Matthew Heath, un exmilitar de la Marina norteamericana detenido en Venezuela en septiembre por supuestos actos terroristas en contra del régimen de Nicolás Maduro, es la nueva ficha que empuña el chavismo para impedir la deportación de su presunto testaferro Aléx Saab de Cabo Verde a Estados Unidos, a quien se le acusa de lavado de dinero.
Después de nueves meses en un calabozo, el nombre de Heath resuena para formar parte del tablero de negociación entre la administración del demócrata Joe Biden y el régimen del autodenominado «hijo de Chávez», reseña El Nuevo Herald.
El exmilitar que participó en las guerras de Irak y Afganistán es uno de los nueve norteamericanos —seis de ellos son los altos ejecutivos de la refinería Citgo, con sede en Houston— privados de libertad en Caracas.
Aunque estos recibieron sentencias de entre ocho y 13 años por presuntamente conspirar para defraudar a la compañía en una operación de refinanciación de bonos valorada en unos 4000 millones, recientemente, Maduro les otorgó el beneficio de arresto domiciliario. Esto claramente lleva consigo una intención. Se apuesta a que se produzca un levantamiento de las sanciones personales contra sus funcionarios cercanos o se derogue la prohibición a terceros de venderle diésel.
Sin embargo, en el caso de Heath, la pretensión va más allá. La meta es que Estados Unidos desista de extraditar al empresario colombiano acusado de desviar 350 millones de dólares de fondos públicos venezolanos. Naciones Unidas empuja también en esa dirección y se pronunció a favor del chavismo.
Trabas en el camino
La administración de Joe Biden está prudente sobre el caso, pero sigue los acontecimientos porque “el bienestar y la seguridad de los ciudadanos estadounidenses en el extranjero es una de las más altas prioridades del Departamento de Estado”, dijo un alto funcionario.
Conocen los informes del arresto y posterior encarcelamiento, pero se maneja con «privacidad» y «sin comentarios». Y es que no los habrá, porque entre los desafíos que enfrentan los esfuerzos diplomáticos y de la familia para conseguir la libertad del exmilitar estadounidense destaca que la Casa Blanca reconoce a Juan Guaidó como el líder de Venezuela. Con ello, un pacto se dificulta.
Solo trasciende que el representante Chuck Fleischmann, republicano del este de Tennessee, dijo que su oficina está en contacto estrecho con el Departamento de Estado y la Embajada de los Estados Unidos en Bogotá, a raíz del cierre en Caracas del año pasado, para interceder por el estadounidense. Del mismo modo, el negociador privado de rehenes Bill Richardson, ex embajador de la ONU, también media en el caso.
Bajo tortura
Heath cumplirá 40 años en julio. Actualmente está detenido en la sede de la Dirección de Inteligencia del chavismo con sede en Boleíta, en un edificio de cinco pisos donde “lo han torturado, le pusieron bolsas de plástico en la cabeza, le aplicaron descargas eléctricas, lo golpearon en numerosas ocasiones”, según su entorno.
Además, está en aislamiento casi total en una de las celdas de los dos sótanos. Desde su única comparecencia ante la justicia manipulada por el chavismo, en febrero en una audiencia previa habló sobre las condiciones de cautiverio.
“Nosotros instamos a los presidentes Biden y Maduro para que hagan todo lo que puedan para devolver a un hombre inocente a su hijo de 12 años, a su madre Connie y a su padre Bobby”, declaró el pronunciamiento de la familia que reside en el área de Knoxville hoy cuando se espera que de nuevo revisen su caso en el tribunal.
Caso en reserva
A Heath, Maduro lo relaciona con una supuesta operación encubierta para sabotear plantas de energía e instalaciones petroleras para desestabilizarlo o capturarlo para cobrar los 15 millones de dólares que ofrece Washington por su cabeza.
De ello, no hay evidencia aseguran familiares entrevistados por la prensa de Tennessee, de donde es oriundo el exuniformado.
Sin embargo, para el embajador chavista ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Samuel Moncada, forma parte de las operaciones encubiertas para iniciar una guerra en Venezuela. Él es uno de los pocos funcionarios que se refiere al caso.
A través de su cuenta en la red social Twitter expuso en tres mensajes que el exmilitar trabajó como “mercenario en Irak y Afganistán” y había sido detenido en marzo en Colombia junto a otros cinco venezolanos con municiones, sin poder explicar su posesión, ni su presencia en el país en pandemia.
3/ Matthew Heath trabajó como mercenario en Irak y Afganistán. Estaba en Colombia en marzo cuando se iba a ejecutar la operación Gedeón contra Venezuela al mando de mercenarios de EEUU.
No es coincidencia, se llaman operaciones encubiertas para iniciar la guerra en Venezuela.
Pruebas con dudas
Cinco meses después, el 10 de septiembre de 2020 Heath es detenido en territorio venezolano portando un lanzagranadas AT4, calibre 84 mm, una subametralladora modelo UZI, calibre 9 mm, cuatro piezas rectangulares de presunto material explosivo C-4, dinero en moneda extranjera, un teléfono satelital y tres celulares según Moncada.
“Pero muchos sospechan que la evidencia fue plantada. Ninguno de los objetos fue exhibido en las primeras fotografías al exterior tomadas en el retén en el que fueron arrestados. Tampoco se vio en ningún lugar a un sargento de la Guardia Nacional arrestado con el grupo” divulgó AP.
En los últimos años, Heath había aprendido a navegar. Su familia asegura que mantenía un bote en Key West, Florida —el Cinnabar— con la esperanza de que fuera su boleto a una nueva carrera en el agua, libre del trabajo de seguridad privada que había realizado durante más de una década en el Oriente Medio, recientemente con la firma MVM, con sede en Virginia.
El Purple Dream, con su cabina de acero oxidado y una bandera estadounidense raída, zarpó en algún momento antes de marzo, según la familia de Heath. Desde entonces, sólo se sabe que su capitán está preso en Venezuela.
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