La grave crisis económica de Venezuela no ha dejado de pasarle factura a los grandes y pequeños industriales. El estado de abandono y de desidia es lo primero que se puede observar al pisar suelo de las seis zonas industriales que tiene el estado Táchira.
La Zona Industrial de Ureña, La Fría, Paramillo, Barrancas, Puente Real y Las Lomas son ahora grandes extensiones de galpones vacíos con maquinarias desmanteladas, que a duras penas logran subsistir, mostrando fábricas que quedaron para la posteridad como prueba de lo que un día fue el desarrollo industrial del estado.
Jessic Parra, directivo del condominio del complejo de zona industrial de Puente Real afirmó que para el año 1980 este espacio comenzó con 32 galpones de 800 metros cuadrados cada uno. «Todos productivos. Aquí habían fabricas de radio, estructuras para viviendas, niquelados y una serie de industrias completamente productivas».
A partir del año 2000 todo empezó a decaer, afirma Parra quien además destacó que corridos cinco años, los dueños de galpones comenzaron a subalquilar sus parcelas a empresas para el almacenamiento de mercancías, por lo que «los 32 galpones que habían se convirtieron en 55 empresas que no producían nada, pero que los espacios servían para depósitos».
Este panorama ensombrecido se agudizó en 2018 «cuando la Zona Industrial de Puente Real pasó de ser una zona productora a un depósito comercial».
En la actualidad este espacio que en otrora mantuvo más de 3 mil empleados, hoy no alcanza ni los 200 trabajadores, lo que representa una disminución de masa laboral del 94%.
En cuanto a su empresa destacó que lamentablemente tuvo que reducir toda la nómina que mantuvo por muchos años. «Llegué a tener 70 empleados, hoy solo tengo uno y no es fijo».
Mostró con suma nostalgia su empresa que hoy está reducida a nada. «Estoy pensando en alquilar parte de mi empresa porque veo muy difícil que vuelva a producir como hace unos años atrás».
Por su parte, Luigi Pisella, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales, Conindustria expresó que el panorama que actualmente se vive en el Táchira con respecto al deterioro de las zonas industriales, es un reflejo de lo que sucede en Venezuela.
En 1998, según Pisella el país tenía un total de 12 mil 740 empresas, de estas quedan 2000 y desde que inició la pandemia solo operan el 44 %, es decir unas 880 empresas.
Que volvamos a hacer lo que éramos. No se debe seguir exonerando los productos que se traen desde afuera, porque hacen un daño a la producción nacional».
No hay ninguna medida que a su juicio se deba hacer individualmente por lo que «todos los industriales nos avoquemos a recuperar el aparato productivo y así ir corrigiendo».
Las malas políticas en el ámbito económico por parte del Gobierno se deben erradicar. «El estado debe equilibrar su balanza con lo que le ingresa y con lo que gasta. Los ingresos petroleros están reducidos, no existe producción de acero, aluminio lo que se traduce en pérdidas para los industriales».
Pisella destacó que en el seno de la AN se va a discutir la Ley Orgánica de las Zonas Económicas Especiales, ZEE, donde desde Conindustria están pidiendo que se declare a toda Venezuela como ZEE.
En el ámbito regional, Mónica Ochoa, Presidenta de la Cámara de Industria y Comercio de Ureña manifestó que de las 3 mil empresas que existían en la zona industrial sólo funcionan 300 y su producción son entre el 5% y el 10 %. «Nos enfrentamos a grandes problemas pero lo que nos afecta es la falta de compradores. La gente se va directamente a Colombia sin saber que en Ureña tenemos producción de jeans, zapatos y son artículos de calidad».
No dejo de agradecer los avances de las pocas alianzas que han podido tener con el Estado para el traslado de mercancías.
Sin condiciones económicas
Hace cinco meses, el diputado a la AN Freddy Bernal prometió la recuperación de la Zona Industrial de La Fría, sin embargo, las condiciones económicas del país han dificultado este empuje prometido.
Así lo confirmó, Yosua Faratro, encargado del plan de recuperación del espacio productivo, quien además dijo que de las 33 empresas instaladas, existen 28 que están trabajando y dos de ellas son del Estado Venezolano.
Aunque no precisó rubros, estimación de toneladas de producción regional, dijo que las empresas que están instaladas generan un aproximado de 365 empleos directos.
En cuanto a las dos plantas del Estado afirmó que solo la de Alimentos Concentrados ABA comenzaría a funcionar en los próximos días con capital extranjero.
Mientas que la planta de productos congelados está en el abandono.
Sector carrocero a la deriva
A partir de 2019, el éxodo de venezolanos, la falta de materia prima y la pandemia terminaron de aniquilar las siete empresas del sector carrocero que existían en el Táchira.
Se dejaron de producir unas mil 500 unidades de transporte público al año lo que representaba el 70 % de la producción nacional.
Douglas Pernía, un empresario del sector con más de 30 años en el medio, manifestó que espera que el Gobierno Nacional haga la apertura de la frontera para que el proceso productivo se reactive. «Teniendo la frontera abierta se nos hará más fácil la adquisición de la materia prima».
Pernía mantiene la esperanza de retomar la producción apenas «quiten el primer container estaré llamando a todo el personal».
Diversificar para no morir
El panorama de la Zona Industrial de Paramillo ubicada en San Cristóbal no escapa de la situación de inoperatividad en la que se encuentran el resto de parques.
Rodolfo Vanvgroningen empresario manifestó que en lugar de cerrar diversificó su empresa de fabricación de conexiones de bronce, aunque mantiene el principal ramo con el que tiene más de 20 años en el mercado.
«Mi empresa producía 300 mil piezas al mes, ahora solo produce el 15%, es decir unas 45 mil piezas. Tuve que despedir a unas 36 personas ante el difícil panorama, sin embargo mantenido toda la maquinaria para que cuando exista la posibilidad vuelva a producir lo que antes tenía».
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