Los enfrentamientos armados entre grupos delictivos y cuerpos policiales en el oeste y suroeste de Caracas, principalmente en la Cota 905, han generado secuelas que son difíciles de solventar, a pesar de las medidas ejecutadas por las autoridades en ese sector que ya es identificado como una zona de confrontaciones armadas.
Durante los tres días de tiroteos registrados en la Cota 905, entre el pasado 7 y 9 de julio, al menos 3 funcionarios policiales murieron, 18 personas resultaron heridas y otras 19 murieron por causa de los hechos violentos en esa zona y en otros sectores del oeste de Caracas hasta donde se propagó la violencia.
Desplazamientos y encierros
Los desplazamientos de los residentes de diversas zonas del oeste de Caracas, como El Cementerio y Quinta Crespo, fue una de las últimas consecuencias registradas por los enfrentamientos armados entre cuerpos policiales y bandas delictivas relacionadas con Carlos Luis Revete, conocido como «el Koki».
El Pitazo recolectó testimonios de algunas de las víctimas, entre las que se encontraban personas vulnerables, de la tercera edad y con enfermedades, que tuvieron que abandonar temporalmente sus casas ante la incertidumbre que se vivió durante los días de tiroteos y cortes del servicio eléctrico.
Asimismo, medios internacionales como la cadena Telemundo reseñaron lo sucedido. «Ahora nosotros somos sobrevivientes de todo esto, nunca tuvimos mucha libertad pero ver el barrio militarizado, los muertos, los heridos, eso no se me va a borrar, no puedo», dijo al medio internacional una de las residentes de El Cementerio.
Fracaso de políticas gubernamentales
El Pitazo también consultó la opinión del activista de DD. HH. y miembro de la ONG Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea), Marino Alvarado, a propósito de los hechos registrados en diversas zonas del oeste y suroeste de Caracas. De acuerdo con el especialista, lo sucedido es una demostración de que las políticas gubernamentales como las OLP y la implementación de las denominadas Zonas de Paz no fueron exitosas.
«Las políticas de mano dura no han sido exitosas. La más intensa que conocimos fue la Operación Liberación del Pueblo (OLP), a partir de los operativos en la Cota 905, y demostraron que son un fracaso total. Las bandas delictivas después de las OLP se fortalecieron, han tenido mayor capacidad de actuación, de organización, que las hace más peligrosas», destacó Alvarado.
Ataques y demostraciones de fuerza
Las autoridades mostraron parte del armamento -mayormente usado por componentes militares- y las municiones con las que contaba el grupo delictivo que operaba en la Cota 905, esto tras la incursión de los cuerpos policiales a esa zona.
«Fue una demostración de fuerza de las bandas de este sector contra el Estado, en respuesta a unas acciones policiales que se habían realizado días antes en otras zonas contra otros grupos delictivos», afirmó a Telemundo el investigador del Instituto de Ciencias Penales de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Keymer Ávila, quien añadió que es posible que los grupos delictivos hayan sobreestimado sus propias capacidades.
Durante los días de enfrentamientos armados se registran ataques contra sedes policiales y de la Guardia Nacional (GN) en diversas zonas del oeste de Caracas. «Vimos ataques frontales contra la sede de la Guardia Nacional, y eso es increíble. Estos criminales creen que son capaces de enfrentar a las fuerzas de seguridad en su propio terreno», dijo el analista de Crisis Group, Phil Gunson, consultado por Telemundo.
De acuerdo con Gunson, los enfrentamiento armados entre bandas delictivas y El Estado dejó en evidencia la precariedad institucional del país. «El sistema de justicia criminal, la policía, los tribunales, las cárceles y la fiscalía no funcionan. Todo se hace por la fuerza, entonces los criminales piensan que lo único que necesitas para sobrevivir en esta selva es más armamento, más dinero y más vínculos con el poder político», dijo Gunson a Telemundo.
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