Ahora los ciberdelincuentes están hackeando los denominados «juguetes sexuales», traspasando una línea inimaginable para los usuarios.
Expertos en ciberseguridad descubrieron una peligrosa tendencia que podría vulnerar la intimidad de las personas que los usan y poner en grave riesgo su integridad.
Existe gran variedad de juguetes sexuales hoy en día que tienen temperatura, movimiento, e incluso elaborados con materiales quirúrgicos que no causan daño.
Pero el «Internet de las cosas«, representado en cualquier elemento que se conecte a la red mundial de datos, es también un reto para la ciberseguridad y que ha llegado hasta la línea de juguetes sexuales.
Cecilia Pastorino, investigadora de ciberseguridad de Eset en Latinoamérica, revela que han encontrado una tendencia con la que también los juguetes sexuales son vulnerados por hackers.
Las investigaciones dieron cuenta de que al utilizar aplicaciones para el manejo de los juguetes sexuales y, una vez conectados con el dispositivo que puede ser un celular, en el ciberespacio también se convierten en un objetivo para cibercriminales.
«En este caso el atacante podría infectar el dispositivo con un código malicioso, hacerlo vibrar a velocidades más altas de lo que debería hacerlo o, incluso, sobrecalentarlo y causarle algún tipo de lesión al cuerpo de la persona«, cuenta Pastorino.
Conocer el hábito de uso de un juguete sexual, incluso la ubicación en donde está siendo utilizado y para ir más allá si la aplicación pide datos personales, podría vulnerar la intimidad y el anonimato del usuario.
Puede resultar muy difícil llevar a juicio por delitos como acceso carnal abusivo a un hacker que manipule un juguete sexual en contra de la voluntad del usuario de este elemento, pero podría establecerse un tipo de conducta delictiva.
Aunque aún hay más incertidumbres que certezas, tratados internacionales como el Convenio de Budapest en donde se orienta una política en contra del cibercrimen, podrían establecer la posibilidad de una protección legal para quienes, sus dispositivos, como juguetes sexuales, sean vulnerados por hackers.
Por el momento las recomendaciones están relacionadas con el conocimiento sobre las garantías de seguridad que ofrecen estos elementos para los usuarios.
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