En horas de la mañana del martes 22 de junio, un grupo de familiares protestaron frente al Ministerio de Servicios Penitenciarios para exigir el traslado de los 90 detenidos en la sede del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) en El Hatillo, estado Miranda, a recintos penitenciarios, refiere el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
Estos mismos familiares conversaron con el equipo del OVP, a quienes aseguraron que varios presos están presuntamente heridos de gravedad por tratos inhumanos y torturas perpetradas por agentes que custodian este centro policial.
Dos días después los familiares se enteraron de que la razón de la suspensión de entrega de paquetes se debió a un conato de motín. Por este motivo tampoco hay traslados ni les permiten el ingreso de alimentos, la poca que reciben es en bolsas y en condiciones no aptas para el consumo humano.
El presunto motín dejó un saldo de varios presos heridos por perdigones y puñaladas, varios de ellos de gravedad.
Desde hace unos años son constantes las denuncias de familiares de presos en este centro de investigaciones, ya que allí aparentemente son normales y frecuentes todo tipo de torturas que van desde descargas eléctricas, bolsas en la cabeza para provocar asfixias, hasta penetración por el ano con palos.
Asimismo, los familiares denunciaron que en la actualidad no tienen comunicación directa con los presos desde hace más de dos meses, no reciben información sobre su estado de salud, condición física o en algunos casos si siguen con vida. La comunicación con el exterior para ellos está prohibida hasta con cartas.
“No sabemos si esto que sucedió el sábado va a volver a pasar, nos da miedo que digan que fueron los mismos presos si alguno se llegó a morir. Por ejemplo, hoy nos dijeron que fueron ellos mismos los que se cortaron”, comentó la esposa de un recluso.
En tanto, también se recibió la denuncia de que en esta sede del Cicpc se hacen requisas hasta cuatro veces por semana, son sacados de la celda y, una vez realizada la requisa, algunos son torturados en una piscina que tiene el lugar.
Desde los hechos ocurridos el sábado, los presos se quedaron con poca ropa, algunos desnudos, ya que les fue decomisada. Este lugar alberga a más de 90 presos, entre ellos 10 mujeres. Según los familiares, las torturas son para todos por igual.
Cabe destacar que hace dos años, a raíz de un vídeo filtrado por uno de los reclusos, donde se ve a una mujer guindada de una máquina de ejercicios en el patio del lugar, se realizaron traslados y cambio de comisario, pero luego de esos cambios “las condiciones de reclusión siguen igual o peor”, sentenciaron los familiares.
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