Monumentos de desidia y corrupción abundan en Venezuela con el sello del régimen chavista. Son sus elefantes blancos que revelan no solo la falsedad de sus promesas, sino la inoperancia e incompetencia del sistema socialista durante dos décadas en el poder que se convierten en un seriado de fracasos.
En sus manos los proyectos inconclusos pasaron de ser un hecho extraordinario a una práctica común en el país y “lo peor es que los ciudadanos no tienen quién responda por lo que ha pasado. No tienen a quién acudir para exigir que culminen las obras. Son indefensos frente a los órganos del poder público”, sostuvo Transparencia Venezuela.
Incluso, hasta en el proceso de contratación de las obras hay las dudas. No se sabe si la adjudicación se otorgó a la compañía más calificada o si se cumplieron con todos los requisitos exigidos por las leyes. La prueba de ello son las empresas contratistas como las brasileñas Odebrecht y Camargo Correa, envueltas en grandes casos de corrupción.
Ambas propiciaron escenas de abandono con cabillas oxidadas, columnas a medias, tubos rotos y cables desprendidos donde debían erigirse hospitales sistemas de transporte, puentes y hasta centros de reclusión. Con el paso de los días el deterioro de las instalaciones se incrementa.
Tres tristes trenes
Tres trenes abandonados en distintas zonas del país certifican la ineficiencia. Aunque serían parte de un sistema de vías férreas de 13665 kilómetros, una década y media después de su promoción solo funcionan unos 41 kilómetros equivalentes a 0,3 % del total planeado. Un absoluto fiasco.
Estos números demuestran el fracaso que constituyó el Plan Socialista Nacional de Desarrollo Ferroviario de 2006 diseñado inicialmente por el Ministerio de Infraestructura (Minfra), a través del entonces Instituto de Ferrocarriles del Estado (IFE). Este organismo contaba con los recursos del Fondo Conjunto Chino Venezolano (FCCV).
Tren Tinaco-Anaco
También conocido como el proyecto del Gran Ferrocarril de los Llanos (tramo Tinaco- Anaco) debía inaugurarse en 2012. Sus trabajos comenzaron en 2009 y prometían casi 470 kilómetros de vía para enlazar cuatro estados y 14 municipios, a través de diez estaciones que transportarían a más de cinco millones de pasajeros y 9,8 millones de toneladas métricas de carga al año. Aproximadamente 548 trenes operarían entre Anaco y Tinaco, los que se desplazarían a 220 km/hr, el primer tren de alta velocidad de Venezuela.
Palabras y ruinas es solo lo que se ven hoy a pesar de que Chávez contrató a la compañía China Railway Engineering Corporation y le desembolsó más de 2700 millones de dólares pero esta solo construyó la tercera parte del plan.
El proyecto de la línea —que demandaría inversiones cerca de 7500 millones de dólares— incluía además un acuerdo que estipulaba la dotación a Venezuela de tecnologías y capacitación, a cambio de pagos en barriles de petróleo. En el marco del acuerdo suscrito se instalaron varias fábricas especializadas en materiales ferroviarios en Venezuela, las que crearían fabricarían vagones, soldadura de rieles y cambio de vías, entre otras cosas.
Pero donde una vez hubo docenas de edificios modernos, ahora se pueden ver animales pastando entre los escombros de infraestructuras destrozadas por el tiempo y el vandalismo. «Descuartizan vagones y rieles del tren Tinaco-Anaco para venderlos como chatarra», denunció el dirigente nacional de Vente Venezuela, Omar González Moreno.
Precisa que las “mafias rojas” están destruyendo todo lo relacionado con el ferrocarril Tinaco-Anaco como parte de su estrategia de “caída y mesa limpia”. Asegura que “están sacando los durmientes por Guanta y que las vías del tren y los vagones comprados a Brasil los están picando para comercializarlos”. Con una imagen en su Twitter lo demuestra.
Tren Guarenas-Guatire
«El templo de la corrupción» llamó Juan Pablo Guanipa, el entonces primer vicepresidente de la Asamblea Nacional, a la obra del Metro Guarenas-Guatire. Una infraestructura que se inició en 2007 a manos del régimen chavista y cuyo monto alcanza los 8 millardos de dólares.
El proyecto que para la fecha tenía un costo total de 2 millardos de dólares debió estar lista en 2012 y ahora, 14 años después no hay rastros de que será concluida convirtiéndose en “una demostración más de la corrupción de la dictadura”.
El anuncio de la construcción del Metro Guarenas-Guatire lo hizo Hugo Chávez el 3 de noviembre de 2006 para unir el estado Miranda con la capital.
«Lo que estamos haciendo es creando las bases y la infraestructura para la Gran Caracas del siglo XXI, ya esto es Caracas. ¡Los Teques y Caracas se unen con el Metro! Caracas llegará hasta Guarenas-Guatire, Caracas llegará hasta los Valles del Tuy. ¡Una megaciudad se está conformando! Caracas estaba asfixiada, estamos desahogando a Caracas», dijo Chávez en esa oportunidad.
Constaría de siete estaciones: tres en Caracas, dos en Guarenas y otras dos en Guatire. Sin embargo, su avance apenas roza el 27 % de avance y está paralizado. La obra fue encargada a la constructora brasileña Odebrecht y, de acuerdo con la ONG Transparencia Venezuela se pagaron más de 7800 millones de dólares.
Tren Puerto Cabello – La Encrucijada
Es el inconcluso Sistema Ferroviario Ezequiel Zamora II que pretendía conectar a los estados Carabobo, Aragua y Miranda con el Distrito Capital, mediante un sistema multimodal de carga y pasajeros.
Estaría dividido en tres tramos principales: Tuy Medio-Caracas, correspondiente a la primera etapa inaugurada en 2006; La Encrucijada-Tuy Medio, que para 2015 todavía estaba en fase de diseño; y Puerto Cabello-La Encrucijada, inconcluso. Los dos últimos correspondientes a la segunda etapa. Las imágenes en Twitter son reveladoras.
El año pasado Nicolás Maduro solicitó al ministro de Obras Públicas, Raúl Alfonso Paredes; y al ministro de Transporte, Hipólito Abreu; preparar un plan para la culminación definitiva del ferrocarril. “Cuenten ustedes con los materiales, con la logística y los recursos para terminar completamente en el año 2021, año de Carabobo, todo el tren que une a Carabobo, Aragua y Miranda”, señaló.
Su versión es que las obras del sistema ferroviario quedaron inconclusas porque las empresas internacionales que estaban a cargo se fueron del país y ello impidió que los 134 kilómetros previstos no se concretaran como tampoco los por 15 túneles, 33 viaductos y unos 47,63 kilómetros, aproximadamente, de sectores de movimientos de tierra para atender la demanda de pasajeros mediante siete estaciones: Naguanagua, San Diego, San Joaquín, Guacara, Mariara, Maracay y la estación terminal de Cagua.
Un informe publicado en 2015 por el Observatorio de Gastos Públicos de Cedice reveló que para el desarrollo del proyecto definitivo de ingeniería y construcción de este tramo, el IFE suscribió el 21 de diciembre de 2001 un contrato con las empresas que conforman “El Consorcio Grupo Contuy – Proyectos y Obras de Ferrocarriles”, las cuales son: Astaldi S.p.a., Impregilo S.p.a., Ghella S.p.a., Ghella Sogene C. A. y Otaola Ingeniería C. A., que conforme a las especificaciones técnicas, debían ejecutarlo en 70 meses, es decir, en 2007.
El mismo documento detalla que el monto base de la obra, aprobado en octubre de 2001, fue de 1800 millones de dólares. En ese contrato inicial no se contempló la construcción de estaciones, interpuertos, patios, talleres y vía férrea. Con el tiempo, los trabajos se fueron retrasando y no se cumplieron las fechas de entrega, hasta llegar al 18 de octubre de 2008, cuando el entonces presidente Hugo Chávez indicó que las obras registraban 32 % de avance.
Pero en mayo de 2016, según una nota publicada por El Carabobeño, los trabajos del tramo Puerto Cabello-La Encrucijada sumaban ya cuatro años paralizados por el incumplimiento de pagos.
Incluso, el tramo Guacara-San Diego sigue paralizado, a pesar de que el 12 de julio de 2019, y tras siete años de retraso, autoridades del gobierno nacional, junto al gobernador chavista de Carabobo, Rafael Lacava, y al alcalde de Guacara, Johan Castañeda, declararon inaugurada la obra que permitiría movilizar a unas 4000 personas diarias. Esta línea comprende los primeros 10 kilómetros de una obra, que según anunció Chávez, debió conectar desde finales de 2012 Puerto Cabello con La Encrucijada en menos de una hora.
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