El obispo de la Diócesis de San Cristóbal, monseñor Mario Moronta, informó el domingo 8 de agosto que superó la fase crítica de la covid-19 y que concluyó su periodo de aislamiento. Sin embargo, indicó que deberá mantener cierto cuidado al reinsertarse en las actividades eclesiásticas tras haberse aplicado los exámenes correspondientes.
Dijo a La Prensa Táchira que retomará sus labores con «serenidad» y «prudencia», al tiempo que agradeció el respaldo de los fieles durante su convalecencia.
«No me sentí solo, gracias al acompañamiento de ellos. Asimismo el de tantos sacerdotes amigos, conocidos y desconocidos, de Venezuela y otras naciones, por su cercanía orante y mensajes portadores de aliento. Gracias doy a mis hermanos obispos venezolanos y de otros países por sus mensajes solidarios de fraterna compañía» dijo.
Monseñor Mario Moronta se contagió de covid-19 a finales de julio
El primer vicepresidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), monseñor Mario Moronta, dio positivo al covid-19, tras realizarse la prueba PCR. Informó el viernes 23 de julio que ya está recibiendo asistencia y tratamiento médico para evitar posibles complicaciones.
En un mensaje publicado en redes sociales señaló que pese a que tomó todas las previsiones para evitar contraer la enfermedad, terminó infectándose. Pidió a los feligreses orar para que su estado de salud mejore. «Aún cuando tomaba todas las previsiones del caso, en la prueba del hisopado nasal salí positivo para COVID-19. Ya estoy en manos de los médicos e iniciando el debido tratamiento. Les ruego me tengan presente en sus oraciones y la Eucaristía. Pongo mi confianza en el Señor”.
El también obispo de la Diócesis de San Cristóbal, en el estado Táchira, permanecerá en aislamiento en su habitación de la casa episcopal hasta que alcen su recuperación completa.
El anuncio de su contagio se produjo un día después de que Monseñor Moronta informara sobre la reapertura de templos y lugares para de culto de la Diócesis de la capital tachirense, la cual estaba programada justamente para este 23 de julio.
En reiteradas oportunidades ha pedido que se agilice la vacunación masiva para la población venezolana. De hecho, ha exigido que se garanticen vacunas de calidad para los venezolanos y que no sean utilizados como «conejillos de india», pues consideró que es un responsabilidad de Estado que no guarda relación con ideología o credo.
Resaltó meses atrás que era importante hacer «un esfuerzo para importar las mejores vacunas» y empezar a vacunar empezando por los más vulnerables: «Si hay dinero para comprar armas, hay dinero para la salud de la gente».
Al menos cuatro sacerdotes murieron en Venezuela por complicaciones asociadas al coronavirus, entre el 16 y 29 de junio, según información proporcionada por la misma Conferencia Episcopal. Esas cifras se sumaron a la lista de 201 contagiados y 24 fallecidos, actualizada en abril de 2021, que se contabilizaban entre los 2.0002 sacerdote que están en el país.
Según reseñó Efecto Cocuyo, 11,9% de presbíteros han fallecido en el país por el COVID-19 y el 10 % de ellos se ha contagiado por el virus.
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