Terror y miseria es lo que se vive en los refugios de Maduro

Los venezolanos que regresaron al país por tierra han vivido horas de terror en los Puestos de Atención Social Integral, los refugios implementados en la frontera por el régimen de Nicolás Maduro para acoger a los migrantes retornados.

“Para algunos fue como vivir en un campo de concentración”, indicó Mirla Pérez, investigadora de Cecodap, en la presentación del informe Retornar en tiempos de pandemia, una investigación sobre el regreso de migrantes venezolanos en contexto de cuarentena, realizada por el Centro de Investigaciones Populares y por Cecodap.

Se hicieron 18 entrevistas a profundidad a retornados que provenían de Colombia, Ecuador, Perú y Trinidad y Tobago, entre junio y agosto de este año.

“El terror, el horror y el aislamiento quedaron en la memoria de los venezolanos que pasaron por estos refugios”, señaló Pérez.

Colocan al migrante retornado en una situación de incertidumbre, dijo.

“El que regresa debe lidiar con el retorno a Venezuela y esta situación a la que se le somete; esto es tortura, un trato inhumano extremo”, agregó.

Los que viajaron con niños lo pasaron peor.

Testimonios de los retornados

  • “Arroz con lenteja, el arroz era como crudo, así pegostoso. A la lenteja le metían mucho monte, que eso fue a lo que la mayoría de la gente que duramos ahí se enfermaron de diarrea. Los niños se enfermaban. Había muchos niños; muchos niños, se enfermaban de diarrea. Gente que sufría de vómitos. Yo, por ejemplo, yo venía con diarrea, y yo no comía. Yo llegué repuestica de Colombia, porque cada vez que estoy allá yo me repongo, y esos días que pasé en San Antonio, yo me puse más flaca de lo que estoy; yo no comía”.
  • “Y cuando llegamos, el guardia, porque ellos se creen no sé, como Dios, nos amenazaron, nos dijeron: ‘Bueno, ustedes aquí no pueden ser rebeldes, ustedes de aquí pa’ afuera no existen para nadie’; eso es como una amenaza, yo lo tomé así. ‘No existen para nadie, nadie sabe que ustedes están acá, el que se rebote lo mato’. Eso para mí fue una amenaza”.
  • “La alimentación fue lo peor que nosotros pudimos vivir en el refugio; fue la alimentación, y el maltrato de la gente de la cocina, como la gente de los milicianos, los militares”.

Entender la migración

Alexander Campos, director del Centro de Investigaciones Populares, puntualizó que la migración se ha convertido en signo de identidad de los venezolanos. “No es solo un dato más que da cuenta del gran colapso sufrido por el país sino una realidad de tan gran trascendencia que ya está definiendo nuestra identidad y nuestras posibilidades como país”, afirmó.

“Todo indica que la movilidad humana en Venezuela no es un fenómeno coyuntural”, agregó.

Explicó que impacta a todas las clases sociales y a todos los géneros. No bastan los instrumentos estadísticos, subrayó.

“Entender la migración no solo nos da las claves para entender nuestro presente, sino que nos señala los posibles caminos del futuro”, advirtió.

No hay cifras oficiales de retornados

Desde Venezuela no hay cifras oficiales de retornados, indicó Campos.

Desde Migración Colombia se habla de 137.000 venezolanos que volvieron. No están ni los ilegales ni los que regresaron por otras fronteras, que pudieran superar los 250.000 venezolanos, la mayoría mujeres. La mayoría son jóvenes, entre 19 y 35 años de edad.

Se fueron por hambre; por motivaciones familiares, la reunificación; crisis económica y pocas expectativas de futuro, señaló el estudio.

Muchos salieron sin planificar por lo que las condiciones en los países de acogida fueron muy precarias, especificó Campos: “Ninguno consiguió un trabajo estable. Fueron venezolanos que nunca se integraron”.

Por la pandemia de covid-19 declararon que sus condiciones se agravaron, advirtió. “Dijeron que la cuarentena en los países de acogida fue muy estricta y violenta”, manifestó.

Mujeres más dispuestas a regresar

El director del Centro de Investigaciones Populares destacó que las mujeres fueron las más dispuestas a regresar.

Muchísimos retornaron caminando, pidiendo colas y en grupo. No encontraron apoyo de las autoridades de los países de acogida.

“Los refugios del lado colombiano de la frontera fueron bien valorados por ellos. Dicen haber recibido una mínima atención médica y recibidos los equipos y kits necesarios para evitar el contagio por covid-19”, señaló Campos.

Los que retornaron por las trochas encontraron cualquier cosa, expresó: “Lo que ellos describen que sucede allí se parece a una permanente guerra”.

“Trochearon” porque no quisieron pasar por los refugios, advirtió. “La trocha es un espacio para el robo, la violación, el asesinato, el secuestro y, según algunos, la esclavitud”, concluyó.

NotiVeraz

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