Estados Unidos vendió más de un millón de barriles de combustible iraní incautado el año pasado, informó un funcionario del Departamento de Justicia, mientras otro barco con crudo iraní interceptado navega hacia un puerto del país norteamericano.
Las incautaciones forman parte de las sanciones económicas impuestas a Teherán a causa de su programa nuclear y de la designación por parte de Estados Unidos de una serie de grupos iraníes como terroristas.
En un nuevo enfoque el año pasado, el Gobierno del ex presidente de Estados Unidos Donald Trump utilizó procedimientos de confiscación civil para incautar 1,2 millones de barriles de gasolina que, según dijo, estaban siendo enviados desde Irán a Venezuela a bordo de cuatro buques cisterna.
Los envíos, la mayor incautación de combustible iraní por parte de Washington hasta la fecha, fueron transferidos a otros buques y enviados a Estados Unidos, donde se pretendía vender el combustible y distribuir las ganancias a un fondo para las víctimas estadounidenses del terrorismo patrocinado por el Estado.
El vocero del Departamento de Justicia, Marc Raimondi, confirmó a Reuters esta semana que la venta de los cargamentos se había completado.
“El petróleo ha sido incautado, y una venta interlocutoria ha preservado el valor en efectivo del petróleo, que ahora está en manos del Servicio de Alguaciles de Estados Unidos”, dijo.
Se desconoce el valor de la gasolina, pero es probable que tenga un valor de decenas de millones de dólares según los precios de referencia de la misma en Europa.
Nuevos envíos
La semana pasada, Estados Unidos presentó una demanda para incautar otro cargamento, este de petróleo crudo que, según dice, procedía de Irán -y no de Irak, como figuraba en la documentación de embarque-, contraviniendo la normativa estadounidense sobre terrorismo.
Ese cargamento, a bordo del petrolero Achilleas, de bandera liberiana, fue reportado por última vez en aguas del Caribe. El puerto estadounidense de Galveston (Texas) era su destino, con una llegada prevista para el 15 de febrero, según mostraron el miércoles los datos de seguimiento de buques de Refinitiv.
Desde Galveston y Houston (Texas) dijeron que no habían sido informados de la llegada del Achilleas ni de qué agente se encargaría de la descarga de la carga. Irán no ha hecho aún ningún comentario sobre el asunto.
En diciembre, el régimen iraní desafió a las sanciones estadounidenses y desplegó su mayor flota petrolera a la costa venezolana. En el segundo semestre del año pasado, el país sudamericano volvió a enfrentar una crisis de escasez de combustible, acrecentando su dependencia con Teherán.
Irán utiliza camuflaje para evitar ser detectado por Estados Unidos, que busca bloquear envíos a Venezuela como parte de una campaña para obligar a que Nicolás Maduro deje el cargo.
Samir Madani, cofundador de la empresa independiente de seguimiento de petróleo TankerTrackers.com, dijo que es posible que tres barcos puedan hacer todo el viaje a Venezuela con sus transpondedores apagados. “Francamente, no me sorprendería en este momento, dado que los iraníes experimentan cada semana con nuevas tácticas evasivas”, comentó meses atrás Madani, quien monitorea cargamentos con imágenes satelitales y datos de rastreo marítimo. “Son muy buenos en eso. Los mejores, en realidad”.
Venezuela tiene las reservas de petróleo más grandes del mundo, pero es incapaz de refinar suficiente crudo para satisfacer sus necesidades domésticas.
La semana pasada, la agencia Argus Media reportó que funcionarios de PDVSA (la petrolera estatal venezolana) confirmaron la llegada de dos buques iraníes, Faxon y Fortune, que descargaron 400 mil barriles de combustible.
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