Según advierten expertos petroleros, se está dando una «privatización silenciosa», en el área de venta de la gasolina. Cada vez más empresarios particulares participan en el proceso sin que la administración de Nicolás Maduro informe abiertamente a la población.
Gremios económicos también proponiendo participar en la producción de gasolina y diésel. Todo con el propósito de «destrancar» el juego de la escasez de combustible, que mantiene a varios sectores semiparalizados.
«En los principales estados se encuentran instalados unos verdaderos bodegones de gasolina. Son estaciones de servicios que cobran el combustible en dólares. Pero además ahí se consiguen licores, chucherías y cualquier producto importado». La afirmación la hizo el economista José Toro Hardy, exdirector de PDVSA.
En una entrevista con La prensa de Lara, se refirió a una cadena de gasolineras ubicada en Caracas y el interior del país. la misma es, a su vez, un gran expendio de alimentos, licores y exquisitez.
Allí los conductores sólo tardan unos pocos minutos para llenar los tanques de sus carros, como en la Venezuela del pasado. El único requisito es que los ciudadanos paguen con dólares.
No mejora
La producción de gasolina o diésel en el país no ha mejorado en Venezuela en los últimos meses. Toro Hardy recordó que dos refinerías de PDVSA: Amuay y El Palito, siguen registrando graves problemas para mantenerse operativas. Todo por la falta de inversión y mantenimiento oportuno.
«Espasmódicamente esas refinerías se activan, producen un día 25 mil barriles de gasolina. Pero al siguiente se paralizan, registran vibraciones o conatos de incendios. PDVSA era la segunda empresa petrolera más grande del mundo. H, hoy está en ruinas y es responsabilidad de la política aplicada por el gobierno. Durante años no ha hecho las inversiones correspondientes para mantener la industria», informó.
Comentó que el país requeriría cerca de 110 mil barriles diarios de gasolina para abastecer la demanda total de la población. Pero lo que le llega a los estados es una cantidad a cuentagotas. Fundamentalmente es una gasolina que sigue siendo importada de Irán, a pesar de la sanciones internacionales impuestas por Estados Unidos..
«Entre inversiones y gastos la industria petrolera requeriría una suma por el orden de 25 mil millones de dólares por año. Esto durante ocho ó 10 años para alcanzar una producción de tres millones de barriles diarios. Eso explica el brutal nivel de destrucción a la que ha sido sometida la estatal petrolera. Está claro que el Estado no cuenta con esos recursos, entonces el trabajo de la recuperación de la industria tiene que pasar por manos del sector privado», apuntó.
Lo que le preocupa al economistas es que PDVSA se esté privatizando «discrecionalmente». Dijo que ocurre lo mismo que con las empresas expropiadas que pasaron a manos de empresarios desconocidos. Todos amparados en la Ley Antibloqueo aprobada en octubre de 2020 por la extinta Asamblea Nacional Constituyente.
«Inquieta es la forma como se otorguen los contratos para operar esas refinerías, porque si va a ser vía favoritismo político nada va a ser diferente», expresó.
Bachaqueo
Tan menguada sigue la producción, que en los estados se mantiene un mercado negro de gasolina, así lo explicó David Morán, ingeniero petrolero. «Lo que hay en Venezuela es un mercado negro de gasolina. Gente que acumula combustible y lo vende en bidones. Grupos de interés, militares o criminales, capturan parte de esa gasolina y las revenden a sobreprecio», comentó.
El economista petrolero Rafael Quiroz, enfatizó que «el Estado venezolano no puede desentenderse del control de la industria petrolera. PDVSA no se puede privatizar, porque eso conlleva la entrega de la soberanía del país», puntualizó.
Afirmó que sólo el área de comercialización es lo que puede contar con la participación directa de inversores privados.
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