o bienes de producción. Acá hablamos de competencia, de diversificación de derechos de propiedad, de inversión privada y extranjera. Nada de eso está presente en el caso venezolano», sumó.
El tema de la opacidad, la ausencia de Estado de Derecho y rendición de cuentas son elementos que también preocupan de las privatizaciones en Venezuela.
El abogado cree, incluso, que en Venezuela no hay un modelo de privatización,. sino de «mera transferencia formal de titularidad de ciertos activos a privados anónimos» que empezó con el pie izquierdo.«Difícilmente, generará resultados positivos. En el mejor de los casos, generará de alguna manera y no conoceremos en detalle, beneficios personales en medio de esa opacidad de la ley antibloqueo. Serían beneficios particulares para estas personas que oportunistamente hayan podido adquirir esos activos y, eventualmente, para quienes puedan emplearse», explica.
Y añade que, sin compromiso de fondo para estimular el mercado y crear condiciones de competencia, no se generan estímulos para que otros inversionistas lleguen al país.
En conclusión, y en medio de un panorama de acuerdos políticos «opacos y ocultos», los resultados según advierte Herrera serán la «frustración de expectativas y nuevos saqueos al país», porque además se están involucrando bienes que, en su momento, fueron indebidamente tomados.
NotiVeraz