El ciclo de hiperinflación que experimenta Venezuela ininterrumpidamente desde finales de 2017 ha igualado el segundo registro más prolongado de la historia económica, subrayan expertos.
El país suramericano cumple, desde hace 44 meses, con cualquiera de los tres estándares mundiales según los cuales se diagnostica que hay un proceso de aumento descontrolado de los precios de sus productos, bienes y servicios, comenta el economista venezolano y profesor universitario Carlos Ñáñez.
Su colega Phillip Cagan, de la Universidad de Columbia, indicó en 1956 que la hiperinflación ocurre cuando la tasa mensual de alza de precios supera el 50%. Otra teoría, de los economistas Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, asegura que ese fenómeno se da cuando la inflación alcanza en un año 500%, y una tercera, de la Junta de Normas Internacionales de Contabilidad, lo diagnostica cuando la subida de precios supera el 100% durante un ciclo de tres años. Venezuela cumple con los tres criterios, afirma Ñáñez.
Sus 44 meses continuos con hiperinflación igualan a Venezuela con el segundo mayor registro de esa estirpe, el de Grecia, entre 1992 y 1994, detalla. El proceso de alza de precios más prolongado jamás conocido por la economía moderna es el de Nicaragua, con 58 meses, entre junio de 1986 y marzo de 1991.
El retraso en la publicación de cifras oficiales de la economía local por parte del Banco Central de Venezuela, afín al gobierno de Nicolás Maduro, ha estancado la certificación del proceso hiperinflación, advierte el experto.
El BCV ya no publica data cada mes, como lo demanda la Constitución -este año, solo publicó cifras en enero y mayo-. Sus notas esporádicas comprueban eventualmente, sin embargo, lo que especialistas independientes apuntan sobre la hiperinflación: solo en 2018, la inflación venezolana fue de 130.060%; en 2019, de 9.585,5%; en 2020, de 2.959,8 puntos porcentuales.
La última publicación del BCV certificó una inflación acumulada de 264,8% en los cinco primeros meses de 2021. El vacío de información oficial lo llenan reportes de economistas y analistas de línea opuesta al poder ejecutivo.
La comisión de finanzas del Parlamento de 2015, de mayoría opositora, y el Observatorio Venezolano de Finanzas han reportado cifras que dan cuenta de un ciclo hiperinflacionario desde 2017.
“Estas cifras (de BCV e independientes) ya colocan a Venezuela en la estadística de segundo país con la inflación más longeva del planeta. Ese ciclo ha destruido el signo monetario, al bolívar como institución social”, expresa Ñáñez.
Lejos de una economía normal en Venezuela
El cuadro de alza continua de precios es síntoma de una economía que ha visto cómo su principal pulmón, la industria petrolera, se desploma de 3,2 millones de barriles de producción al día, en 1999, a solo 529.000 barriles, según fuentes secundarias de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
Esa caída ha sido clave en la pérdida de 83,5% del producto interno bruto venezolano desde 2013 y ha impulsado una dolarización de facto.
El nuevo puesto de Venezuela en la lista de procesos hiperinflacionarios prolongados refleja, por un lado, que el modelo económico actual es errado y, por otro, que el Banco Central ha violado el artículo constitucional que prohíbe la convalidación y el financiamiento de “políticas fiscales deficitarias”, observa el economista y docente de la Universidad de los Andes, Aldo Contreras.
Ese fenómeno se traduce, a su vez, en la caída de 100% del sector construcción o la manufacturación de apenas un solo vehículo en Venezuela durante todo el primer semestre de 2021, recalca como ejemplos.
“Aún estamos lejos de una economía normal, donde la inflación sea de uno o dos dígitos. Esa segunda posición histórica da cuenta de la estanflación de nuestra economía, que es una caída del PIB sumada a alta inflación. Los precios suben todos los días y el poder adquisitivo se pulveriza”, expresa.
Viraje a la vista
Contreras recuerda que el gobierno de Maduro estaría a punto de emprender la tercera reconversión monetaria del país en los últimos 13 años, en agosto, según la agencia Bloomberg.
Oscar Doval, presidente de la casa de bolsa Rendivalores y del fondo de inversión privado Venecapital, observa que el gobierno de Maduro ha dado “un viraje hacia la economía de mercado” en los últimos dos años, tratando de fomentar las inversiones en un momento “muy complejo”.
“Es la época de hiperinflación más grave y la inyección de dinero (del BCV para financiar el déficit fiscal) es más moderada. El bloqueo comercial no ha ayudado para nada la circunstancia política” venezolana, manifiesta a la VOA, refiriéndose a las sanciones económicas estadounidenses al gobierno nacional.
Maduro suele atribuir la crisis económica de Venezuela a esas restricciones financieras. Las ha catalogado como políticas “crueles”. En una reciente entrevista con Bloomberg, argumentó que las prohibiciones de venta del petróleo, bauxita u oro venezolanos le impiden honrar su deuda externa.
Empero, se mostró esperanzado en que Venezuela se convierta en una “tierra de oportunidades” para inversores extranjeros en el marco de la aprobación de nuevas leyes en el Congreso, de mayoría oficialista, y de un proceso de negociación política con mediación de actores foráneos, como Noruega.
El Fondo Monetario Internacional pronosticó en abril pasado que la inflación venezolana sería este año de al menos 5.500%. Otros expertos, como Jesús Casique, de la firma Capital Market Finances, dan por sentado que el país cerrará este año con 50 meses continuos de hiperinflación, si bien estiman que la tasa inflacionaria no será tan elevada como prevé el organismo financiero.
El Observatorio Venezolano de Finanzas, crítico de las políticas oficialistas, reportó la semana pasada que la inflación de junio fue de solo 6,4%, la tasa más baja del año, pero certificó que los primeros seis meses acumulaba 333% y que, en los últimos 12 meses, sumaba 2.615,5%.
Venezuela permanece en hiperinflación y lo estará hasta que su tasa de alza de precios no esté por debajo del 50% durante 12 meses, acotó en esa conferencia el economista y parlamentario electo en 2015, José Guerra.
Guerra, quien se encuentra en el exilio, coincide con la idea de que Venezuela continuará en hiperinflación hasta principios de 2022. Prevé que el Banco Central no cesará de financiar el déficit fiscal mediante la impresión de dinero y se dice convencido de que prevalecerá la inestabilidad de las tasas de cambio.
“Hubo desaceleración (del alza de precio) de mayo y junio, principalmente porque el dólar estuvo estable, pero ahora, en julio, se ha aumentado el ritmo. En 2021, vamos a seguir claramente en hiperinflación”, aseguró.
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